Nuestra confianza como hijos de Dios
La actitud de Caín representa la actitud del presente sistema mundial (1 Juan 3:13). El mundo odia a Cristo (Juan 15:18–25) por la misma razón que Caín odiaba a Abel: Cristo pone en evidencia el pecado del mundo y revela su verdadera naturaleza. Cuando el mundo se encuentra cara a cara con la realidad y la verdad, como en el caso de Caín, sólo puede tomar una de dos decisiones: arrepentirse y cambiar o destruir al que lo pone en evidencia.
Satanás es “el príncipe de este mundo” (Juan 14:30) y controla a través del asesinato y las mentiras. ¡Qué horrible es vivir en el mismo nivel que Satanás!
Un cazador se refugió en una cueva durante una tormenta. Después de secarse un poco, decidió investigar su hogar temporario y encendió la linterna. ¡Imagínate la sorpresa que se llevó al descubrir que estaba compartiendo la cueva con una variedad de arañas, lagartijas y víboras! Su salida sí fue rápida.
Si el mundo perdido pudiera tan sólo ver, se daría cuenta de que está viviendo en el nivel bajo del asesinato y las mentiras, cercado por esa serpiente antigua, Satanás, y todos sus ejércitos demoníacos. Al igual que Caín, la gente del mundo trata de tapar su verdadera naturaleza con ritos religiosos, pero le falta fe en la Palabra de Dios. Las personas que continúan viviendo en este nivel, finalmente serán arrojadas junto con Satanás a las tinieblas de afuera para sufrir separados de Dios para siempre
Habéis oído que se dijo a los antepasados: «NO MATARÁS» y: «Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte».
22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: «Racaa» a su hermano, será culpable delante de la corte supremab; y cualquiera que diga: «Idiota», será reo del infierno de fuego.
23 Por tanto, si estás presentando tu ofrendaa en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti