Hijos de Dios
Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.
Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifiested, seremos semejantes a Él porque le veremos como El es
Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro
Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad,
12 esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuegob y los elementos se fundirán con intenso calor!
13 Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia
Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la leya.
5 Y vosotros sabéis que Él se manifestó a fin de quitar los pecados, y en Él no hay pecado.
Todo el que permanece en Él, no peca; todo el que peca, ni le ha visto ni le ha conocido.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldadb.
10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso y su palabra no está en nosotros
Hijos míosa, que nadie os engañe; el que practica la justicia es justo, así como Él es justo.
8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo
Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.