No te preocupes ¡Ora!
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En los últimos años se ha visto un incremento en el estrés, algunos usan la palabra: preocupación. Hay muchas razones para estar preocupado: conflictos personales, la familia, estar casado, el trabajo, finanzas, padre de adolescentes. Si agregamos el carácter, orgullo, la impaciencia pues añadimos motivos de preocupación y si no tratamos ese estrés se convierte en ansiedad.,
Una vez que llegas a la ansiedad, la cosa se complica, porque la mayoría vamos a los 2 extremos: por una parte, intentar ocultarlo, por otra parte, poner en quienes nos rodean el peso de quitar nuestra ansiedad. Si lo intentas ocultar, sabes que, como olla de presión, ese estrés va a salir de una forma o de otra: compras compulsivas, adicción, alcohol, etc.
No ignoro que mucho de lo que vivimos parece que justificaría el estar ansioso o estresado: alza de precios, inseguridad, delincuencia organizada, desapariciones ¡eso preocupa a cualquiera! Pero veremos que no tenemos por que ser dominados por la ansiedad, de forma que nos controle.
El problema empieza en la mente, eso que parece que nos ahoga, esa sensación de querer escapar, de no estar, en ese momento no sabes ni por qué. Corrie Ten Boom dijo que: “La preocupación no quita la tristeza del mañana, te quita la fuerza de hoy”.
Vamos a filipenses 4 y veamos un verso que quizá has escuchado pero que es bueno recordar.
“No se preocupen por nada...” (Filipenses 4:6, NTV)
Si nos quedamos analizando estar parte, sin saber lo que dirá a continuación, creo que nos preocuparíamos más, porque dice que no te preocupes, no dejes que las fuerzas se te escapen de la vida y dice: no te preocupes ¡por nada!
¿Cómo haces eso? Recuerdan la primaria cuando pasabas al pizarrón a resolver un problema de matemáticas, pero no lo entendías y le dices al maestro: Profe: ¿no entiende?; ahora imagina que él te dice: ¡entiende! Ah, gracias, muchas gracias, ya puedo resolver el problema. ¡No sucede así!
La palabra preocupación quiere decir: ocupación previa o anticipada, viene del latín “praeoccupatio”, ésta palabra a su vez, tiene su raíz en la palabra “Capere” y esta palabra dentro de sus acepciones son: capturar, atrapar.
Estar preocupado es estar capturado, atrapado entre una realidad y algo que uno se imagina, algo que sólo está en la mente y eso te tiene dividido” (Explicar)
Muchos de ustedes están en la mejor época de su vida, los mejores años de su vida, al mismo tiempo muchos viven preocupados, atrapados, divididos. Si no tienen cuidado se verán ahogados por esa situación y no podrás disfrutar de la vida ¿te ha sucedido? No duermes, no descansas, constantemente piensas ¿qué voy a hacer con mi vida? ¿la vejez? ¿me casaré? Y apenas tienes 12 años. Los pagos pendientes, la salud, etc.
Si no haces algo y consideras que “es normal” quienes padecerán será: la familia, el trabajo. Te verás atrapado por la preocupación y te quitará las fuerzas para el hoy, porque mañana, esa situación puede que siga igual.
Aun así, la Palabra dice: ¡No te preocupes por nada! ¿qué sabe Pablo que nosotros no sabemos?
Pero, gracias a Dios, Pablo comparte lo que sabe:
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo...” (Filipenses 4:6, NTV)
Oren por todo y todo es ¡todo! No te preocupes por nada y ora por todo. Creo que esto no requiere mayor explicación del verso, porque todos sabemos que todo es todo. Aun así ¡no lo hacemos! No oramos por lo que más deberíamos orar; claro que oramos por la salud, la familia, los hijos, el trabajo. Pero, hay muchas otras cosas con las que no somos sinceros: no oramos por esa envidia que tenemos, por el orgullo, la soberbia, ese pecado, adicción. No oramos por eso, porque como que eso mismo nos da gasolina, nos da nuestra ración diaria de adrenalina. Oren por todo, lo bueno, malo, vergonzoso, humillante, no dejes nada fuera de tus oraciones.
Pablo va más allá:
“…Díganle a Dios lo que necesitan…” (Filipenses 4:6, NTV)
Ya que has orado por todo lo que te tiene ahogado, cargado, atrapado, ahora que estás más ligero, y te has liberado de esa carga, de lo que te atrapa, ahora estás listo, ya tienes la mente clara y puedes pedir con mayor asertividad, con mayor claridad de mente.
Si no descargas todo, vas a orar con todo eso permeando tus peticiones, la Palabra dice que “Oras y no recibes, porque oras mal”. Estás preocupado por los cambios en la oficina y oras: “Dios, que se muera mi jefe, que despidan al compañero.”
Por eso Dios, por medio de Pablo, Dios que te ama, que sabe que lo que te preocupa es un estorbo para tener la mente clara. Ahora que has descargado: dile a Dios lo que necesitas. También dile todo, ya has dejado el pasado atrás, ahora ve al presente y futuro ¿qué necesitas? ¿Realmente necesitas que tu jefe se muera? O ¿necesitas la seguridad de saber que tu Padre cuida de ti y te sostendrá en cualquier situación?
¿De verdad necesitas ser inmune a cualquier enfermedad? O ¿necesitas saber que para Dios no hay nada imposible? Puedes orar con mayor claridad.
Después de haber hecho esto, Pablo continúa:
“…y denle gracias por todo lo que él ha hecho.” (Filipenses 4:6, NTV)
Ahora sí dale gracias por todo lo que ÉL ha hecho, pero no podías ver porque estabas atrapado, dividido. Pensaste que Dios te había abandonado, que no te había protegido. Cuando estás tan preocupado todo lo vez negro, pero después de descargar, te das cuenta de que Dios siempre ha estado ahí, Dios siempre ha estado contigo. Es más, en una situación similar del pasado ¡Dios también te liberó!
En este proceso de oración está la solución: Orar por todo lo que te carga, lo que te ha sucedido, pedir lo que necesitas y agradecer.
Quiero hacer una observación, la misma Palabra dice lo siguiente:
“Sabes lo que voy a decir incluso antes de que lo diga, Señor.” (Salmo 139:4, NTV)
Si ya lo sabe, entonces la razón por la que te pide que vayas a ÉL en oración, no es porque no sepa qué te sucede, sino que le encanta pasar tiempo contigo, escuchar tu voz, ÉL no colgará el teléfono. Desea que le cuentes a ÉL todo lo que te sucede, antes que vayas a buscar al compadre, antes que vayas al alcohol, las deudas, antes que hagas algo de lo que te puedes arrepentir, ÉL quiere pasar tiempo contigo.
Así que no importa que tu lista de preocupaciones sea larga, pero debes saber que por cada preocupación debe haber una oración. La oración es la esperanza segura de que la promesa de que la Paz de Dios estará contigo, se cumplirá.
Vamos a Marcos 4. La preocupación nos quita fuerzas, nos atrapa. Veremos una parábola en la que no hay que hacer mucha exégesis, no te tienes qué preguntar ¿qué significa esto? Porque el mismo Señor Jesús nos deja la interpretación. Es la historia de un agricultor que nos da una lección sobre los diferentes tipos de suelos. Es la historia de un agricultor que avienta la semilla y cae en diferentes tipos de suelos, la semilla es la Palabra de Dios, es la misma siempre, pero el suelo es diferente. Veremos el tipo de suelo y su interpretación por parte de nuestro Señor Jesús.
“A medida que esparcía la semilla por el campo, algunas cayeron sobre el camino y los pájaros vinieron y se las comieron.” (Marcos 4:4, NTV)
“Las semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje, pero enseguida viene Satanás y las quita.” (Marcos 4:15, NTV)
Otro tipo de suelo
“Otras cayeron en tierra poco profunda con roca debajo de ella. Las semillas germinaron con rapidez porque la tierra era poco profunda;” (Marcos 4:5, NTV)
“Las semillas sobre la tierra rocosa representan a los que oyen el mensaje y de inmediato lo reciben con alegría; pero como no tienen raíces profundas, no duran mucho. En cuanto tienen problemas o son perseguidos por creer la palabra de Dios, caen.” (Marcos 4:16–17, NTV)
La tercera categoría es esta:
“Otras semillas cayeron entre espinos, los cuales crecieron y ahogaron los brotes, así que esos brotes no produjeron grano.” (Marcos 4:7, NTV)
“Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen la palabra de Dios, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones de esta vida, el atractivo de la riqueza y el deseo por otras cosas, así que no se produce ningún fruto.” (Marcos 4:18–19, NTV)
Las preocupaciones hacen que no produzcas ningún fruto. Si por cada preocupación una oración, pero no lo haces, las preocupaciones te ahogarán y no producirás ningún fruto. Una vida se ahoga, queda estéril, pero las preocupaciones, la ambición desmedida de riquezas, y el deseo de cualquier otra cosa, antes que desear a Dios, te van a atrapar.
Tú mismo serás el obstáculo para ser la mejor versión de papá que puedes ser, la mejor versión de mamá que puedes ser, de hermano, hermana, hijo, abuelo, director, patrón, artista, serás tú el arquitecto de tu propio destino, cuyo final no es feliz. Jorge Luis Borges , en su poesía “Remordimiento” dice esto en su primera estrofa:
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido feliz.
Que los glaciares del olvido me arrastren
y me pierdan, despiadados.”
Para terminar, veamos una historia muy conocida. Son 3 hermanos 1 hombre y 2 mujeres parece que son solteras, la mayor de las hermanas ella se llamaba Marta, ella se llamaba así.
“Durante el viaje a Jerusalén, Jesús y sus discípulos llegaron a cierta aldea donde una mujer llamada Marta los recibió en su casa. Su hermana María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas, pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena...” (Lucas 10:38–40, NTV)
Las 2 hermanas son bien diferentes. Marta se preocupa por dar de comer a los que llegan, tienen hambre, se quejan, ensucian la casa. María en cuanto escucha que Jesús empieza a hablar, corre y se siente en primera fila. Marta se queja: María está ahí sentadota y yo ni he podido probar bocado. Marta está en lo que es urgente resolver y María en lo que es importante hacer.
“…Entonces se acercó a Jesús y le dijo: —Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme.” (Lucas 10:40, NTV)
Marta pudo decirle eso a María ¡Párate y ayúdame! Pero no lo hace, es tan mandona que hasta quiere mandar a Jesús y que él hable con María en lo que ella calienta las tortillas. Además se requiere valor para querer mandar a Jesús, pero muchas veces queremos hacer lo mismo. Queremos apresurar o indicarle a Dios qué hacer, porque estamos ocupados. Jesús le dice:
“El Señor le dijo: —Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará.” (Lucas 10:41–42, NTV)
Marta, si ellos tienen hambre, van a ir por su Gansito y su coca, pero te preocupas por algo que ni ellos están preocupados, además, hay cosas por las que vale la pena dejar todo lo demás. María escogió la mejor parte y ¡nadie se la quitará”.
En otras palabras: Marta tú elegiste hacer lo que crees que es mejor, tú elegiste lavar ropa en domingo, tú te has distraído y has dejado lo importante.
Muchos como Marta toman este día para hacer lo que creen que es urgente y dejan de lado lo importante. Quizá alguien diga: es que si no lavo hoy ¡no tengo qué ponerme mañana para ir al trabajo! Pero, si ese mismo día, te viene a buscar tus padres, o tienes un dolor y tienes que ir al médico, dime, mañana ¿no irás al trabajo? ¡claro que irás! Y te pondrás algo.
Te quedas descansando, pero si pasan por ti tus amigos y te dicen: ¡vamos a tal lugar! Vas a ir, porque no has convivido con ellos desde la semana pasada.
Todos hemos experimentado este tipo de actitud. La preocupación muchas veces nos lleva a alejarnos de Dios, cuando debió hacer lo contrario ¡acercarnos a Dios!
Dime con honestidad ¿cuál es la prioridad en tu vida? ¿es tu prioridad en tu vida, tu comunión con Dios y el aprendizaje de SU Palabra? Y después te preguntas ¿por qué estoy tan estresado?
En la vida diaria vas a encontrar conflictos, personas negativas, conflictivas, habrá gente que ¡no va a cambiar! Siempre habrá más cosas qué hacer que el tiempo que tienes para hacerlo.
María escogió lo mejor y nadie se la quitará.
Muchas veces nos preocupamos por cosas que nunca suceden. Una persona vivió preocupada pensando que moriría de cáncer, y murió, pero de neumonía. Nunca tuvo cáncer y desperdició 3 años preocupándose por el cáncer que nunca le dio.
Te vas a preocupar cuando quieras sacar a Dios de algunas áreas de tu vida. Cuando hay menos oración hay más preocupación. El día de más oración es el día con menos preocupación.
Me preocupo cuando quiero solucionar yo mismo las cosas y me vuelvo creativo, para casi siempre después de hacerlo me arrepiento de haberme apresurado y empeorado las cosas.
Termino con esto:
1. La ansiedad se enfoca en lo que tu vez y no en lo que Dios te dice.
Tu vez en el nivel horizontal Dios ve en el nivel global. Más vale escucharle a ÉL.
2. La ansiedad evita que hagamos lo importante, por estar haciendo lo urgente.
En la vida siempre habrá motivos de preocupación, la Palabra no es irreal y no te dice que nada te importe para que no te preocupes, sino que nos da la receta.
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.” (Filipenses 4:6, NTV)
Padre esto quizá lo hemos oído antes, pero por alguna razón seguimos prefiriendo hacer las cosas con nuestras fuerzas y hemos descuidado sentarnos a tus pies a escuchar tu Palabra. Hemos olvidado buscarte todos los días en oración.
Hoy queremos escuchar tu Palabra y confiaré en ti las cosas de las que me he estado preocupando y sabemos que en Tus Manos estamos en el mejor lugar.
Palabra de Dios
Oremos