Inconsistencia, necedad, y astucia.
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1 Samuel 24-25
Breve repaso de las historias… Saúl persiguiendo a David… David rehusa hacerle daño. David sigue huyendo y pide ayuda a Nabal, éste se la niega; cuando David está por atacar la casa de Nabal, la esposa de Nabal se da cuenta y sabiamente resuelve la situación.
Estas historias nos enseñan tres cosas acerca de la naturaleza del hombre: la inconsistencia de carácter, la insensatez del hombre, y la sabiduría de una mujer.
Las Inconsistencias del hombre.
Las Inconsistencias del hombre.
David dispuesto a perdonar a Saúl.
David dispuesto a perdonar a Saúl.
1 Sam 24:6
Y dijo a sus hombres: «El Señor me guarde de hacer tal cosa contra mi rey, el ungido del Señor, de extender contra él mi mano, porque es el ungido del Señor».
Después de esto David se levantó, salió de la cueva y dio voces tras Saúl, diciendo: «¡Mi señor el rey!». Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra y se postró. Y dijo David a Saúl: «¿Por qué escucha usted las palabras de los hombres, que dicen: “Mire que David procura su mal”? »Hoy han visto sus ojos que el Señor lo ha puesto en mis manos en la cueva en este día; y algunos me dijeron que lo matara, pero mis ojos tuvieron piedad de usted, y dije: “No extenderé mi mano contra mi rey, porque es el ungido del Señor”.
i. Su conciencia no lo dejaba en paz.
Aconteció después de esto que la conciencia de David le remordía, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.
ii. No permitió que sus hombres fueran contra Saúl.
David contuvo a sus hombres con estas palabras y no les permitió que se levantaran contra Saúl. Y Saúl se levantó, salió de la cueva, y siguió su camino.
iii. Dejó que fuera el Señor quien juzgara entre ellos.
»Juzgue el Señor entre usted y yo y que el Señor me vengue de usted, pero mi mano no será contra usted. »Como dice el proverbio de los antiguos: “De los malos procede la maldad”, pero mi mano no será contra usted.
David dispuesto a matar a Nabal.
David dispuesto a matar a Nabal.
i. La ofensa de Nabal fue la ingratitud.
”He oído que tienes esquiladores. Ahora bien, tus pastores han estado con nosotros, y no los hemos maltratado, ni les ha faltado nada todos los días que estuvieron en Carmel. ”Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Por tanto, permite que mis criados hallen gracia ante tus ojos, porque hemos llegado en un día de fiesta. Te ruego que de lo que tengas a mano, des a tus siervos y a tu hijo David”».
La ofensa de Nabal fue similar a la de Saúl. David había servido al rey y expuesto su vida contra Goliat, los filisteos, y otros pueblos más. Pero Saúl fue desagradecido.
Nabal tenía mucho que agradecer a David, pero no tomó en cuenta las bondades recibidas.
Pero uno de los criados avisó a Abigail, mujer de Nabal: «David envió mensajeros desde el desierto a saludar a nuestro señor, pero él los ha tratado mal. »Sin embargo, los hombres fueron muy buenos con nosotros; no nos maltrataron ni nos faltó nada cuando andábamos con ellos, mientras estábamos en el campo. »Como muro fueron para nosotros tanto de noche como de día, todo el tiempo que estuvimos con ellos apacentando las ovejas.
¡Qué fácil es olvidar los favores y cuidados que recibimos de otros!
Tú puedes hacerle mil favores a alguien, pero por uno que no le hiciste, te convertiste en el malo.
La falta de agradecimiento de aquellos que servimos pueden hacernos perder el control.
ii. David ordenó a sus hombres ir contra Nabal.
Y David dijo a sus hombres: «Cíñase cada uno su espada». Y cada hombre se la ciñó. David también se ciñó la suya, y unos 400 hombres subieron tras David, mientras que otros 200 se quedaron cuidando el equipaje.
iii. David quizo hacer justicia con sus propias manos.
Y David dijo a sus hombres: «Cíñase cada uno su espada». Y cada hombre se la ciñó. David también se ciñó la suya, y unos 400 hombres subieron tras David, mientras que otros 200 se quedaron cuidando el equipaje.
La insensatez del hombre.
La insensatez del hombre.
Nabal era rudo y malvado.
Nabal era rudo y malvado.
El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail. Y la mujer era inteligente y de hermosa apariencia, pero el hombre era áspero y malo en sus tratos, y era calebita.
¿Cómo pudo casarse con un hombre así?
En aquellos tiempos, las mujeres no escogían a los esposos. Sus padres los escogían por ellos.
Triste es que la mujeres de este tiempo, pudiendo escoger, escogen un bruto y abusivo como Nabal.
i. Nabal le hacía honor a su nombre: Insensato o tonto.
»Ruego a mi señor que no haga caso a este hombre indigno, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal, y la insensatez está con él; pero yo su sierva no vi a los jóvenes que usted, mi señor, envió.
ii. Todo matón encuentra quien lo detenga.
¡El valiente llega hasta donde el cobarde se lo permite!
Nabal miraba de menos a otros.
Nabal miraba de menos a otros.
Pero Nabal respondió a los siervos de David: «¿Quién es David y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos siervos hoy día que huyen de su señor.
i. Consideró a David como un esclavo...
ii. Probablemente sabía el problema de David.
Nabal era un hombre egoísta.
Nabal era un hombre egoísta.
»¿He de tomar mi pan, mi agua y la carne que he preparado para mis esquiladores, y he de dárselos a hombres cuyo origen no conozco?»
Observa: mi pan, mi agua, mi carne, mis esquiladores. ¿Ves el problema de su corazón?
i. Su razonamiento: ¿Por qué voy ayudar a alguien que ni conozco?
No se olviden de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
“ni los conozco”...
ii. La gente egoísta siempre tiene una excusa para no dar.
Nabal era un borracho.
Nabal era un borracho.
Entonces Abigail regresó a Nabal, y este tenía un banquete en su casa, como el banquete de un rey. Y el corazón de Nabal estaba alegre, pues estaba muy ebrio, por lo cual ella no le comunicó nada hasta el amanecer. Pero sucedió que por la mañana, cuando se le pasó el vino a Nabal, su mujer le contó estas cosas, y su corazón se quedó como muerto dentro de él, y se puso como una piedra. Y unos diez días después, sucedió que el Señor hirió a Nabal, y murió.
- Su insensatez lo hacía buscar su felicidad en la bebida.
Esa es una felicidad pasajera; dura solamente lo que dura el efecto del alcohol.
No se daba cuenta que el alcohol es un poderoso disolvente: disuelve familias, relaciones, negocios, ahorros, y salud.
La inteligencia de una mujer.
La inteligencia de una mujer.
El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail. Y la mujer era inteligente y de hermosa apariencia, pero el hombre era áspero y malo en sus tratos, y era calebita.
Su gozo estaba en el Señor.
Su gozo estaba en el Señor.
- Los nombres son significativos…
- Abigail: mi padre es gozo; David: quizás “el amado”.
¿Dónde encuentras tu gozo hermano(a)? ¿En tener? ¿En comprar? ¿En lucir bonito(a)? ¿En tus hijos? ¡Todo eso es pasajero!
♫“El gozo del Señor mi fortaleza es...”♫
Ella era una pacificadora.
Ella era una pacificadora.
Y se echó a sus pies y le dijo: «Señor mío, solo sobre mí sea la culpa. Le ruego que permita que su sierva le hable, y que escuche las palabras de su sierva. »Ruego a mi señor que no haga caso a este hombre indigno, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal, y la insensatez está con él; pero yo su sierva no vi a los jóvenes que usted, mi señor, envió.
El problema de muchas mujeres es que son peleoneras.
»Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
Ella era muy generosa.
Ella era muy generosa.
- Sabía que, dando a los necesitados, estaba dando al Señor.
»Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: “Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. ”Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí”. »Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ”¿Y cuándo te vimos como extranjero y te recibimos, o desnudo y te vestimos? ”¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a Ti?”. »El Rey les responderá: “En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron”. »Entonces dirá también a los de Su izquierda: “Apártense de Mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. ”Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; fui extranjero, y no me recibieron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo, y en la cárcel, y no me visitaron”. »Entonces ellos también responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o como extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?”. »Él entonces les responderá: “En verdad les digo que en cuanto ustedes no lo hicieron a uno de los más pequeños de estos, tampoco a Mí lo hicieron”. »Estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna».
- Cuando damos, el Señor nos da más.
Ella sabía cómo hablar.
Ella sabía cómo hablar.
»Le ruego que perdone la ofensa de su sierva, porque el Señor ciertamente establecerá una casa duradera para mi señor, pues mi señor pelea las batallas del Señor, y el mal no se hallará en usted en todos sus días. »Y si alguien se levanta para perseguirlo y buscar su vida, entonces la vida de mi señor estará bien atada en el haz de los que viven con el Señor su Dios; pero Él lanzará la vida de sus enemigos como de en medio de una honda. »Y sucederá que cuando el Señor haga por mi señor conforme a todo el bien que Él ha hablado de usted, y se ponga por príncipe sobre Israel, esto no causará pesar ni remordimiento a mi señor, tanto por haber derramado sangre sin causa como por haberse vengado mi señor. Cuando el Señor haya hecho bien a mi señor, entonces acuérdese de su sierva». Entonces David dijo a Abigail: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te envió hoy a encontrarme, bendito sea tu razonamiento, y bendita seas tú, que me has impedido derramar sangre hoy y vengarme por mi propia mano.
Ella sabía cuando hablar.
Ella sabía cuando hablar.
No es suficiente con saber que decir o cómo decirlo, sino que es necesario saber cuando decirlo.
Como manzanas de oro en engastes de plata Es la palabra dicha a su tiempo.
Entonces Abigail regresó a Nabal, y este tenía un banquete en su casa, como el banquete de un rey. Y el corazón de Nabal estaba alegre, pues estaba muy ebrio, por lo cual ella no le comunicó nada hasta el amanecer. Pero sucedió que por la mañana, cuando se le pasó el vino a Nabal, su mujer le contó estas cosas, y su corazón se quedó como muerto dentro de él, y se puso como una piedra. Y unos diez días después, sucedió que el Señor hirió a Nabal, y murió.
- Saber cuando hablar es una clara marca de sabiduría para cualquier mujer.
- Abigail no desperdició el tiempo discutiendo con un borracho.
Eres tú quien decides si serás inconsistente, insensato, o inteligente.