De la desobediencia al milagro, y más allá
La ira puede tener la capacidad de apartarnos del camino de la voluntad de Dios para nosotros. Aprendamos a dejar que el Espíritu Santo nos controle, dando fruto.
Introducción
1. Un servidor de Dios en desobediencia
Los relieves asirios describen la crueldad con la que los ejércitos asirios trataban a los pueblos derrotados. Los asirios por lo general empalaban, desmembraban, decapitaban y desfiguraban a los vencidos. Estos relieves también ofrecen una imagen de la vida en la antigua Palestina durante la época del dominio asirio. Los asirios eran amos despiadados y severos.
Jonás. El conocimiento de los antecedentes históricos explica la razón por la que Jonás, el profeta israelita del siglo octavo a.C., se mostraba reacio a predicar a Nínive a que se arrepintiera. Por la época en que Jonás fue incorporado en el canon antiguo-testamentario, Nínive aparentemente se había convertido en el epítome de una ciudad grande y mala. Jon 3:3 describe a Nínive como una “ciudad grande en extremo, de tres días de camino”. Esta descripción es probablemente un ejemplo de la imagen exagerada de lo que Nínive había llegado a ser. Aunque Nínive era una ciudad grande para su época, no eran necesarios tres días para atravesar su circunferencia de 12 kilómetros. El conocimiento de este trasfondo histórico también hace hincapié en la naturaleza milagrosa de su arrepentimiento.
2. Un Dios que no deja huir a sus hijos
3. Un servidor de Dios que es usado para hacer sus milagros
4. Un Dios que restaura a su servidor, sanando sus heridas más profundas.
26Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27ni deis lugar al diablo.