POR QUÉ FUE CONDENADO EL DE LA TERCERA CRUZ
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
En la lectura que nos narra Lucas sobre la Crucifixión y muerte de Jesús. Texto que extraemos el tema de esta mañana: ¿POR QUÉ FUE CONDENADO EL DE LA TERCERA CRUZ?
TEXTO EXPOSITIVO PRINCIPAL: Lucas 23: 26 al 32
V32 “Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.”
“Malhechores” “Kakourgos” sign: criminal, persona mala.
Surge la pregunta: ¿POR QUÉ FUE CONDENADO EL DE LA TERCERA CRUZ?
Dos personas malas fueron llevado junto a Jesús para ser condenadas a muerte, uno fue al Cielo y el otro al infierno. La resurrección significó muy diferente para los dos malhechores. De igual manera pasa el día de hoy.
Lucas 23.33 “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.”
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Jesús fue crucificado entre dos ladrones. Si hubieras ido a Jerusalén ese día, habrías visto cruces espantosas, y en esas cruces tres hombres muriendo en agonía y sangre. Uno, por supuesto, era el mismo Hijo de Dios, el Señor Jesús. Cuando Dios, el poderoso hacedor, moría por los pecadores. En la otra cruz estaba un hombre que se volvió a Jesús en arrepentimiento y fe y fue salvo. Se convirtió en una nueva criatura, nació de nuevo. En la otra cruz estaba un hombre que maldijo, juró, insultó a Jesús, se burló de Jesús, ridiculizó a Jesús, rechazó a Jesús, murió y se fue al infierno. Entonces, en la cruz del medio estaba la cruz de la REDENCIÓN. En una de las cruces había una cruz de ACEPTACIÓN. En la otra cruz había una cruz de RECHAZO. REDENCIÓN. ACEPTACIÓN. y RECHAZO. Creo que Dios lo planeó de esa manera. Creo que no sucedió por casualidad que tenemos tres cruces. Un Salvador moribundo. Un santo moribundo. Y un pecador moribundo. Todos estos nos hablan.
Ahora quiero hablar de ese ladrón moribundo que se volvió a Jesús, y miró a Jesús con sus ojos e hizo una gran oración. Él dijo:
Lucas 23.42 “Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”
La verdad, no sé qué motivó esa oración. No sé qué había en el fondo del corazón de este hombre que lo hizo orar de esa forma. Ciertamente era un pecador, pero tenía algo de intuición, tenía algo de revelación, iluminación, tenía algo de conocimiento bíblico. Tal vez allí, colgando de esa cruz, recordó las lecciones que aprendió en la sinagoga cuando era niño las Sagradas Escrituras, sobre que un día que Dios enviaría un Redentor, Dios enviaría un Salvador. Tal vez Dios el Espíritu Santo iluminó esas Escrituras y se las hizo recordar. Tal vez su madre había orado por él. Tal vez tuvo una madre piadosa que era seguidora del Señor Jesucristo. Tal vez había escuchado al Señor Jesús mientras Jesús predicaba y enseñaba. No sé. Tal vez fue llevado bajo convicción al ver a Jesús siendo amable con aquellos soldados que se burlaron de Él y lo crucificaron. Tal vez se sintió muy, muy convencido cuando vio el corazón de Jesús derramando amor, bien por mal, y escuchó a Jesús orar:
Lucas 23.34 “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
Jesús sabía que él también necesitaba perdón. No sé lo que era, pero esto lo sé. Que Dios puso en el corazón de ese hombre una fe increíble. El de la tercera cruz está en el infierno, lleva 2.000 años ahí. Estos nos lleva al primer punto:
¿POR QUÉ NO FUE CONDENADO EL DE LA SEGUNDA CRUZ SI ERA UN MALHECHOR IGUAL AL TERCERO?. Primera razón: BUENA TEOLOGÍA
Lucas 23.39-41 “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos”
Permítanme decir esto acerca de este hombre de la segunda cruz, tenía una buena teología (el estudio de Dios). Para eso necesitas la Biblia y solamente la Biblia:
“Dejemos que la Biblia, toda la Biblia, y nada más que la Biblia, sea la regla de nuestra fe y práctica” J.C.Ryle
La Biblia predicada expositivamente te va a mostrar tu realidad. Como decía el pastor bautista de Inglaterra del siglo 18:
“Cuando sientas que eres totalmente indigno, haz llegado a la verdas” Charles Spurgeón
La predicación expositiva, te va a dar una buena teología. No hay buena teología, sino tiene un concepto correcto del pecado. Y esa es la nota que falta en el mundo de hoy. Lamentablemente, es la comida que sirven en las iglesia “modernas”. Hoy, a los predicadores que quieran tener una iglesia “grande”, se les dice que no le digan a la gente que son pecadores, no hables de sangre porque es algo grotesco. Haz que se sientan bien cuando vengan a la iglesia: satisface sus necesidades.
Bueno, hermano, amigo, te digo una cosa. Necesitamos decirle a un mundo, un mundo corrompido por el infierno, que son pecadores, que todos nacemos como hijos de Satanás:
Juan 8.44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.”
Perdidos y deshechos ante un Dios justo y santo.
Este hombre sabía algo acerca del pecado. Sabía que la paga del pecado es muerte:
Romanos 6.23 “Porque la paga del pecado es muerte”
Este hombre sabía que hay una relación entre sembrar y cosechar, porque dijo:
Lucas 23.41 “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.”
Él sabía esto: que todo lo que el hombre siembre, también lo cosechará:
Gálatas 6.7 “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
Lo que este hombre sabía, y cómo lo sabía, no lo sé, pero conocía la justicia de Dios. Él dijo:
Lucas 23:41 “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos”
Aquí hay un hombre que era un pecador. El ser humano nace con una enfermedad que se llama pecado. Y una vez que vea la enfermedad que es el pecado, entonces comprenderá que solo hay una receta que posiblemente puede salvar, y esa es la sangre preciosa del Señor Jesucristo que derramó en la cruz y que al tercer día resucitó. Y es por esa razón que estamos aquí, pues ÉL VIVE!
Quiero decirles, que nadie va a venir como un pavo real a la presencia de Dios. Hay personas que a veces vienen por los pasillos de nuestra iglesia, pensando que le están haciendo un gran favor a Dios, sin quebrantar sus pecados. Pero la Biblia dice:
Romanos 3.23 todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”
Y 1 Timoteo capítulo 1, versículo 15, dice:
1 Timoteo 1.15 “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”
Entonces, ¿Qué vemos de este hombre en esta SEGUNDA CRUZ? Vemos el fracaso que lo condenó. Él dijo:
Lucas 23.41 “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.”
Por otro lado, el hombre de la tercera cruz, nos preguntamos:
II. ¿Por qué Fue Condenado el de la Tercera Cruz? EL MIEDO
El miedo lo condenó. El hombre en la SEGUNDA CRUZ le dijo al de la TERCERA CRUZ luego de burlarse y blasfemar de Jesús:
Lucas 23.40 “Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?”
Como diciéndole: !No tienes temor a dónde te diriges en el momento que mueras! No había temor en su corazón.
Ese es también es el mensaje que falta en las iglesias de hoy. No hay temor de Dios.
Nuestra generación de hoy carece tristemente del temor de Dios. La Biblia dice:
Proverbios 1.7 “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”
¿Sabes lo que eso significa?
¿Qué es el temor del Señor? Significa una santa reverencia por un Dios justo.
Si eres electricista, tienes miedo a la electricidad si vas a ser electricista durante mucho tiempo. No significa que tengas miedo. Un electricista no tiembla cada vez que va a trabajar, pero tiene respeto por la electricidad.
Si eres piloto, tienes miedo a la ley de la gravedad. No quiere decir que uno tiembla cuando se sube a un avión, pero tienes respeto a la gravedad.
No le tengo miedo a los policías, pero debo confesarlo, cada vez que veo uno de esos patrulleros parado al costado de la carretera, miro mi velocímetro, me imagino que la mayoría de ustedes también. Ahora no le tengo miedo a los policías. Los tengo como amigos, pero hay un respeto.
¿Sabes lo que está mal en el mundo hoy? Hemos perdido el temor de Dios.
Ahora tenemos una generación que ha perdido su concepto del pecado. Al niño rebelde, lo justificamos porque no tiene papá o mamá …la adolecente embarazada fuera del matrimonio lo celebramos con una fiestas y grandes publicaciones en la redes sociales…el adolecente o niño cuando expresa que le gusta los del mismo sexo, se le dice que se acepte, que así Dios lo o la hizo, en vez de enfretarla o enfrentarlo y decirle que eso es una aberración ante los ojos de Dios...el hombre con varias mujeres no es mal visto, sino mas bien es admirado…Y entre más te desnudes en las redes sociales, más te aplauden y más likes consigues. Tenemos una generación que ha perdido el temor de Dios. Y, por lo tanto, vivimos en una sociedad que está madura para el juicio.
Las multitudes ese día se burlaron del Señor Jesucristo. Ellos se burlaron de Él. No tenían temor de Dios. Como describe Pablo las personas que van a estar en el infierno:
Romanos 3.18 “No hay temor de Dios delante de sus ojos.”
III.¿Por qué Fue SALVADO el de la SEGUNDA CRUZ?
Quiero que veas la fe que lo convirtió. Porque no es suficiente que sepas que eres un pecador. No es suficiente incluso que te estremezcas por tu pecado. Tienes que conocer la cura definitiva para ese pecado. Y creo que esa es la razón por la que el Señor permitió que esta historia se pusiera en el evangelio de Lucas. Este hombre tenía una teología increíble no solo del pecado y no solo del juicio, sino que tenía una teología increíble de la salvación, no es una iglesa la que salva, no son las obras, pues si tu te puedes salvar por sí mismo. Entonces: ¿para que murió Jesús en la cruz si tu te puedes salvar por obras?. La Biblia dice:
Romanos 3.20 “por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él”
Sobre este hombre de la SEGUNDA CRUZ ¿Qué tipo de fe tenía? ¿Cuál fue su teología? Bueno, tenía un buen entendimiento del señorío de Cristo.
En primer lugar, vio que Jesús es el Cristo sin pecado. Mire en el versículo 41:
Lucas 23.41 “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.”
Fíjense, él está hablando de Jesús. Este hombre no ha hecho, ¿cuál es la siguiente palabra?, ningún mal hizo. Estaba consciente que Jesús nunca había pecado. ¿De dónde sacó este hombre esta idea?,¿ cómo aprendió esta verdad?, no lo sé, pero está dando una verdad maravillosa.
Este hombre sabía que necesitaba un Salvador, y solo un Salvador sin pecado podría salvarlo. Si tiene ropa sucia, no la va a limpiar lavándola con agua sucia. Y un pecador no puede salvar a nadie. Pero Jesús es sin pecado. Pablo dijo:
2 Corintios 5.21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
Las obras no te pueden salvar. Por ejemplo hay sectas que creen que el bautismo salva. Hay algunas personas que creen que tienes que ser bautizado para ser salvo. Si eso es cierto, este ladrón se fue al infierno porque la Escritura dice que No se bautizó. Nunca fue bautizado, pero está e el Cielo con Jesús. Y quiero decirles, que el bautismo, ya sea en una piscina, río, o un bautisterio de agua caliente como el que tenemos, no puede quitar sus pecados. Yo creo en el bautismo, y creo con todo mi corazón que si le has dado tu corazón a Jesucristo, debes ser bautizado. Y creo con todo mi corazón que si ese ladrón moribundo estuviera en este templo, caminaría por este pasillo y te diría: “Quiero seguir a mi Señor en el bautismo del creyente. No me avergüenzo de Aquel que sufrió, sangró y murió por mí y que resucitó al tercer día”.!Me quiero bautizar!
Por otro lado, no me opongo al bautismo, pero les digo que la salvación es por gracia, y esto lo enseña.
Romanos 11.6 “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia”
No puedes mezclar la gracia y las obras juntas. Este hombre fue salvo solo por la fe en el Señor Jesucristo. Este hombre se arrepintió, reconoció que era pecador y creyó en Jesús como Señor y Salvador.
Verá, el arrepentimiento en el lecho de muerte es muy posible, pero no muy probable. Uno puede llegar a engañarse de que faltan muchos años por vivir, pero lo más sabio que cualquiera podría hacer sería entregar su corazón a Jesús hoy y no mañana porque la Biblia dice:
Proverbios 27.1 “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.”
Había dos ladrones en las cruces ese día; un ladrón que recibió al Jesús, y un ladrón que lo Rechazó. Uno está en el cielo y el otro está en el infierno en este momento. Cada año mueren 60 millones de personas en el mundo, y todos se encuentran en este momento en el cielo o en el infierno, depende de lo que decidieron antes de morir. ¿Cuál fue la diferencia entre estos dos hombres? Bueno, yo personalmente creo que Dios le da al hombre una cierta voluntad, y el hombre puede decir que sí, o el hombre puede decir que no. Creo que el otro ladrón podría haberse salvado si hubiera invocado al Señor, porque la Biblia dice:
Romanos 10.13 “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
Hoy estamos celebrando la resurrección de Jesucristo. Algo que sucedió, es real. Pero, sabes algo, tu también puedes resucitar de los muertos y no ser condenado a lago de fuego eternamente. Hoy es el día de salvación, no mañana.
Creyente: ¿Estás viviendo como el de la segunda cruz, Dando testimonio público del Maestro aun en medio del dolor?
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
¿Inclinarían sus cabezas en oración? Las cabezas están inclinadas y los ojos cerrados.
Si no eres salvo, quiero guiarte en una oración. Y en esta oración de esta mañana, puedes recibir a Jesucristo como tu Señor y Salvador personal. Ora conmigo así: Querido Dios, como ese ladrón moribundo, sé que soy un pecador. Como ese ladrón moribundo, sé que estoy condenado por mi pecado. Señor, temo tu juicio en esta mañana. Te temo porque eres un Dios justo y santo. Pero, Señor, sé que también me amas y sé que enviaste a Jesús a morir por mí. Creo que Él es el Hijo de Dios salvador, soberano y sin pecado. Yo creo eso. Y ahora esta mañana, Señor, como un ladrón moribundo, quiero decir: “Señor, acuérdate de mí”. Ven a mi corazón. Sálvame, Señor Jesús.
Señor Jesús, me alejo del pecado para seguirte toda mi vida. Soy débil, pero Tú eres fuerte. Empieza ahora a hacer de mí la persona que Tú quieres que sea. Te seguiré todos los días de mi vida, no para ser salvo, sino porque soy salvo. viviré por ti. No me avergonzaré de ti si me ayudas. Gracias, Señor Jesús, mi Señor y mi Salvador. En tu nombre oro. Amén.