Masculinidad y Femineidad Bíblicas
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I. Introducción
I. Introducción
La feminista Germeaine Greer dijo en 1970 que Las mujeres no son felices incluso cuando ellas siguen el modelo para el matrimonio y la familia. Según ella, el núcleo familiar es una estructura opresiva diseñada para apresar a las mujeres para el placer de los hombres. Ella soñaba con el día en el que los hombres agradecerían a las mujeres por llevar a la sociedad más allá de la familia tradicional a una nueva visión de libertad.
Este es el pensamiento que domina hoy nuestra cultura feminista. Hay un menosprecio generalizado por la familia tal y como fue diseñada por Dios. Es importante que como ceyentes aprendamos en medio de esta cultura a pensar correctamente sobre los roles de los hombres y las mujeres en el hogar, Dios nos dio su palabra para que podamos hacerlo, de manera que podamos vivir felices, cumpliendo con nuestro diseño.
Tenemos que saber que hay algo bueno del pensamiento feminista, este movimiento dice que el ser mujer es mucho más digno y significativo que vivir encarceladas como una ama de casa suburbana que sólo existe para tener hijos, limpiar el hogar y complacer sexualmente a su esposo. Lo malo del movimiento fue su llamado a las mujeres a encontrar valor en la femineidad por sí misma. Las mujeres son valiosas y dignas porque fueron creadas por un Dios bondadoso, un Dios que ha explicado detalladamente en su Palabra cómo las mujeres y los hombres tienen roles complementarios que desempeñar mientras reflejan su gloria en sus familias.
La semana pasada, comenzamos a ver estos roles en el hogar. Freddy nos recordó en Efesios 5 lo que significa que el hombre es el proveedor y el protector que entrega su vida por su esposa en amor, y que la mujer está llamada a someterse al liderazgo espiritual de su marido. Reflexionamos sobre la soltería y el hogar, para ambos, hombres y mujeres, porque la Biblia enaltece la soltería (1 Co. 7). Los solteros no son ciudadanos de segunda clase en el reino de los cielos. No tienes que estar casado y con hijos para ser completamente humano - masculino o femenino, Jesús mismo es nuestro principal ejemplo de eso.
Consideramos además la pregunta acerca de una esposa y madre que trabaja fuera de casa, y recordamos que la pregunta no es fundamentalmente una de habilidad, puesto que las mujeres tienen habilidades maravillosas para trabajar fuera de casa, como vemos en Proverbios 31, esta mujer comercia con ropa y negocia con tierras.
La pregunta principal es una de deber – una mujer debe priorizar el cuidado de su familia, ser «cuidadosa de su casa» como dice Tito 2:5, así que debe orientar cualquier trabajo que haga fuera del hogar para bendecir a su familia según Proverbios 31.
Vamos a centrarnos hoy en 1 Pedro 3, veremos lo que Pedro tiene para decirnos sobre la masculinidad y la femineidad en el hogar, y luego responderemos a algunas preguntas prácticas: – ¿cómo toman decisiones los esposos?, ¿Cuáles son sus respectivos deberes, al disciplinar a los niños?. Y otras preguntas más. Esto es un tema importante ara los solteros (Puedes practicar los principios, Prepararte para el matrimonio y también puede saber como orar y aconsejar a los casados).
1 Pedro 3:1-7.
¿Qué dice Pedro acerca de los hombres y las mujeres en la relación matrimonial? Él se dirige primeramente a las mujeres:
1. La sumisión piadosa es poderosa, efectiva, hermosa y gratificante en sí misma.
1. La sumisión piadosa es poderosa, efectiva, hermosa y gratificante en sí misma.
ESTAD SUJETAS: La sumisión de una esposa tiene que ver con «rendirse voluntariamente en amor» a su marido—en otras palabras, es una determinación voluntaria de seguir y reconocer a su esposo como la cabeza y el líder de la familia.
VUESTRO ATAVÍO: La belleza espiritual tiene mucho más valor que la belleza física (Que se desvanece con la edad), la belleza del espíritu crece y se profundiza. La afabilidad y apacibilidad del corazón – es que ella alegremente descansa en seguir el liderazgo de su marido, en lugar de tratar de tomar las riendas bruscamente.
Cuando una mujer fomenta esta postura gentil y dócil, eso conduce a varias bendiciones:
Puede ayudar a persuadir a un esposo no creyente, de la verdad del mensaje del evangelio (ve los versículos 1-2). es un testimonio poderoso para él.
Este espíritu es «grande estima» delante de Dios (versículo 4).
También hace a una mujer «una de las hijas de Sara», es decir, poseedora del mismo carácter por el cual ella fue elogiada (6).
Versículo 6—Ayuda a una mujer a confiar, no a temer. ¿Por qué Pedro menciona el «miedo» aquí? Porque él sabe que tener esta clase de espíritu hacia una persona que sabes que es un pecador—someterte a él y comprometerte a seguir su liderazgo—es algo terrorífico. Y sin embargo, eso es lo que Dios llama a una mujer a hacer, y requiere avanzar en fe.
Mujeres, deben procurar esta clase de belleza más de lo que te esfuerzas por la belleza física. Si eres soltera, ora y procura el tipo de hombre que también valore esta clase de belleza. Hombres solteros—oren para que Dios los atraiga a esta clase de belleza más que a la belleza física.
Volviendo a los esposos:
2. El liderazgo piadoso implica la deliberada comprensión del hombre hacia su esposa y el honor alegre de su mujer.
En Efesios 5, Pablo hablaba del rol del hombre como el de principalmente amar a su esposa, así como Cristo amó a la iglesia. Todo lo que Pedro dice aquí está en ese mismo contexto de amor. Él completa la idea de dos maneras específicas.
Los esposos viven con sus esposas de una forma comprensiva. Esto quiere decir, que un marido debería procurar el conocimiento más profundo de su esposa. Él debería pasar tiempo escuchando a su esposa, pensando en ella, estudiándola y aprendiendo de ella. Esposos, ¿haces apuntes sobre tu esposa? ¿Cuáles son sus deseos, miedos y frustraciones? ¿Sus gustos y disgustos? ¿Qué la hace sentir amada y cuidada al final de un día duro? ¿Cuáles son sus fortalezas, y cómo puedes aprovecharlas? ¿Cuáles son sus debilidades, y cómo puedes ayudarla con ellas? Esas son las clases de preguntas que deberías hacer constantemente. Nunca llegarás al punto de conocerla completamente. Ser deliberadamente comprensivo hacia tu esposa es el llamado de toda una vida para un esposo.
Los esposos deberían mostrar «honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo». ¿Más débil?. Sabemos que no significa que sean moralmente o espiritualmente inferiores. Pedro puede tener en mente la fuerza física, o la autoridad relativa dentro del matrimonio, o incluso una mayor sensibilidad emocional entre muchas mujeres que, aunque también es una gran fortaleza, también puede dejar a algunas esposas más propensas a ser heridas profundamente por conflictos dentro de un matrimonio. Eso no quiere decir, que ninguno de esos casos sea verdad para cualquier mujer en particular. Claramente muchas mujeres son más fuertes que sus esposos de muchas formas. El punto es que un marido nunca debería tomar ventaja de nada que él perciba como una debilidad en su mujer. La mayoría de los esposos serán físicamente más fuertes que sus esposas, por ejemplo. No deberían utilizar eso para su beneficio, sino más bien, usar su fuerza para tratar a sus esposas con un alto honor y cuidado, utilizar sus fortalezas y la autoridad que han recibido de Dios para el bien de ellas. De hecho, Pedro advierte que si no honras a tu esposa y pones sus necesidades primero, impedirás que tus oraciones sean contestadas, y ese es un lugar muy temeroso en el cual estar.
3. Un esposo debería hacer esto porque su esposa es coheredera con él de las promesas de Dios.
Una esposa no es de ninguna manera menos que su marido en el reino de Dios, y todas las promesas en Cristo son suyas igualmente.
Hemos visto el llamado de una esposa a cultivar la belleza del contentamiento mientras sigue el liderazgo de su esposo.
Hemos visto el llamado del esposo a rendir su vida y a vivir con su esposa de una forma honorable y comprensible.
¿cómo se desarrollan estos principios en un hogar?
1. En la toma de decisiones.
Hay un balance delicado, un baile podrías decir, cuando un esposo y una esposa tienen que tomar decisiones transcendentales.
Por un lado, como cabeza de la familia (Gn. 2; Ef. 5:23), el esposo es el responsable principal de la decisión y está encargado de mantener el liderazgo en la situación. Él no debe abdicar o ceder pasivamente el liderazgo a su esposa, en cambio, éste debe ejercer el mando que Dios le ha dado.
Por el otro lado, él debe recordar que su liderazgo debe estar caracterizado por el servicio, que su esposa es coheredera con él de las promesas de Dios. Y que ella tiene a menudo fortalezas complementarias. Por eso, el marido debe honrar a su esposa, respetar sus puntos de vista, opiniones, sentimientos, y contribuciones sobre el asunto en cuestión.
Para los esposos, amar como «como Cristo» en Efesios 5, significará frecuentemente subordinar tus preferencias y deseos por los de tu esposa. Pero escuchen hombres: probablemente es un pecado, y es ciertamente tonto presumir tener el liderazgo en cosas como, cuál restaurante visitar o cómo pasar tu sábado. Los esposos nunca deberían usar la sumisión como una ventaja en asuntos simples de preferencia. Las mujeres pueden tener mejores ideas y tomar la iniciativa en estas cosas.
Cuando Pablo se dirige al marido en Efesios, él no dice ni una palabra sobre liderazgo o sumisión. Hombres, cuando pienses en tu rol como esposo, la idea que aparece en tu mente no debería ser «mi esposa debe someterse a mí», sino más bien «ama como Cristo».
Finalmente, un esposo y una esposa deberían procurar llegar a una decisión que los satisfaga a ambos. No obstante, tú y yo sabemos que eso no siempre sucederá. Habrá veces en las que hables y ores y hables, y simplemente no puedes llegar a un acuerdo. A pesar de tus mejores intentos, el acuerdo te evade. En esa situación, es responsabilidad del esposo liderar gentil y claramente, y es responsabilidad de la esposa seguir – en humildad, y no con enojo o arrastrando los pies.
Todos piensan que quieren el liderazgo, porque lo asocian con la autoridad, el poder de tomar todas las decisiones. Y quieren ese poder para hacer lo que ellos quieran, para ir a donde ellos quieran ir. Pero el liderazgo, sea en el hogar, la iglesia, el lugar de trabajo – consiste fundamentalmente en ser responsable por el bien de otros. Es apropiarse del bienestar de los demás. No es «qué quiero yo», sino «qué necesitan ellos».
El verdadero liderazgo entiende esa responsabilidad. Un esposo necesita la sabiduría de Dios al liderar a su familia. Pues se van a equivocar, bastante. Así que, esposos, cuando cometan un error, admítanlo. Pidan perdón. Aprendan de eso. Eso también es un buen liderazgo.
Esposas, sus maridos lo van a echar a perder. Jesús no lo hará, pero ellos sí. Lo siento. Pero es por eso que los esposos son terribles salvadores. Por tanto, mira a Jesús mientras procuras ser rápida para perdonar. Y ayuda a tu esposo a ver porqué se hundió el barco. Habla con él. Él no vive en tu mundo todos los días, entonces ilumínalo. Quizá tengas que recordarle a veces la carga que llevas, el peso sobre tus hombros. Revisa, perdona, trata de aprender, y continúa.
Hombres, no procuren la pasividad por el bien de la paz (2x). No cedas a lo que crees que es mejor, simplemente para evitar una discusión difícil con potenciales consecuencias dolorosas. «amor» no significaba «no la hagas enojar» esta es una definición egoísta. No estás buscando su bien, sino el tuyo. El amor bíblico es correr ese riesgo. El amor bíblico dice, «amo más tu bien duradero que mi paz temporal».
2. ¿Cómo deberían un esposo y una esposa asignar otros deberes y responsabilidades?
Un buen principio general es que los deberes y las responsabilidades deberían ser asignados de tal forma, que ambos animen e intensifiquen los aspectos femeninos y masculinos del género. Ese es el principio, pero no creo que haya reglas inflexibles.
Hay muchas cosas en los asuntos diarios de un hogar que la Biblia no categorizaría como «masculino» o «femenino». Hacer una diligencia. Regar las plantas. Preparar una comida. Esos son deberes de un hogar, pero estaríamos presionados en decir que son deberes únicamente del hombre o de la mujer.
Yo sugeriría que los hombres deben llevar las tareas del hogar que son más cargadas físicamente, pensando en 1 Pedro 3:7.
Considerando que la responsabilidad de un hombre es la de proteger y proveer, tampoco voy a pedirle a mi esposa que revise un ruido sospechoso en la casa por la noche.
Asimismo, pensando en Génesis 2:15, los esposos son llamados a «labrar y cuidar», el esposo debe manejar más los asuntos relacionados a la provisión, incluye el presupuesto y los ahorros a largo plazo. Nunca se hacen unilateralmente. Una esposa puede ser más orientada a los detalles, y ser más responsable manejando las cuentas.
En Tito 2:5, las mujeres maduras enseñan a otras mujeres a ser «cuidadosas de su casa», los deberes normales de una mujer estarán más orientados hacia el hogar y cuidado de los niños las 24 horas al día – observa cómo la mujer en Proverbios 31 se preocupa por vestir y alimentar a su familia.
Es el trabajo del hombre guiar y conversar juntos para que haya un mutuo acuerdo y no confusión.
3. ¿Cómo deberían un esposo y una esposa dirigir, cuidar y disciplinar a sus hijos?
El esposo es el responsable por la supervisión espiritual y física del hogar, incluyendo la instrucción y disciplina de sus hijos.
Efesios 6:4: «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, (interesante, Pablo parece entender cuán impaciente los padres tienden a ser), sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor».
Pablo no dijo: «madres. Sino «¡padres!». Es esencialmente tu responsabilidad. En un mundo caído, algunas madres solteras, o mujeres casadas con no creyentes, tendrán que asumir esta responsabilidad, y Dios es fiel para brindarles fortaleza. Pero si hay un hombre cristiano en el hogar, es tu responsabilidad ver que las devociones ocurran.
Es tu responsabilidad ver que la familia llegue a la iglesia.
El manejo inmediato y cotidiano de los hijos y el gobierno del hogar recaen bajo la competencia de la esposa. 1 Timoteo 5:14, «gobernar sus casas». Implica acción y actividad. Involucraría consideración, planificación, un alto nivel de atención y competencia, en la línea de Proverbios 31.
Una mamá pasará probablemente más tiempo con los niños (al menos durante el día, y especialmente cuando son jóvenes), y estará más directamente involucrada con su escolaridad y demás actividades (de nuevo, al menos durante las horas de trabajo), y disciplinará a sus hijos según sea apropiado cuando su esposo no esté presente. Hermanas, si estos días están pasando la mayoría de sus horas cuidando a los niños, recuerden que ese es un increíble llamado que Dios les ha dado. Los días pueden parecer repetitivos y agotadores, pero Dios proveerá la gracia.
Mientras tanto, un padre, debería enseñar a sus hijos a respetar, honrar, y apreciar a su madre, sea que él esté presente o no.
También, un esposo no debería ser pasivo en la instrucción y disciplina de sus hijos, dejándole todo el trabajo a su esposa cuando él está presente. Esposos, es nuestro trabajo intervenir.
Hombres, gobiernen su hogar de tal forma que puedan proveer y proteger a otros – preparen comidas, inviten personas a la casa y anímenles espiritualmente.
Mujeres, hagan de su hogar un lugar donde su belleza espiritual brille. Utilicen su casa para fomentar vida espiritual en otros, quien sea que Dios ponga en su camino. Toma estos principios y aplícalos a tu situación, incluso mientras oras por una pareja o por hijos y espera en nuestro Dios compasivo.
Oremos.