Orando como Jesús. Estudio 1.

INTRODUCCIÓN:

Durante su ministerio en Galilea, Jesús empieza a ser cada vez más reconocido, y con esta fama comienza a generar oposición hacia su persona.

A cargo de esta campaña en su contra, estaban principalmente las autoridades religiosas de la época, que eran los se veían directamente ofendidos por las cosas que Cristo enseñaba. A pesar de que él hacía cosas que evidenciaban con claridad que era el Hijo de Dios, los líderes judíos tenían dudas sobre lo que decía.

Esto lleva a que Jesús emita una condenación contra las ciudades de Corazín, Betsaida y Capernaúm, porque rechazaron al Mesías a pesar de todas las señales que él hacía.

Es en ese entonces cuando él pronuncia esta oración. Muy pronto, sería tal la ruptura que habría entre Jesús y los líderes religiosos que él empezaría a hablar en parábolas, de manera que los misterios del reino permanecieran ocultos para estas personas.

Concentrándonos en la oración:

Mateo 11:25–27 RVR60

25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre, porque así te agradó. 27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Jesús está elevando una oración al padre , y es una oración de alabanza, , Él Dice: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra.

Jesús a pesar de todo lo que estaba pasando ve con claridad cómo el propósito perfecto de Dios se cumple.

Aveces vamos a quedar viendo el problema, las circunstancias, las dificultades, una situación difícil de afrontar, ahí nos quedamos, viéndola, nos congela.

Con Jesús aprendemos a no ver la dificultad, con Jesús aprendemos, que en medio de la dificultad debemos ver el propósito de Dios para nuestras vidas.

Jesús comprende que el propósito de Dios padre en la oposición de los religiosos, en el rechazo de los pobladores de estas ciudades, estaba más que claro, y por eso alaba a Dios.

Luego establece al menos dos propósitos de Dios en su situación:

I. La revelación de Dios, no era para aquellos religiosos, sino para los más pequeños.

...Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños...

Hermanos, el motivo de alabanza de Jesús, es porque entiende que el propósito perfecto del Padre era que los misterios de Dios y el plan de salvación pudiera ser revelado a los niños, mientras que permanecía oculto para aquellos que se consideraban sabios. Los que se creían ser sabios por sus conocimientos de la ley del A.T., considerando tener garantizada la aceptación de Dios.

Ahora, aquí no se refiere a los niños respecto a la edad cronológica, tampoco se refiere a aquellos que son niños espirituales, o recién convertidos, sino que es una referencia a aquellos que reconocen sus errores y limitaciones y que corren a los brazos del Padre pidiéndole que les ayude.

Dios revela las cosas a aquellos que son niños, bajo el punto de vista de que entienden que separados de Dios nada pueden hacer, y entonces tienen una dependencia total de su persona y de su gracia.

Jesús alaba al Padre al ver cómo se manifiesta con total claridad que Dios se revela a aquellos que deciden negarse a sí mismos y buscarlo con un corazón sincero.

Lo segundo que aprendemos de esta oración de alabanza de Jesús, es que .

II. Jesús alaba al padre porque todo ocurre, conforme a su voluntad.

... Sí, Padre, porque así te agradó…(v. 26)

Jesús reconoce que tal acción era el beneplácito o deleite del padre, y no sólo que Dios Padre, se ha deleitado, en que en su infinita voluntad los más pequeños recibieran el mensaje y la salvación, sino que su deleite, estaba también en el mensajero.

Esta frase, además de que Jesús afirma que lo que ha ocurrido es la voluntad del padre, también prepara a los oyentes para entender lo que viene en seguida.

Jesús dice: “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”(v.27)

Así lo quiso el padre, que todo fuera entregado a él. Jesús tiene lo que el pecador necesita. “Todas las cosas” , para la realización de la tarea mediadora han sido entregadas por el Padre al Hijo.

El como Mediador tiene lo necesario para hacer que el hombre sea verdaderamente bienaventurado.

Como mediador, él sabe lo que el pecador necesita, por eso él dice, “y nadie conoce al Hijo, sino el Padre”

En otras palabras Jesús dice, que el corazón del mediador, solo el padre lo conoce, y solo él sabe que en su corazón hay riquezas de conocimientos, sabiduría y amor.

De igual manera Jesús dice; ni nadie conoce al Padre sino el Hijo.…y con esto nos lleva a poder ver la relación de doble vía que existe entre el padre y el hijo, ya que el ser interior del pecador, y también sus necesidades solo Dios las conoce, y se las ha dado a conocer al padre.

Entonces, no solo alaba a Dios por que en su voluntad, él revela a los niños su mensaje y la salvación, sino que también es su voluntad que sea por medio de su hijo, el único mediador entre Dios y los hombres.

A manera de Conclusión, podemos ver lo siguiente:

Conclusión:

Jesús alaba a Dios, porque puede ver el propósito de Dios en lo que está ocurriendo con él, el rechazo de los religiosos, la oposición, y aún el rechazo, de los habitantes de las ciudades donde él iba.

El ve un propósito doble del padre en todo lo que está ocurriendo:

Que el mensaje y la salvación fueran conocida por los niños, los que podrían ver su necesidad de Dios y no por los que se creían salvos así mismo.

Fue la voluntad o el beneplácito de Dios, que los niños recibieran el mensaje y que él fuera el mensajero, el mediador entre Dios y los hombres.

Para reflexionar en esta noche:

¿Puedes ver el propósito de Dios en lo que está ocurriendo en tu vida en este momento?

¿A pesar de la circunstancias, puedes alabar a Dios?