Tu verdadera identidad

La Misión Divina de Jesús  •  Sermon  •  Submitted
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Pregunta sencilla, pero profunda: ¿Quién eres?
¿Quién eres? No me digas tu nombre, ni lo que haces o hiciste, ni tus sueños, ni lo que sabes. Dime… ¿quién eres realmente?
Esta pregunta no es una pregunta cualquiera. Ya lo dijo Julien Green: “Ni siquiera el mejor explorador del mundo hace viajes tan largos como aquel hombre que desciende a las profundidades de su corazón”.
En realidad, ser lo que haces es incompleto. Lo que hacemos incide directamente en lo que somos, es cierto, pero somos mucho más que eso. Algunas personas creen ser a lo que se dedican, y esto genera problemas, sobre todo a largo plazo. ¿Por qué? La respuesta es sencilla:
Si eres lo que haces, el día que dejes de hacer lo que haces, dejarás de ser quien eres.
Esto suele suceder con personas que se vuelcan totalmente en un cargo administrativo o ejecutivo, en una profesión o en una dedicación. No hablamos de las pasiones personales de cada uno, como ser pintor, o escritor, sino cargos que se ocupan en empresas o instituciones ajenas. ¿Qué ocurre cuando, por alguna razón, estas personas dejan de ocupar su cargo? Se sienten perdidas, desconsoladas, confundidas y hasta enfadadas con su entorno. Desde luego, eso no es lo más efectivo.
Pero, si no somos lo que hacemos, ¿qué somos?.
Hoy vamos a descubrir o redescubrir tu verdadera identidad. (Buscar Mateo 17:1-8)

La Identidad de Jesús

Mateo 17:1–2 RVR60
1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
La verdadera identidad de Jesús no era lo que se veía externamente en su físico, sino lo que había dentro de él.
Jesucristo es la segunda persona de la Trinidad, es Dios mismo, que se revistió de humanidad, vino a este mundo como un hombre mortal, sufriendo toda la experiencia humana: hambre, sed, frío, calor, cansancio, sueño, dolor, etc.
Cuando pensamos en Jesús, casi en la mayoría de los casos lo imaginos como el Siervo Sufriente, cuando estuvo aquí en esta tierra en forma de hombre y en condición de siervo, llevando sobre sí; el ministerio que su Padre le había enviado.
Sin embargo, Jesús es mucho más que eso, su verdadera identidad no radicaba en lo que había extermamente, sino lo que había en su interior, y esta naturaleza fue revelada por un instante en el monte de la transfiguración, donde el Señor Jesús, por un momento sacó al exterior su verdadera naturaleza interna.
Comentario Al Nuevo Testamento (EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN (Mateo 17:1–8))
Es probable es que la escena de la Transfiguración tuviera lugar en el monte Hermón. Hermón estaba a unos 25 kilómetros de Cesarea de Filipo. Hermón tiene 2.800 metros de altitud sobre el Mediterráneo, y 3.000 sobre el nivel del mar de Galilea, y 3.400 sobre el del mar Muerto. Es tan alto que se puede ver perfectamente desde el mar Muerto, al otro extremo de Palestina, a más de 150 kilómetros.
Comentario Al Nuevo Testamento (EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN (Mateo 17:1–8))
Sería en algún lugar de las laderas del hermoso y majestuoso monte Hermón donde tuvo lugar la Transfiguración. Tiene que haber sido por la noche. Lucas nos dice que los discípulos estaban rendidos de sueño (Lucas 9:32). Ya era el día siguiente cuando Jesús y Sus discípulos bajaron a la llanura, y se encontraron esperándoles al padre del muchacho epiléptico (Lucas 9:37). Así es que sería a la caída de la tarde, o ya de noche, cuando tuvo lugar esta maravillosa escena.
Comentario Al Nuevo Testamento (EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN (Mateo 17:1–8))
¿Por qué fue allí Jesús? ¿Por qué hizo esta expedición a aquellas solitarias laderas? Lucas nos da la clave. Nos dice que Jesús estuvo orando (Lucas 9:29).Debemos colocarnos, hasta donde nos sea posible, en el lugar de Jesús. Para entonces estaba de camino hacia la Cruz. De eso estaba totalmente seguro; una y otra vez se lo dijo a Sus discípulos. En Cesarea de Filipo Le hemos visto enfrentándose con un problema y resolviéndolo. Le hemos visto tratando de descubrir si había alguno que hubiera reconocido Quién y qué era Él. Hemos visto que aquella pregunta tuvo una respuesta triunfal, porque Pedro había captado el gran hecho de que a Jesús solamente podía describírsele como el Hijo de Dios. Pero había una pregunta todavía más grande que esa, que Jesús tenía que contestar antes de iniciar Su último viaje.Tenía que estar totalmente seguro, sin la menor sombra de duda, de que hacía lo que Dios quería que hiciera. Y estar seguro de que era de veras la voluntad de Dios el que Él fuera a la Cruz. Jesús subió al monte Hermón a preguntarle a Dios: «¿Estoy haciendo Tu voluntad al afirmar Mi rostro para ir a Jerusalén?». Jesús subió al monte Hermón para escuchar la voz de Dios. Nunca quería dar ningún paso sin consultárselo a Dios. ¿Cómo iba a dar el paso más importante de todos sin consultárselo? En toda situación hacía una pregunta y sólo una: «¿Es la voluntad de Dios para Mí?». Y ésa era la pregunta que Le estaba haciendo a Dios en la soledad de las laderas del Hermón.
Comentario Al Nuevo Testamento (EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN (Mateo 17:1–8))
Es una de las diferencias supremas entre Jesús y nosotros, que Jesús siempre preguntaba: «¿Qué quiere Dios que Yo haga?»; y nosotros casi siempre preguntamos: «¿Qué es lo que yo quiero hacer?».

Metamorfosis - Transfiguración

Mateo 17:2 RVR60
2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
Esta palabra “transfiguró / transfiguración” viene del griego “metamorphoó”, y esta a su vez se deriva en una palabra en español que se le conoce como “metamorfosis”, la cual se usa para describir el cambio de forma que experimenta una oruga para convertirse en mariposa.
¿Cúal es la verdadera naturaleza de la oruga? Es una mariposa, que através de un proceso en la que se envuelve a si misma en un capullo, conocido también como crisálida, va cambiando su apariencia externa hasta convertirse en una mariposa.
Jesús en el Monte de la Transfiguración experimentó una metaformosis, lo cual significa que tuvo un cambio de forma, en lo que sale al exterior su verdadera apariencia e identidad que tenía oculta bajo su capa de humanidad.
Y ¿cual era la verdadera identidad de Jesús? El Hijo Glorioso de Dios, la segunda persona de la Trinidad, el Rey de Reyes y Señor de señores, ese verdadero Jesús que estaba cubierto por su apariencia humana.
En Apocalipsis encontramos más detallado la apariencia real de Jesús:
Apocalipsis 1:12–16 RVR60
12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

Tu verdadera identidad

Vuelvo a la pregunta inicial: ¿Quién eres?
Tu verdadera identidad no es lo que haces o lo que hiciste, no son tus sueños o lo que sabes, tu verdadera identidad es lo que tienes adentro.
Es fácil perderse en las apariencias externas, y no me refiero específicamente a la belleza física, sino a toda la apariencia que envuelve los logros, las habilidades, los conocimientos, las posesiones materiales, etc.
El apóstol Pablo lo comprendió muy bien:
Filipenses 3:4–11 RVR60
4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
Los títulos no definen quién eres, tus riquezas no definen quién eres, tus habilidades no definen quién eres, tu apariencia física no define quién eres. Eso lo llego a comprender el apóstol Pablo.
Sus conocimientos, sus influencias, sus habilidades, no definian su verdadera identidad, antes bien, él consideró todas estas cosas vanas, vacías, como pérdida, todo para ganar a Aquel que si le daría una verdadera identidad, y este era Jesucristo.
Solo Jesús puede darnos una verdadera identidad. Todo aquel que no tiene a Jesús está vacío por dentro, se le puede ver muy ocupado, lleno de actividades, puede ser muy estudioso, rodeado de lujos, pero que eso no te engañe, todo eso es lo que muestra en el exterior, pero por dentro está hueco, está vacío.
Mateo 23:27 RVR60
27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Por lo cual, aunque tengas estudios, conocimientos, habilidades, bienes materiales, y todo lo que se pueda desear terrenalmente, pero si no tienes a Jesús, no tienes nada.
Mateo 16:26 RVR60
26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Lo que vale realmente es lo que Jesús pueda cambiar en tí, necesitas un cambio en tu interior, que Jesús llene lo que está vacío, que de vida a lo que está muerto, de limpie a lo que está sucio, que haga una transformación en tu vida.

Sé transformado

Romanos 12:2 NTV
2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
La palabra “transformaos” tiene la misma raíz que la palabra “transfigurar” que vimos en el primer versículo, es la palabra “metamorphoó” que significa metamorfosis. Lo que significa que debe de existir un cambio de forma interna en nosotros, debe de existir un cambio de naturaleza.
¿Cómo se hará esta transformación? Este versículo nos da la forma: “sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”.
Romanos 10:17 RVR60
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
¿Cómo puedes ser transformado? Al creer lo que sabes y haz escuchado de Jesús, que él es único que te puede cambiar, que sin él tu estás vacío, que solo él te puede llenar verdaderamente y hacerte completo.
Jesús está dispuesto a llenar tu vida, darte sentido y propósito, darte gozo, te dará una verdadera identidad, un identidad eterna, una identidad a la imagen de él mismo.

La naturaleza de Jesús en tí

2 Corintios 3:18 RVR60
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Si hoy pudieras ver tu interior ¿que hayarias?, ¿nada?, ¿vacío?, ¿o encontrarías al Señor Jesús en tú interior?
¿Quién eres? Tu verdadera identidad no es lo que reflejas en el exterior, sino lo que hay en tu interior, y si Jesús no está ahí, no tienes nada, pero si hoy deseas una verdadera identidad, ven a Jesús, y él te transformará, te dará el sentido y propósito eterno que tanto haz buscado, porque en Jesús:
2 Corintios 5:17 RVR60
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
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