El Dios de toda consolación

2 Corintios 1:3–4 RVR60

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

Venimos a este funeral con pesar y dolor, y la vez con fe y esperanza.

Aunque tenemos sabemos con certeza y plena seguridad de de que nuestra querida Sra Anama Moreira se ha ido a estar con el Señor y que está vivo y en el cielo hoy, todavía las lágrimas llenan nuestros corazones.

Aunque lloramos en un funeral, también tenemos un sentido de consuelo y seguridad. Pero siempre queda en el corazon un te quiero, un abrazo, una mirada mas a los ojos.

Hoy los miembros de la familia se apoyan unos a otros. Los abrazos llegan de los amigos y conocidos te abrazan, pero la verdad es que no existe palabras en el diccionario para poder describir la sensancion que embarga los corazones.

Es muy dificil asimiliar aquello,

Pero sin duda alguna al mirar al cielo veremos que hoy hay una estrella mas que brilla allí en lo alto, un rayo de sol que ilumina mas el cielo pero por sobre todo hoy hay una voz mas que se alza en el cielo adorando y alabando a Jesus.

Nuestra querida Anita esta en un lugar donde ya no hay mas lagrimas y dolor. Ella hoy descansa en brazos de aquel que la amo de tal manera que dio su vida por la humanidad.

No pude conocer personalmente a doña Ana pero lo que si puedo decir es que debio ser una gran mujer, soy amigo de Humberto y Anabel y de sus nietos, Allan, Andres, Melisa y Paris sin ellos duda el heredo el gran corazon que poseen y esa bondad que hay en sus ojos.

No hay palabras humanas que puedan consolar un corazón pero fiel es Dios que de El viene el consuelo más grande cuando la muerte viene. El apóstol Pablo afirma en 2 Corintios 1:3 que Dios es "Dios de toda consolación". Él da consuelo a los que sienten hoy profundamente la pérdida.

la muerte es parte de la vida, la muerte nos sorprende a todos y eso es inebitable, por ello animo a todos, familiares y amigos de Doña Ana, recordar en sus mentes esos momentos lindos y alegres.

Isabel alende alguna vez dijo, La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.

Asi que abracemos y recordemos en nuestras oraciones a los familiares y amigos de Doña Ana, que sea Jesus depositando en su corazones esa paz que viene de lo alto y cobrepasa todo entendimiento.

Que el consuelo del Dios eterno sea aompñando en todo tiempo a aquellos que hoy sienten la perdida de doña Ana

Pero por sobre todo recordemos que ella esta en casa, ella esta en los brazos del Eterno descanzando y esperando a todos sus seres amados para algun dia fundirse en un solo abrazo eternamente.

Oremos por los familiares.