Cristología.
Introducción:
Desarrollo:
1. Cristo es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre.
2. Por haberse hecho hombre puede revelarnos al Padre.
3. Al hacerse hombre se sujetó a nuestras debilidades humanas.
4. Por lo tanto puede compadecerse de nosotros.
5. El es el hombre perfecto, sin pecado.
6. Por esto él es nuestro perfecto sustituto.
7. Las Escrituras afirman que él es Dios.
8. El tiene todos los atributos de Dios.
9. Por ser Dios tiene la autoridad de otorgarnos el perdón.
10. Por ser Dios y hombre es nuestro único mediador.
Apolinar, que fue obispo de Laodicea en el 361 d.C., enseñó que la persona de Cristo tenía un cuerpo humano, pero no una mente ni un espíritu humano, y que la mente y el espíritu de Cristo procedían de la naturaleza divina del Hijo de Dios.
Nestorio fue un predicador popular en Antioquía, y desde el año 428 d.C. fue obispo de Constantinopla. Aunque Nestorio mismo nunca enseñó la perspectiva herética que lleva su nombre (la idea de que Cristo tenía dos personas en un cuerpo, más bien que una persona),
El principal defensor de este punto de vista en la iglesia primitiva fue Eutiques (c. 378–454 d.C.), que era el líder de un monasterio en Constantinopla. Eutiques enseñó un error opuesto al nestorianismo, porque negó que la naturaleza humana y la divina permanecieran completamente humana y completamente divina. Sostuvo más bien que la naturaleza humana de Cristo fue tomada y absorbida por su naturaleza divina, de modo que ambas naturalezas cambiaron de alguna forma y surgió una tercera clase de naturaleza.
Con el fin de intentar resolver el problema surgido a causa de estas controversias sobre la persona de Cristo, se convocó un concilio de la iglesia en Calcedonia cerca de Constantinopla (la moderna Estambul), desde el 8 de octubre al 1 de noviembre del 451 d.C. La declaración resultante, conocida como la Definición de Calcedonia, protegía en contra del apolinarismo, el nestorianismo y el eutiquismo. Ha sido reconocida por la rama católica, protestante y ortodoxa del cristianismo como la definición formal y ortodoxa de la enseñanza bíblica sobre la persona de Cristo desde esa fecha.