LA IMPORTANCIA DE UN DIACONO FIEL

INTRODUCCION

La iglesia del Señor es un cuerpo vivo y orgánico que crece por medio de la fiel enseñanza de la Palabra de Dios, es un cuerpo vivo compuesto por seres humanos redimidos con necesidades espirituales, pero también físicas. La iglesia necesita hombres fieles que puedan enseñar, guiar, gobernar, y pastorear a la congregación; pero al mismo tiempo, es un cuerpo que tiene necesidades físicas y logísticas.

A medida que el cuerpo de Cristo crece en tamaño, es decir, más se suman a la iglesia, así también crecen las necesidades físicas y logísticas.

Ahora bien, una iglesia puede tener una predicación muy fiel y bíblica, pero si tiene una mala organización y estructura, entonces, no tardarán en salir las quejas y los malos entendidos.

Este fue el caso en Hechos 6:1-4, cuando por primera vez se nos narra la necesidad de establecer diáconos oficiales en la congregación.

EL DIACONADO

Ahora bien, ha habido mucha confusión sobre lo que el oficio de diaconal se refiere.

NO ES UNA JERARQUIA

Los diáconos no son parte de una estructura jerárquica en la iglesia. Muchos piensan que los diáconos son los segundos al mando cuando los ancianos faltan, e incluso ven en el diaconado un estapa previa para ser anciano. Sin embargo, esta idea es completamente contraria a la Escritura. La Biblia no menciona ninguna relación jerárquica entre los diáconos y el resto de la congregación. De hecho, los diáconos nos poseen más autoridad que los demás miembros en temas que conciernen a toda la iglesia. Pueden tener responsabilidad e información adicionales, pero no se traduce en autoridad.

Los diáconos no son una especie de sub-ancianos. En la Escritura solo los ancianos son llamados a gobernar, supervisar y liderar la iglesia. Si los ancianos faltan, no son los diáconos quienes están al mando, sino que deben ser hombres maduros a quienes los ancianos estén entrenando, o incluso buscar asistencia

Los diáconos no forman parte de una junta directiva, ni de un cuerpo de liderazgo alternativo.

¿Cómo sabemos esto? Pues, porque el oficio de diaconía puede ser llevado a cabo por una mujer. Si los diáconos fueran segundos al mando, sería una contradicción, pues las mujeres no pueden tener autoridad sobre la congregación. No debemos esperar que los diáconos sean líderes o tomen decisiones pastorales, pues eso corresponde al cuerpo de ancianos. Ahora bien, eso no quiere decir que los ancianos no podamos consultar a personas sabias que a su vez sean diáconos en ciertas situaciones, pero no es un requisito bíblico y por tanto, no deben ser evaluados bajo ese estándar.

NO SON CONSERJES

Al mismo tiempo, no quiere decir que los diáconos son simples conserjes. En muchas iglesias, se ve a los diáconos solo como administradores del local, o mantenimiento y limpieza. Pero, esta perspectiva reduce el oficio de los diáconos a un limite de acción que tampoco es bíblico.

SERVICIO

De modo que, para entender el oficio diaconal, debemos en primer lugar, entender qué es un diácono. En términos más claros los diáconos son siervos. La palabra misma significa eso, siervo. Un diácono es un siervo. Es una persona que tiene una disposición y preferencia por el servicio.

Ahora bien, todos los cristianos estamos llamados a tener una actitud de servicio, sin embargo, cuando pensamos en los diáconos, pensamos en personas a quienes, por su disposición al servicio, se le encarga una responsabilidad específica y que sirve con gozo con el fin de quitar carga de los pastores.

Volviendo al libro de Hechos 6:1-4 encontramos la primera vez que se nos narra un encargo de este tipo en la iglesia primitiva. Vemos que esta necesidad surge de la distribución de alimentos en la iglesia. A medida que creció el número de miembros en la iglesia, la necesidad física y logística se hizo mucho mayor, a tal punto que ya no podía ser cubierta por los pastores, sino que era necesario escoger hombres de buena reputación y testimonio para quitar esta carga de los pastores, y atender a la necesidad física de la congregación.