La guerra espiritual (2)
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Efesios 6:10-20
10 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,
20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de el, como debo hablar.
Con la expresión por lo demás (v. 10)
“Después de tener en cuenta lo que hemos aprendido, queda pendiente que sepan cómo tomar toda la energía de Dios para la guerra feroz que tienen que enfrentar”.
Pablo señala que está llegando a la conclusión y al clímax de la epístola. Antes de terminarla quiere llamar la atención de sus lectores al peligro que asecha a la iglesia de Cristo y a cada uno de ellos como creyentes. Para esto se basa en la obra maravillosa de Dios que abarca la eternidad pasada y se extiende a la eternidad futura. Toma en cuenta la obra redentora de Cristo en favor del hombre pecador, incluyendo hasta los gentiles.
No ignora la presencia y el poder del Espíritu Santo operando en los creyentes en una vida cambiada. Incluye la unidad de la iglesia en medio de la diversidad de los que la componen, y recuerda la vida radicalmente diferente de los creyentes. Ahora, alerta a esta iglesia y a los creyentes a tomar medidas preparatorias y preventivas para defenderse en la lucha contra el adversario que se opone a todo lo que Dios ha hecho en Cristo y su iglesia desde antes del comienzo del tiempo.
Ahora el apostol de manera imperativa hace mención de algunas instrucciones.
Vrs 10
1.- Fortaleceos En el señor y en el poder de su fuerza.
1.- Fortaleceos En el señor y en el poder de su fuerza.
Los creyentes deben seguir permitiendo que el Espíritu los fortalezca para la guerra espiritual continua
Un soldado que va a la guerra necesita tener fuerzas suficientes y armas adecuadas como para enfrentar al enemigo. Nosotros no podemos enfrentar esta lucha espiritual con nuestras propias fuerzas, ni con nuestras propias armas o capacidades.
De hacerlo así, acabaríamos derrotados.
Nuestro enemigo es más fuerte y astuto que nosotros. Por eso la Palabra nos dice que nos fortalezcamos en el Señor y en el poder de su fuerza. En el griego, la raíz del verbo fortalecerse es dynamis.
Necesitamos renovarnos cada día y llenarnos de la supereminente grandeza de su poder (dynamis) de la que ya hablamos al considerar el primer capítulo de esta epístola. Recordemos que la clave es creer que el mismo poder que resucitó a Jesús y lo colocó por encima de todos los principados y potestades ahora está en nosotros.Cada día tenemos que renovar nuestras fuerzas creyendo esta gloriosa verdad. Y la extraordinaria potencia del Señor operará en nosotros para que podamos enfrentar y vencer al enemigo.
2.- Vestidos de toda la armadura de Dios
2.- Vestidos de toda la armadura de Dios
Es contundente la declaración vestidos de toda no solo una parte se garantiza poder tener la fuerza y la resistencia contra las acechanzas del malo solo cuando se tenga toda la armadura La carta de Pablo a los Efesios y a los Filipenses: Pablo encadenado, el evangelio liberado: Cartas desde la prisión
Esta es una acción decisiva de la voluntad del creyente. Dios ha provisto nuestro equipo espiritual necesario, pero necesitamos reconocer la necesidad y valernos de la provisión de Dios y aplicarla a nuestro diario vivir
La justificación no nos libera de la guerra y de la tentación espiritual
La presencia del «nuevo hombre» no implica la eliminación completa del «viejo hombre». A menudo la guerra se intensifica. ¡Si Satanás no puede evitar que seamos salvos, procurará mantenernos espiritualmente derrotados y en silencio!
3.- Para que podais estar firmes
3.- Para que podais estar firmes
INFINITIVO PRESENTE PASIVO seguido por un INFINITIVO AORISTO ACTIVO, el cual se refiere a la lucha diaria, no una «batalla» o tentación decisiva esto es similar a la tentación de Jesús en Lucas 4:13, donde Satanás parte hasta un tiempo más oportuno). El término «estar firme» es un término militar para mantener la posición. Se repite en los vv. 13 y 14. Es el propósito clave de la armadura del creyente.
Algunas revisiones dicen de la siguiente manera.
LBLA «contra las insidias del diablo»
NVI «las artimañas del diablo»
NTV «contra todas las estrategias del diablo»
El enemigo y su fuerza
El enemigo y su fuerza
1.- No es fisico
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne
Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne. La palabra lucha aparece solamente aquí en el NT y significa un tipo de combate cuerpo a cuerpo que no termina hasta que uno de los combatientes esté vencido o herido mortalmente.
En este caso, el asaltante no es un adversario humano que se pude ver y sentir, ni físico como la carne propia del creyente que por su cuenta le da suficientes problemas.
2.- Principados y potestades
Parece que se esta refiriendo niveles angelicales (eones) de autoridad Pablo describe un reino espiritual organizado y operando en una esfera aparte del mundo natural que el cristiano conoce y en el cual se desarrolla la iglesia
-Principado
Es la jurisdicción de un príncipe, que aquí incluye a Satanás y todos sus subalternos.
Según Daniel 10:20–21, estos principados están compuestos por seres poderosos. El texto de Daniel parece sugerir que hubiera entre ellos un príncipe por cada nación.
-Las autoridades (potestades)
Son potencias que tienen poder e influencia sobre alguna jurisdicción específica.
3.- gobernantes de estas tinieblas.
los dominadores del mundo de las tinieblas o los poderes cósmicos de las tinieblas que gobiernan en este mundo pecador. Estos serán aquellos demonios que se han infiltrado en muchos sistemas políticos y humanistas aun de nuestro tiempo que pretenden dominar el sistema mundial y consolidarlo bajo un solo y nuevo orden sociopolítico. Ejemplo de esto es el movimiento contemporaneo de la nueva era.
4.- Espíritus de maldad en las regiones celestes.
espíritus de maldad en lugares celestiales. Estos son las hordas de espíritus malignos que habitan y actúan en el mundo invisible. Lugares celestiales no es sinónimo aquí con el cielo, sino representa aquella esfera o mundo espiritual que trasciende lo físico y temporal. Con mayor razón tenemos que tener cuidado y estar prevenidos los cristianos que estamos gozándonos de toda bendición espiritual en los lugares celestiales (1:3b). Las huestes antagónicas y diabólicas han invadido la esfera donde se desarrolla la vida espiritual del creyente.
En vista de tal realidad, Pablo ordena a la iglesia en general y a los creyentes en particular que tomen toda la armadura de Dios
-Por tanto
“No permitáis que el enemigo os sorprenda sin defensa. Tomad vuestra armadura. Hacedlo de inmediato, sin vacilar ni perder tiempo. Y recordad: ¡tomad la armadura completa!
-El propósito es:
para que podáis resistir en el día malo, es decir, en el día de las duras pruebas, los momentos críticos de vuestra vida en que el diablo y sus subordinados os asaltarán con gran intensidad.
Habiendo acabado todo.
Pablo les hablaba de una guerra prolongada e intensa que debía tener dos características; (1) la derrota del enemigo y (2) la resistencia de los soldados hasta el final (11, 14)
Ahora el Apostol empieza a describir la armadura que tenemos de parte de Dios para enfrentar esa guerra espiritual.
Pablo comienza a describir lo que veía en el soldado. En esos momentos ser militar era la actividad humana más exitosa porque hacía ya casi un siglo Roma era el exponente del éxito no por su diplomacia o su comercio sino por sus estrategias, su valentía, armamento y victoria. Así que la figura que Pablo estaba por utilizar era tanto popular como atractiva porque hablaba de lucha victoriosa.
Además señalaba a los hermanos el peligro constante al que estaban expuestos, el desinterés por el sufrimiento personal, la importancia por el bienestar del camarada, así como la unidad en la organización de todos hacia el objetivo del ejército romano.
Observando estas características de los soldados que lo custodiaban, Pablo concibió la carrera cristiana victoriosa como una milicia al mando del Señor Jesús. Le dijo a Timoteo que soportara los sufrimientos como buen soldado de Jesucristo (2 Ti. 2:3) porque estaba convencido de que la batalla de la fe era noble.
1.- Ceñidos vuestros lomos con la verdad
Efesios 6:14 “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad.
Ceñidos con el cinturón de la verdad
Alude al hecho de fajarse bien con un cinto ancho de cuero que servía para ajustar la túnica, proteger la parte posterior del cuerpo (los lomos) y sostener la vaina que portaba la espada.
El cinturón era lo primero que se colocaba el soldado. De él enganchaba la coraza y colgaba la espada. En la alegoría Pablo compara el cinturón con la verdad.
Es lo primero que necesitamos conocer y experimentar. Debemos estar bien ceñidos con la verdad de Dios. Su verdad debe envolvernos firmemente. No podemos andar con pensamientos flojos o cambiantes.
Necesitamos ser personas que demuestren convicciones firmes. Y esas convicciones no pueden basarse en argumentos o razonamientos humanos; tienen que fundamentarse en la Palabra de Dios.
El arma principal del enemigo es la mentira; de allí la importancia de estar fuertemente ceñidos con la verdad. Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres
2.- La coraza de justicia
Coraza viene de la palabra corazón, porque era lo que protegía el corazón y el pecho del soldado.
El corazón es uno de los lugares predilectos de ataque para el enemigo. El diablo constantemente nos acusa para crear en nosotros conflictos de conciencia, sentimientos de culpa y condenación a causa de nuestras fallas, errores y pecados.
Para protegernos de esos ataques debemos hacer tres cosas:
1) Reafirmar nuestra sujeción a Jesucristo, nuestro Señor.
2) Recordar que nuestra justicia es Cristo; que somos salvos por gracia, por los méritos de Cristo, y no por nuestras obras.
3) Confesar nuestros pecados cada vez que los cometemos, y vivir con limpia conciencia ante Dios.
Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor 1 Corintios 1:30–31.
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu Romanos 8:1
3.- Calzado del evangelio
Efesios 6:15 “y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.”
El calzado del soldado es muy importante porque debe permitirle marchar, avanzar y conquistar. Donde lleguemos nosotros debe llegar el evangelio. Por ello debemos estar siempre listos, y bien dispuestos a anunciar el evangelio dondequiera que vayamos. La orden de Cristo es Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura… (Marcos 16:15). Somos soldados; no podemos andar descalzos. Un ejército descalzo no puede avanzar ni conquistar.
El predicar el evangelio en todo lugar, a tiempo y fuera de tiempo, es el calzado de nuestros pies. Además de ser una protección para nosotros, hace posible que otros entren al reino y sean salvos.
4.- El escudo de la fe
Efesios 6:16 “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”
la expresion sobre todo
Es decir afectando todo el conjunto, estaba el largo escudo (lat. scutum) de madera u otro material con marco de hierro y forrado con cueros. De forma rectangular los cuales mojaban y asi apagar los dardos de fuego (u otras, según las regiones) servía para proteger el cuerpo lo más posible con pequeños movimientos del brazo izquierdo al cual estaba sujeto. Pero además, tenía enganches para unirse al escudo del compañero y formar un frente común en el avance hacia el objetivo (Fil. 1:27).
Ese escudo es la fe.
Fe es creerle a Dios. Creer su Palabra. Satanás aprovecha ciertos momentos difíciles, de conflicto o de desaliento, para dispararnos sus flechas mentirosas. Usemos el escudo que Dios nos ha dado. Usemos la fe. En el nombre de Jesús rechacemos toda mentira. Creamos la palabra de Dios. Si en algún momento descubrimos que nos hemos deprimido, revisemos si no nos ha alcanzado algún dardo del enemigo. Mediante la fe apaguemos cualquier dardo de mentira que haya tocado nuestra vida. Creámosle a Dios en todo tiempo y bajo cualquier circunstancia; entonces las dudas y las mentiras rebotarán en el escudo de la fe.
Para nosotros es el “escudo de la fe” porque es la fe en el Vencedor que nos une para la victoria (1 Jn. 5:5).
Dios es el escudo del creyente (Gn. 15:1; Sal. 3:3; 7:10; 28:7; Pr. 30:5).
Es bueno que tomemos nota de la comunión en la lucha por la fe, uniendo todos los esfuerzos contra las flechas encendidas del enemigo.
Ante la fe de una iglesia unida, el adversario tiene pánico porque donde está la comunión del Espíritu está también la fortaleza del Señor (comp. Is. 51:9; 2 Ts. 3:3).
5.- El Yelmo de la salvación
Efesios 6:17 “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;”
El yelmo es el casco que protege la cabeza del soldado. En una guerra lo primero a lo que apunta el enemigo es la cabeza. Satanás apunta a nuestros pensamientos. Debemos tener la cabeza protegida por la salvación de Dios, y nunca estar sin cobertura. Ponernos el casco significa que reconocemos a Cristo como nuestra autoridad, y que él es nuestra verdad. Por eso la Palabra nos insta a llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2 Corintios 10:5). No debemos abrirnos a cualquier clase de pensamientos. Necesitamos mantener nuestra mente protegida, tener la mente de Cristo
Para lograr el éxito, entonces, había que apuntar a la cabeza. El casco o yelmo que en su aspecto exterior era sobrio pero bonito por las diferentes crestas, tenía como función principal resguardar la cabeza y la nuca (comp. Lc. 2:30; 3:6: Hch. 28:28).Para el cristiano la salvación que resguarda la cabeza es una figura de la protección contra los malos pensamientos, las intenciones de la carne y todas las maquinaciones venenosas que parten del ser interior. La mente necesita estar protegida por la salvación para que tanto los móviles como los objetivos sean sanos (Tit. 2:2).El casco del soldado era visible por todos. Coloquemos la salvación tan alta como Dios nos manda, para su gloria y honra.
6.- La espada del Espiritu
La espada es el arma principal del soldado. Las otras armas tienen más bien una función protectora. La espada se puede utilizar tanto para la protección como para el ataque. Un soldado entrenado la sabe manejar con mucha destreza. En la lucha espiritual la espada es la palabra de Dios. Debemos conocerla muy bien, y creerla de todo el corazón, para poder proclamarla con nuestra boca bajo la unción del Espíritu Santo. Ningún enemigo puede resistir a la palabra de Dios. Cristo usó esta espada en el momento de la tentación. Respondió al enemigo: Escrito está. Santiago 4:7 dice: someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. ¿Con qué elemento contamos para ofrecerle resistencia si no es con la palabra de Dios? ¡Qué importante resulta conocerla! Es muy útil memorizarla y valioso meditar en ella. Emociona compartirla con los que no la conocen. Pero por sobre todo es fundamental creerla para poder resistir con ella los avances del enemigo. ¡Proclamarla con fe nos convierte en vencedores!Notemos que todas las armas se relacionan con la palabra de Dios.
concluye el apóstol Pablo estas recomendaciones finales
Efesios 6:18-20
18“orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,
20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.”
La oración como una poderosa arma en la vida del creyente.
1.- No dejemos de orar (en todo tiempo)
2.- Sometiéndonos a la voluntad del Señor (en el Espiritu)
3.- Dandole prioridad (Velando en ello no dejándolo)
4.- Dandole motivación (por todos lo santos) pidiendo unos por los otros motivándonos a orar con perseverancia.
Efesios 6:19,20 “por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.” “y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,”
5.- La oración capacita
1.- Da sabiduría (me sea dada palabra
2.- Da confianza, seguridad ante los adversarios. ( con denuedo)
finaliza el apóstol diciendo es necesario de esta poderosa arma la oración para que a través de ella sea un digno representante del reino de los cielos embajador y hable a la altura de quien represento.
Estamos en una encarnizada guerra espiritual por el avance del reino de Dios contra el mundo de las tinieblas Dios nos de su gracia y nosotros echar mano de los recursos que Dios nos ha provisto para enfrentar esta batalla no estamos solos estamos del lado del ganador.