Castigo por apartarse del Señor

Introducción

«Duda de tus dudas y cree tus creencias; pero nunca creas tus dudas ni dudes de tus creencias.»

Si usted caminara sobre un lago congelado nunca estaría cien por ciento seguro que el hielo no se quebrara, entonces empezamos a caminar con cierto temor probando si el hielo está lo suficientemente grueso para que no se quiebre. Al ver que soporta nuestro peso entonces nos sentimos seguros y empezamos a caminar confiados en que nada nos pasara. Pero si no empezamos a caminar nunca sabríamos si el hielo soportara nuestro peso, igual es en las cuestiones de fe si nosotros empezamos a pedir pensando en que hay una pequeña probabilidad de que Dios nos conceda lo que le pedimos entonces, empezaremos a pedirle al Señor, y es en este momento, cuando empezamos la carrera de la fe igual que el que empieza a caminar sobre el hielo quebradizo, lo único, que la Biblia nos confirma que el Señor siempre contestará nuestras peticiones.

Contexto histórico

Al tratar el libro de Habacuc debemos entender que nos encontramos años antes de cautiverio babilónico. Si bien Hago se situaba años después, con Habacuc retrocedemos en la historia. Es difícil ubicar la fecha de Habacuc pero los estudiosos dicen que es apropiado ubicarlo en el tiempo de la violencia creada por los cambios políticos en el liderazgo de Jerusalén en el reinado de Joacim (609-605 a.C.) La forma de vida en ese tiempo lo observamos en Jeremías 22:13-19, este contexto nos muestra el porqué de la decadencia de la sociedad y la reacción de Habacuc en su tiempo.

Cita bíblica: Habacuc 1:1-11, 1:2-4 “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.”

I. Quejas del profeta

Entendiendo la situación social y religiosa en la que se encontraba Habacuc y el pueblo, es claro poder entender lo que Habacuc sentía como alguien que quiere que el Señor juzgue el pecado. Es dificil vivir mientras cosas ocurren a personas justas y se observa una injusticia en todo cuanto pasa y nadie hace nada para solucionarlo. Habacuc se sentía de esa misma forma.

El clamor del profeta es delante de Dios. Dice él “hasta cuándo” como si estuviera expresando “Señor tengo mis límites y no sé hasta cuando no harás aparentemente nada”.

La idea de “violencia” es un estado turbulento que resulta en lesiones y destrucción. Esa es la situación todo eso se vivía mientra que no veía el rescate del Señor. Eso naturalmente afligía el corazón del profeta.

La otra pregunta inicia con un “Por qué” y detrás de esto está la insistencia de “necesito razones para todo lo que estás haciendo”. Lo que veía era 1) Violencia, 2) Iniquidad, que resulta en un comportamiento moral censurable, todo esto resultaba en una dificultad para un progreso hacia lo correcto.

Esto queda corroborado con la mitad del verso 3. Naturalmente todo conllevaría conflictos y desacuerdos muy fuertes por una desviación. Esto que pasa son consecuencias de que algo se ha dejado.

Son 3 cosas que han sido descuidadas y por eso se encuentra en la situación en la que está.

La torá es ignorada

Es decir que la ley llegó a estar en un estado de adormecimiento, esto significa que quienes la portaban se encontraban adormecidos mentalmente. No tiene el valor que debería tener en la sociedad y eso causó un debilitamiento y enfriamiento mental al respecto.

Violencia e injusticia

Cuando falta la ley, falta la justicia y pregona la violencia e injusticia. Claramente lo dijo el Salmista en el Salmo 11:3 “Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?” Lo único que el justo hace en este caso es ir en queja, y repetimos eso es lo natural que uno puede hacer.

Liderazgo corrupto

El dejar la ley de Dios es el principio de un pueblo torcido. Algo similar dijo George Washington “Es imposible gobernar rectamente al mundo sin Dios y sin la Biblia”. Esto fue muy evidente en el tiempo de Habacuc. Sin la ley el mundo de Habacuc estaba en una completa anarquía, un pueblo sin una estructura gubernamental. El liderazgo que se encontraba no hacía lo correcto y todo estaba fuera de lo que dictaminaba el Señor.

II. Respuesta del Señor

Una queja con toda razón es la que hace el profeta Habacuc. Un detalle que me gustaría establecer desde ahora es que el nombre de Habacuc significa “Uno que abraza” Posteriormente entenderemos el significado de su nombre. ¿Deja el Señor a Habacuc sin respuesta? lo cierto es que no. La respuesta que le daría sería ¡INCREÍBLE! Habacuc no podría creer lo que el Señor haría.

Levantar una nación peor para castigar el pueblo más justo es lo que no serían capaz de comprender.

Conclusión

Las situaciones impías son un resultado de haber dejado de lado la Palabra del Señor. Cuando la Palabra es quitada de la vida de un pueblo o una familia, la decadencia es de esperarse. No hay forma querer vivir una vida recta delante del Señor sin la Palabra, no hay forma de vivir tranquilo sin castigo por apartarse del Señor.