Curso una Vida Centrada en el Evangelio
Un Curso que nos invita vivir nuestra vida a la luz del Evangelio.
Lección 3 Creyendo en el Evangelio
Idea Central:
Versículo de la Serie:
Versículo Clave:
Propósito de la Enseñanza:
Recapitulación:
Desarrollo
1-La Justicia Pasiva:
JUSTIFICACIÓN. Acto por el cual el Dios tres veces santo declara que el pecador que cree viene a ser justo y aceptable ante Él, por cuanto Cristo ha llevado su pecado en la cruz, habiendo sido «hecho justicia» en su favor (1 Co. 1:30). La justificación es gratuita, esto es, totalmente inmerecida (Ro. 3:24); sin embargo, se efectúa sobre una base de total justicia, por cuanto Dios no simplemente pasa el borrador sobre nuestros pecados con menosprecio de su santa Ley. Las demandas de su santidad han quedado plenamente satisfechas en Jesucristo que, no habiéndola jamás quebrantado, sino siendo Él mismo totalmente santo y justo, llevó en nuestro lugar toda la ira por la Ley quebrantada y por toda la iniquidad del hombre.
2- La Adopción:
En el Nuevo Testamento la adopción denota un acto de libre gracia de Dios, por el cual, Justificándonos por la fe, somos recibidos en la familia de Dios y constituidos herederos del patrimonio celestial. En Cristo Jesús, y mediante sus méritos expiatorios, los creyentes reciben la adopción «de hijos» (Gá. 4:4–5). Algunos de los privilegios de este estado de adopción son el amor y cuidado de nuestro Padre celestial; la semejanza a su imagen, una confianza similar en Él; el libre acceso a Él en todo tiempo; el; testimonio del Espíritu Santo, por el cual exclamamos: «¡Abba, Padre!», y el mismo Espíritu santo, que es las arras que Dios nos da de su adopción en Cristo Jesús y un título a nuestro hogar celestial (Ro. 8:14–17; 9:4; Ef. 1:4–5).
Cuidado:
Conclusión:
Cristo es la justicia de los creyentes
Romanos 3:22, 24; 8:4; 10:4; Filipenses 3:9; 1 Pedro 3:18
Temas de Predicación: Jesus, Justicia, Redención, Justicia, Unión con Cristo
Cristo es ahora la justicia de todos aquellos que realmente creen en él. Pagó por ellos el rescate por medio de su muerte. Cumplió la ley a favor de ellos durante su vida. De manera que ahora, en él y por él, todo verdadero cristiano puede llamarse un cumplidor de la ley, porque lo que le falta en su debilidad, la justicia de Cristo lo suple.