Liderazgo del pueblo de Dios

Introducción

El sistema de gobierno de Israel era el Teocrático, un gobierno dirigido por Dios. La ley era su constitución.

Todo asunto que debía ser juzgado era consultado con la Torá.

Este sistema de gobierno era administrado por Jueces, Sacerdotes, Reyes y Profetas.

La semana pasada vimos sobre los jueces y sus oficiales, quienes debían hacer un juicio justo sin torcer la justicias, sin hacer acepción de personas y sin aceptar soborno. Deuteronomio 16:19 “No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.”

En lo que respecta a los jueces, el pueblo era responsable de elegirlos. Deuteronomio 16:18 “Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.”

Pero en el caso de los Sacerdotes, Reyes y Profetas, eran elegidos y llamados por Dios.

Sacerdotes y Levitas

Los sacerdotes y levitas fueron escogidos por Dios de la tribu de Leví, ningún Israelita podía ocupar las funciones de los sacerdotes y levitas. Números 8:14 “Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas.”

Los jueces, con la ayuda de sus oficiales, eran responsables de administrar justicia en sus comunidades. Pero cuando los casos presentaban dificultades, debían ser presentados ante los sacerdotes y levitas.

Deuteronomio 17:8–9

8 Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; 9 y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio.

Los sacerdotes y levitas debían consultar con la ley, pero además debían consultar a Jehová.

Usaban también el Urim y Tumin. Éxodo 28:30

Debían de cuidar de no juzgar a la ligera, anteponiendo su opinión y experiencia, debían presentar el caso ante Dios y esperar su respuesta.

En Números 27:1-11, las hijas de Zelofehad quedarían sin herencia pues su padre no tuvo hijos varones, y la herencia era entregada solo a varones. Moisés consultó a Jehová y ordenó que se le diera a ellas la herencia de su padre.

Reyes

500 años después de Moisés, los israelitas pidieron rey a Jehová, el primer rey de Israel fue Saúl. Así como los sacerdotes, los reyes eran escogidos por Dios.

Deuteronomio 17:15 “ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano.”

De la tribu de Judá Dios escogió de la familia de David el linaje real, de donde vino el mesías salvador.

Los reyes tenían también sus leyes que debían cumplir.

Caballos

Deuteronomio 17:16 “Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino.”

Tener caballos era una ventaja en la guerra, pero Dios se los prohíbe para que no pusieran su confianza en ellos sino en la fuerza de su Dios.

Salmo 20:7 “Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.”

Fue un mandamiento que Salomón no cumplió:

1 Reyes 10:26 “Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.”

Mujeres

Deuteronomio 17:17 “Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe...”

La lujuria, el adulterio, la fornicación son pecados que desvían de Dios el corazón del hombre, pervierten su mente.

Por eso Dios ordena a los reyes no dejarse llevar por el pecado de la poligamia, para que su corazón no fuera desviado del propósito de Dios.

1 Timoteo 3:12 “Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas.” Diacono = siervo.

Otro mandamiento que no cumplió Salomón:

1 Reyes 11:3 “Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón.”

También Dios le ordena no acumular riquezas, para que su corazón no se desviara.

Deuteronomio 17:17 “...ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia.”

Confiar en las riquezas es un engaño, pues producen altivez de corazón y dejan de confiar en Dios, ignorando que las riquezas son temporales.

1 Timoteo 6:10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”

Esta fue la razón por la que Salomón se desvió de Dios.

1 Reyes 10:23 “Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría.”

Esta fue la razón por la que Salomón se apartó de Dios, y por eso Israel fue dividido:

1 Reyes 11:4 “Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.”

Conocedor de la ley

Deuteronomio 17:18-19 “Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas;y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra;”

Al igual que los Sacerdotes, los reyes debían conocer bien la ley de Moisés para conducirse conforme a la voluntad de Dios y gobernar con justicia.

Tenemos la promesa que somos reyes y sacerdotes para Dios. Apocalipsis 5:10 “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”

De igual manera somos llamados a llenar nuestra mente y corazón de la Palabra de Dios para actuar en justicia.

Profetas

Deuteronomio 18:15 “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;”

Dios había levantado a Moisés como profeta para declarar al pueblo la Palabra de Dios, pero al morir él, Dios promete levantar otro profeta.

Este texto apunta a linea profética que se mantendrá después de la muerte de Moisés, pero también es una profecía que apunta a Cristo. (Hechos 3:22)

Recordemos que el Sacerdote, representa al pueblo ante Dios, pero el profeta representa a Dios ante el pueblo.

Debía haber profeta para que los Israelitas no consultaran a la brujería.

Deuteronomio 18:10–14

10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. 13 Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. 14 Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.

Es un pecado sumamente horrendo delante de Dios consultar a la brujería antes que a Dios. Un pecado que hoy en día también debemos evitar.

Gálatas 5:20-21 “idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”

Pero el profeta no traía nada nuevo que Dios ya había declarado en su ley, el simplemente interpretaba por inspiración divina lo que Dios había demandado en su ley.

Pues de lo contrario sería un profeta falso.

Conclusión

No vivimos ahora en un gobierno Teocrático, las leyes de nuestro país no son regidas por la Palabra de Dios, aunque su base si está en la Biblia.

Como cristianos respetamos y cumplimos las leyes de nuestro país, pero sobre todo debemos conocer y obedecer la Palabra de Dios para conducirnos conforme a los principios del reino de Dios.

Tanto los jueces como los sacerdotes, reyes y profetas eran guiados por la Palabra de Dios. Si ellos actuaban fuera de sus principios, podían conducir al pueblo a la perdición.

Somos declarados reyes y sacerdotes, por lo tanto, al igual que estos siervos de Dios debemos guiarnos por la Palabra de Dios.