¡HA RESUCITADO!
La Misión Divina de Jesús • Sermon • Submitted
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¡Hemos ganado!
¡Hemos ganado!
¡Hemos ganado! ¡Hemos obtenido la victoria!
Un destino global de todo ser humano, por más adinerado, fuerte e intectual que sea, nunca pudo escapar, es de la realidad de la muerte.
La muerte ha sido el mayor destino de la humanidad, que ha cobrado millones de millones de vidas a lo largo de la historia, llevándose la victoria; una, y otra, y otra vez.
Los grandes pensadores fueron derrotados por la muerte, los grandes filósofos, los más grandes lideres politicos, religiosos, sociales, todos aquellos que fueron jerarcas y eminencias en diferentes campos acádemicos, todos y cada uno fueron derrotados por la muerte.
Ningún ser humano, con fuerzas humanas, con intelecto humano, con poder humano ha podido vencer la muerte.
Hasta que un día, un hombre logró vencer la muerte para siempre, un hombre llamado Jesús de Nazareth, que se llamaba así mismo el Hijo de Dios y el Mesías, siendo crucificado y sepultado en una tumba de un hombre llamado José de Arimatea.
Su tumba fue custodiada por la guardia romana, cuidando el cuerpo de Jesús de manera que nadie lo hurtara.
Pasó el viernes, pasó el sábado, y el domingo, muy de mañana, unas mujeres dispuestas a embalsamar el cuerpo de su amado Señor y Maestro, pero se llevaron la gran sorpresa de encontrar la tumba abierta, vacía y el anuncio del ángel dando las buenas nuevas de que su amado Señor Jesús había reucitado, estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida.
5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
Prueba Irrefutable
Prueba Irrefutable
A continuación las cuatro teorías conspirativas que tratan sin éxito en negar la resurrección de Jesús.
T.1 Jesús fingió su muerte
T.1 Jesús fingió su muerte
Jesús nunca murió, todo fue un plan de él y de sus discípulos para que cuando lo llevaran a la tumba y lo dejaran solo, él aprovecharía para escapar y con esto luego aparecer al tercer día fingiendo haber resucitado.
34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
T.2 Los discipulos robaron el cuerpo de Jesús
T.2 Los discipulos robaron el cuerpo de Jesús
Jesús llegó a ser muy conocido, muy amado por sus discípulos pero odiado por todos los demás, él predijo que al tercer día de su muerte, él resucitaría, por lo cual si eso llegaba a pasar llegaría a ser una noticia tan grande que todos se enterarían y confirmarían que Jesús decía la verdad y sería un enorme punto a favor del cristianismo.
Para hacer morir y enterrar la historia de Jesús, el Sanedrín se encargó de custodiar diligentemente la tumba con guardias para que nadie entrara y si fuera el caso, nadie saliera, era una zona de máxima seguridad que simples pescadores, publicanos y demás gente del vulgo, lo cual era sus discípulos no podrían enfrentarse contra ellos.
Para un soldado romano, le era tan importante el custodiar su prisionero porque si llegaba a escapar, el soldado moriría, es por eso que el carcelero de Filipo se iba a quitar la vida cuando creyó que Pablo, Silas y los otros prisioneros habían escapado.
De manera que los guardias que custodiaran la tumba de Jesús debían de estar muy atentos a cualquier persona que deseara robarse el cuerpo de Jesús.
62 Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
T.3 Los discípulos alucinaron que Jesús resucitó
T.3 Los discípulos alucinaron que Jesús resucitó
En realidad Jesús nunca resucitó, lo que pasó es que sus discípulos imaginaron o tuvieron una alucinación de haberlo visto.
Alucinación Significado: Percepción de una imagen, un objeto o un estímulo exterior inexistentes que son considerados como reales. En otras palabras, la alucinación es ver, oír o sentir algo que no existe, es un producto de la mente que hace creer a una persona cosas que no son reales.
R.1 TUMBA VACÍA
5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
R.2 ¿ALUCINACIÓN MÚLTIPLE?
3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
¿A cuántas personas se les apareció Jesús resucitado? A más de 500 personas al mismo tiempo, y no es que estos 500 discípulos estuvieron justos en el mismo lugar. Estaban en lugar completamente distanciados unos de otros, ¿sería posible de que más de 500 personas en diferentes lugares tuvieran la misma alucinación al mismo tiempo? Totalmente imposible.
T.4 Los discípulos se equivocaron de tumba
T.4 Los discípulos se equivocaron de tumba
Cuando los discípulos encontraron la tumba vacía, en realidad fue que llegaron a visitar a la tumba equivocada.
(La tumba era de José de Arimatea, una persona y muy conocida, por lo que, los discípulos, romanos, el sanedrín y todos los judíos sabían cuál era la tumba de él)
50 Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo. 51 Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos, 52 fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. 53 Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie.
Salvador vivo, esperanza viva
Salvador vivo, esperanza viva
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Valle de sombra de muerte
Valle de sombra de muerte
"...valle de sombra de muerte.. Salmo 23:4a"
No dice “el valle de la muerte”, sino “el valle de la sombra de muerte”, porque la muerte ha sido derrotada, su sustancia ha sido eliminada y solo queda de ella su sombra. Alguien ha dicho que donde hay sombra tiene que haber luz en alguna parte, y ciertamente la hay. La muerte se halla junto al camino por el que hemos de transitar, y la claridad del cielo que brilla sobre ella proyecta su sombra a nuestro paso; pero con ello nos indica también que hay luz más allá; alegrémonos. Nadie le tiene miedo a una sombra; una simple sombra no detiene a un hombre en su camino, ni siquiera por un instante. La sombra de un perro no muerde; la sombra de una espada no mata; y la sombra de la muerte no puede destruirnos. Por tanto, no hay motivo para temer.
…"Tú estarás conmigo"... Salmo 23:4c
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
¿Te has parado a pensar en la dulzura, la seguridad y la fuerza de ese: “Tú estás conmigo”? Cuando anticipando la hora solemne de la muerte, el alma titubea y se pregunta: ¿Cómo será?, podemos dirigir nuestros pensamientos hacia Dios y decir: “Nada hay en la muerte que pueda dañarme en tanto que tu amor no me deje”; y exclamar: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?”. Se dice que cuando una abeja ha dejado su aguijón en alguna víctima ya no tiene más poder para dañar a otra. La muerte ha dejado su aguijón en la humanidad de Cristo y ya no tiene poder para dañar al hijo de Dios. La victoria de Cristo sobre la tumba es la victoria de su pueblo. “En ese preciso momento estaré contigo –susurra Cristo–, con el mismo brazo que se ha mostrado fuerte y fiel a lo largo del camino por el desierto, que nunca ha fallado cada vez que tú te has apoyado en él en tu debilidad”. “Sobre este brazo –responde el creyente– me siento en casa; descanso sobre mi Amado con toda la confianza de mi alma; me ha sustentado a través de muchas dificultades ante las cuales me estremecía; me ha ayudado a cruzar tantos y tan profundos precipicios, que sé por experiencia que su brazo es un brazo amoroso”.