Esfuerzate por la sana Doctrina

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Esfuerzate por la sana doctrina

2 Timoteo 4:1–8 (RVR60)

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

(8. INSTRUCCIONES PARA EJERCER BIEN EL MINISTERIO)

Pablo es un hombre de más de 60 años, con la cabeza bañada de canas y con arrugas que le dejaron las luchas de la vida. Su temblorosa mano escribe bajo una pobre luz en el calabozo donde se encuentra. Sabe que ya no volverá a salir para recorrer el mundo sino que va a morir—aunque no sabe exactamente cómo (4:6).Este capítulo 4 es como el final del testamento de un moribundo, que saca de su corazón el mejor cariño para su hijo y le da las mejores instrucciones para ejercer el ministerio (vv. 1–8). Le comunica cuál es su principal responsabilidad (vv. 1–5) y le anima a ser fiel hasta el fin (vv. 6–8).

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo (1a). El apóstol recomienda y hace un encargo muy especial a Timoteo. Para darle más fuerza al ruego se apela a tener presentes como testigos a Dios y a su Hijo Jesucristo porque lo que pedirá es sumamente importante.Y hablando de Jesucristo agrega ……

que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino (1b). Para darle aun más fuerza al encarecimiento, le recuerda que Jesucristo es el Juez de toda la tierra y que cuando se manifieste en su segunda venida juzgará a todos los hombres, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo (2 Co. 5:10).

Que prediques la palabra (2a). Desde el inicio de la epístola Pablo se ocupa del tema, principiando con su gratitud por la fe de Jesucristo, fe que se ha perpetuado de padres a hijos. En el cap. 2 pide que sean capacitados “hombres fieles” para transmitir el evangelio, y aconseja con insistencia que no se dé lugar a discusiones y contiendas y en su lugar el cristiano use bien la palabra de verdad. En el cap. 3 Pablo reconoce que Timoteo ha seguido la doctrina y conducta de su maestro, y termina el capítulo con una oda sobre la importancia y utilidad de la Escritura.Aquí llama como testigos a Dios y a Jesucristo, y lo exhorta a predicar. Cabe mencionar el peligro de una predicación no bíblica que se preste a introducir ideas humanas y dejar de lado la predicación de la Palabra de Dios. Algunas veces el objetivo de la predicación no bíblica es que el predicador haga brillar sus dotes de oratoria o su creatividad al elaborar bosquejos. A veces los cristianos reciben piedras en vez de pan, y paja en lugar de leche, pues los sermones dejan de ser predicaciones para convertirse en conferencias o en amenas charlas con palabras humanas y no “palabra de verdad”, Palabra de Dios.2

Que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina (2b). Cinco cosas se recomiendan en relación a la predicación del mensaje.1. Instar en todo momento, sin timidez ni indecisiones. A tiempo y fuera de tiempo es una totalidad de contrarios para significar siempre. En toda ocasión debemos estar prestos a proclamar la palabra de Dios pues el mensaje es urgente.2. Convencer de culpabilidad.3. Reprender a quienes se conducen con maldad, o a quienes se han desviado de la doctrina. Reprender a los que andan en compañía de los que tienen apariencia de piedad pero niegan su eficacia. Reprender a quienes en lugar de compartir la palabra de verdad, pierden el tiempo en profanas y vanas palabrerías.4. Exhortar al hermano, alentarlo a seguir el buen camino (Ro. 12:8).5. Con toda paciencia y doctrina. Estas recomendaciones son aplicables a todo lo dicho anteriormente: a predicar la palabra, instar a tiempo y fuera de tiempo, redargüir, reprender y exhortar. Como el labrador cuando siembra, el siervo de Dios debe tener paciencia para esperar crecimiento y frutos.Vimos que parte de la grandeza del apóstol radicó en ser celoso de la doctrina—tema principal de su primera epístola a Timoteo, pero que no deja de ser asunto sobresaliente en esta segunda carta. Doctrina y sanas palabras son sinónimos. La palabra griega DIDASKALIA se usa para ambas, y muy relacionado con ellas está el término “verdad”—de igual manera “Palabra” y “Escrituras”. En 3:16 leemos que éstas son útiles para DIDASKALIA, para enseñanza. A veces se usan como sinónimos.

Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias (3). Hay urgencia de predicar en todo tiempo porque llegará el momento en que la gente “no soportará la sana doctrina” (BLA). El deseo de oír cosas nuevas—ocultismo, sicología, hechicerías, horóscopos, cosas demoníacas—hará perder interés por la sana doctrina. Y esos maestros sólo hablarán sobre lo que la gente quiera oír.

Y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas (4). Es menester predicar la palabra y hacerlo con urgencia, antes que la gente deje la verdad del evangelio y se vuelva a las fábulas.

Pero tú sé sobrio en todo (5a). Este versículo es el texto central de la epístola y contiene una síntesis de los consejos pastorales basados en la experiencia. Timoteo debe ser moderado en todo; en comer, vestir, beber, trabajar, en el ejercicio físico. Que en todo sea tranquilo, calmado, equilibrado.

Soporta las aflicciones (5b). Ya Pablo le había dicho que el que quiere vivir piadosamente padecerá persecución (3:12), y lo instaba a participar de las aflicciones por el evangelio (1:18). Ahora el apóstol le dice que soporte esas aflicciones, es decir que si las está sufriendo (o cuando las sufra), sea valiente, las resista y siga adelante.

Haz obra de evangelista (5c). Pablo hace resaltar este tema en todas sus epístolas. (Ver por ejemplo Ro. 1:16–17; 1 Co. 2:2; Ef. 2:8–10; 1 Ti. 1:15.). Quizá donde más ampliamente habla de la obra redentora de Cristo es en Tito (2:11–15; 3:3–8), y le dice: En estas cosas quiero que insistas con firmeza.Una de las más grandes responsabilidades de un pastor es predicar el evangelio.

Cumple tu ministerio (5d). Es triste cuando vemos pereza e irresponsabilidad en el ministerio. El pastorado debe ser un modo de vida. Un ministro es llamado a ser responsable en todo, serio, formal, puntual, fiel, y debe hacer las cosas por amor a Dios.

Porque yo ya estoy para ser sacrificado (6a). Con este versículo inicia la segunda parte del tema de estudio: Pablo anima a Timoteo a seguir su ejemplo de fidelidad. Está para ser sacrificado. Aunque ya cumplió su ministerio, no le espera un merecido reconocimiento; tampoco le sigue una jugosa jubilación, ni siquiera una muerte en paz en su casa. Le espera ser derramado como una ofrenda de libación (Ex. 29:40; Nm. 15:1–10), como un sacrificio agradable a Dios.

Y el tiempo de mi partida está cercano (6b). Según los escritos de Richard Waugh, “esta expresiva palabra para describir su partida, tiene cuatro aplicaciones diferentes: (1) Es palabra de marineros, aplicada al acto de desatar a un barco del anclaje; (2) es palabra de campesinos, aplicada al acto de quitar el yugo de los animales después de un día de arduo trabajo; (3) es expresión de beduinos que viajan por el desierto, refiriéndose al acto de bajar una carpa para poder emprender la marcha; (4) es término de filósofos, significando la solución del problema”.

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe (7). El predicador se despide del mundo, da un informe final de su ministerio, y lo hace con la frente alta. No dice la Biblia que el ministerio de Pablo fue truncado porque amó el mundo o porque quiso sobresalir con sus muchos talentos; tampoco resbaló sexualmente. No hay informes en su contra de haber desfalcado iglesias. Para un informe más completo de su ministerio, léase su discurso de despedida a los ancianos de Efeso (Hch. 20:17–37).Este informe de su ministerio está de acuerdo con la exhortación de sufrir como buen soldado de Jesucristo (2:3–6). Pelear la buena batalla, la batalla santa, la guerra contra el pecado, el diablo y las tentaciones, la batalla de la fe (1 Ti. 6:12). La batalla que pelea el cristiano es “buena” porque da como resultado vida.Acabar la carrera. Pablo corrió y acabó. La carrera que corre el cristiano es de resistencia (He. 12:1).Guardar la fe corresponde a la comparación del labrador. Guardar la fe no es hacer como la iglesia medieval, que lo hacía quemando a los que creía herejes. Guardar tampoco es esconder algo para que nadie lo toque. Aquí la idea es sembrar, guardar la semilla en la tierra para que germine. De la misma manera, se guarda la fe haciéndola permanecer en nosotros a través del tiempo. También se guarda compartiéndola con otros.

Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida (8). Vivamos bien el presente de manera que en el futuro recordemos con satisfacción el pasado. Las palabras de los vv. 6–8 hablan en tres dimensiones del tiempo: El presente, Estoy para ser sacrificado; el pasado, He peleado … he acabado … y he guardado; el futuro, Me está guardada la corona de justicia. Esta puede entenderse como el premio a una vida de rectitud, o puede describir la justicia que se anticipa: primero imputada y pronto como realidad. Uno, entonces, recibe la corona de justicia precisamente porque ya ha recibido justicia en Cristo. Esta corona será entregada por el Señor, en el día del juicio, es decir a su venida.

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