El Golpe Mortal

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Introducción

¿Qué estaríamos dispuestos a hacer para salvar la vida de nuestros hijos?
Algunos han sacrificado una carrera.
Otros han sacrificado su libertad.
Otros han dado su vida con tal de salvar la vida de sus hijos.
El día de hoy vamos a considerar el último golpe (el golpe fatal) que Dios envío sobre Faraón y los egipcios. Hoy la pregunta es para Faraón - ¿qué estas dispuesto a hacer con tal de salvar la vida de tu hijo? Hoy veremos:
La advertencia de Dios
El juicio de Dios
La reacción de Moisés

I. La advertencia de Dios

Al terminar la novena plaga (la plaga de las tinieblas) leemos:
Éxodo 10:28–29 NBLA
Entonces Faraón dijo a Moisés: «¡Apártate de mí! Cuídate de volver a ver mi rostro, porque el día en que veas mi rostro morirás» «Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro», respondió Moisés.
Vemos a un Faraón afectado por las 9 plagas que Dios ha enviado.
El país está al borde del colapso.
La gente y el ganado están padeciendo a causa de los golpes que Dios ha enviado.
Pero, Faraón sigue obstinado en negarse a dejar libre al pueblo de Dios. Él insiste en que los israelitas seguirán siendo los esclavos del reino egipcio.
Faraón echa a Moisés de delante de su presencia. No quiero volver a verlo.
Pero, ahora en Éxodo 11 leemos de lo que parece ser 1) otro encuentro de Moisés con Faraón (tal vez no fue un encuentre / audiencia formal), o 2) algo que sucedió antes que Faraón echara a Moisés de delante de su presencia.
Dios le dice a Moisés que aun ha de caer una plaga más sobre Faraón:
Éxodo 11:1 NBLA
El Señor dijo a Moisés: «Una plaga más traeré sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual los dejará ir de aquí. Cuando los deje ir, ciertamente los echará de aquí completamente.
Después de este golpe, Faraón no querrá más detener a los hebreos en Egipto.
Faraón los va a expulsar del país.
Tan fuerte será el golpe, que a Faraón no le dará ganas de tener a los hebreos como esclavos.
Faraón se obstina en que no salgan los israelitas y por tanto la espada de Dios está sobre su cabeza y está a punto de caer y dar el golpe mortal.

II. El juicio de Dios

El juicio de Dios no comenzó en Éxodo 11.
El juicio de Dios contra Faraón inició desde Éxodo 7 cuando la vara de Aarón se convirtió en una serpiente y devoró las varas de los magos de Egipto.
Y a partir de ese momento comenzaron a caer los juicios de Dios sobre Egipto.
Nueve plagas en total han caído antes de Éxodo 11.
El país ha sido azotado.
Las primeras 4 plagas causaron más bien molestia / inconveniencia entre los egipcios:
Nilo en sangre, ranas, mosquitos, moscas.
Las próximas 3 plagas causaron daños físicos entre la gente y el ganado:
Peste en el ganado, ulceras, y granizo.
La novena plaga trajo confusión, ansiedad, desesperación entre el pueblo:
Las tinieblas
Pero, ahora la ira de Dios está llegando a su climax - es el crescendo de la ira de Dios (en términos musicales).
Lo inevitable está por suceder.
Llegamos a pensar que Dios anuncia la última plaga en Éxodo 11.
Pero, al ver de lo que se trata nos damos cuenta que ya Dios lo había anunciado.
La décima plaga consiste en:
Éxodo 11:4–7 NBLA
Y Moisés dijo: «Así dice el Señor: “Como a medianoche Yo pasaré por toda la tierra de Egipto, y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino; también todo primogénito del ganado. ”Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca antes lo ha habido y como nunca más lo habrá. ”Pero a ninguno de los israelitas ni siquiera un perro le ladrará, ni a hombre ni a animal, para que ustedes entiendan cómo el Señor hace distinción entre Egipto e Israel”.
En las otras plagas, Dios manifestó su poder para que sucedieran. Pero, ahora en esta plaga Dios dice “Yo pasaré”.
Es Dios mismo quién va a ejecutar juicio.
Notemos que ahora que el pueblo de Dios está a punto de ser liberado, de ser redimido de su esclavitud, de ser libres de las cadenas, es Dios mismo que desciende e interviene a favor de su pueblo.
Este es el mismo principio que vemos en la encarnación de Jesucristo.
Siendo nosotros esclavos del pecado, siervos del enemigo, vino Dios en la persona de Jesucristo, se encarnó, tomó forma humana y habitó entre nosotros para morir en la cruz y así traer liberación para su pueblo.
Dios no envió a otro mediador - profeta, apóstol, pastor, sacerdotes, etc., fue Dios mismo quien vino a ser (en Cristo) el mediador entre Dios y el hombre.
Cuando se trata de la salvación / rescate de su pueblo, Dios toma cartas en el asunto y se involucra. ¡Es algo que no puede delegar, nadie más pudo venir a hacerlo, sino solo Dios!
Este golpe será mortal para los primogénitos de Egipto (tanto de personas como ganado), v. 5.
Nadie será exento del juicio de Dios.
Sufrirá el primogénito del Faraón y sufrirá el primogénito de la sierva que está detrás del molino.
Esta comparación de Faraón y la sierva indica lo universal que será el juicio de Dios en Egipto. Todos se verán afectados.
Va a ser un golpe, una tragedia, un sufrimiento que nunca antes se había visto en Egipto.
Éxodo 11:6 NBLA
”Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca antes lo ha habido y como nunca más lo habrá.
La palabra que se traduce “clamor” es la misma que aparece en Éxodo 3.7, Éxodo 5.15.
Éxodo 3:7 NBLA
Y el Señor dijo: «Ciertamente he visto la aflicción de Mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy consciente de sus sufrimientos.
Éxodo 5:15 NBLA
Entonces los jefes de los israelitas fueron y clamaron a Faraón y dijeron: «¿Por qué trata usted así a sus siervos?
Israel clamaba a Dios con dolor a causa de su sufrimiento.
Israel clamó al Faraón pidiendo que se les aliviaran las cargas.
…pero Faraón no escuchó su clamor. No tenía porque escuchar el clamor de estos pobres esclavos.
Pues ahora el que guarda a Israel causará tanto dolor entre los egipcios, que ahora serán ellos que clamarán de dolor.
Dios ha salido a la defensa de su pueblo y los enemigos de su pueblo sentirán en carne propia el dolor que han causado al pueblo de Dios.
Nuevamente Dios ataca a los dioses de los Egipcios.
En la última plaga Dios mostró su poder sobre el sol.
Los egipcios adoraban a Ra (el Dios sol), pero vemos que Dios pudo vencerlo / oscurecerlo por tres días consecutivos.
El Dios de los esclavos hebreos tiene autoridad sobre el más poderoso de los dioses egipcios.
Pero, no olvidemos que los Egipcios creían que el Faraón era divino.
El Faraón que estaba reinando representaba al dios Horus.
Cuando el Faraón moría, representaba al dios Osiris y su sucesor (su hijo) se convertía en el nuevo Faraón y representaba al dios Horus.
Pero, ahora Dios está declarando que va a morir el sucesor del Faraón.
No habrá otro ciclo dentro de esta dinastía.
Dios acabará con el próximo dios Horus para mostrar que ninguna potestad se puede mantenerse en pie ante la voluntad divina.
Dios declara la muerte de los primogénitos de Egipto por cuanto han esclavizado a su primogénito.
Cuando Dios llamó a Moisés para que fuera Egipto a liberar a los hebreos, Dios le dijo:
Éxodo 4:22–23 NBLA
»Entonces dirás a Faraón: “Así dice el Señor: ‘Israel es Mi hijo, Mi primogénito. ’Y te he dicho: “Deja ir a Mi hijo para que me sirva”, pero te has negado a dejarlo ir. Por tanto mataré a tu hijo, a tu primogénito’ ”».
Faraón ya había sido advertido acerca de que su primogénito moriría por no obedecer a la orden de Dios.
Faraón debía humillarse y dejar ir libre a Israel.
Es más, los egipcios entenderían. De hecho, sus mismos oficiales ya empezaban a temer y querían evitar más estragos / sufrimiento en Egipto:
Éxodo 10:7 NBLA
Y los siervos de Faraón le dijeron: «¿Hasta cuándo este hombre nos será causa de ruina? Deje ir a los hombres para que sirvan al Señor su Dios. ¿No se da cuenta de que Egipto está destruido?».
Éxodo 11:3 NBLA
El Señor hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios. Además el mismo Moisés era muy estimado en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los siervos de Faraón como a los ojos del pueblo.
Lo único que Faraón debía hacer ahora es dar la orden para que el pueblo saliera libre para adorar a Dios.
La vida del hijo del Faraón estaba en juego - no había que pensarlo, la decisión era tan clara, Faraón debía salvar a su hijo, a su sucesor, a todo costo.
¿Qué estaría dispuesto Faraón a hacer por que su hijo fuera salvado de la muerte?
Faraón pudo haber pensado que tal vez el dios de los hebreos no haría tal cosa. Tal vez solo era una amenaza falsa.
Pero, después de 9 plagas es imposible pensar que no se iba a cumplir el juicio decretado por Dios.

III. La reacción de Moisés

Es sorprendente ver que Faraón continuó empeñado en su rebelión.
Para él era más valioso su orgullo, su rebelión, su oposición a la voluntad divina, en lugar de humillarse y doblar sus rodillas y ceder ante la voluntad divina.
Pero Dios recuerda a Moisés:
Éxodo 11:9–10 NBLA
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Faraón no los escuchará, para que Mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto». Moisés y Aarón hicieron todas estas maravillas en presencia de Faraón. Con todo, el Señor endureció el corazón de Faraón, y este no dejó salir de su tierra a los israelitas.
Este es el estado de un hombre sin Dios y sin esperanza.
Su corazón es duro, insensible, cerrado a la voz de Dios.
Sus ojos ven todo lo que está sucediendo a su alrededor y viven como si nada estuviera pasando.
Muchos de ellos sufren, están padeciendo, están al borde de la desesperación.
…nosotros nos acercamos y decimos:
Busca a Dios.
Humíllate ante Dios.
Confiesa tus faltas a Dios.
Acude a Dios.
…y ellos responden de manera negativa:
No puedo.
No quiero.
No tengo tiempo.
Tal vez a ti te funciona eso de Dios y la Biblia, pero yo tengo mis propias creencias.
La Biblia nos describe la reacción de Moisés:
Éxodo 11:8 NBLA
»Todos estos sus siervos descenderán a mí y se inclinarán ante mí, diciendo: “Sal, tú y todo el pueblo que te sigue”; y después de esto yo saldré». Y Moisés salió ardiendo en ira de la presencia de Faraón.
La Biblia dice que Moisés “salió ardiendo en ira”.
Al ver la dureza de corazón de Faraón, no pudo más que sentir ira contra él.
Es extraño ver este sentimiento en la vida de Moisés. La Biblia nos dice que él era:
Números 12:3 NBLA
Moisés era un hombre muy humilde, más que cualquier otro hombre sobre la superficie de la tierra.
Por tanto, ahora que vemos que tuvo una reacción tan visceral, tan profundo, tan fuerte, nos sorprende.
¡Pero, no era para más!
Faraón está prefiriendo su rebelión sobre la vida de su primogénito.
Faraón prefiere su orgullo, su obstinación, que la vida de su propio hijo.
Es algo inconcebible pensar que Faraón prefiere la muerte de su hijo, con tal de no ceder ante las demandas de los hebreos.
Por tanto, Moisés reacciona de esta manera.
Es una ira santa.
Es una indignación bíblica al ver el rechazo continuó de un hombre que ha visto las maravillas de Dios, ha visto la mano de Dios, ha visto la misericordia de Dios (cuando ha retirado las plagas), y aún así se resiste ante su bendita voluntad.
Pero, esto lo vemos una y otra vez.
Lo vemos sobre todo en aquellos que se resisten a creer en Cristo.
Se resisten doblar sus rodillas ante el Creador.
Se resisten a tan siquiera considerar que Dios existe y que un día tendrán que dar cuentas a Dios.
Pero, tristemente el pueblo de Dios también en ocasiones vive como el mundo.
Llegamos a vivir como los que no conocen a Cristo - sabemos lo que la Biblia dice acerca de la vida matrimonial, de una vida piadosa, de la búsqueda de Dios, de la humildad, de la responsabilidad, de el amor fraternal, etc…y nos resistimos.
Esta misma reacción la tuvieron los profetas que Dios enviaba a confrontar a Israel a causa de su pecado.
Esta misma reacción la tuvo Pablo cuando tuvo que confrontar el legalismo, el libertinaje de las diferentes iglesias.
Gálatas 3:1 NBLA
¡Oh, gálatas insensatos! ¿Quién los ha fascinado a ustedes, ante cuyos ojos Jesucristo fue presentado públicamente como crucificado?
Quiera Dios que esta misma reacción la podamos sentir - no contra el pecado del hermano, sino contra nuestro propio pecado, contra nuestro propio mal.
Romanos 7:24 NBLA
¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?
Pero, gracias sean dadas a Dios que el propósito de esta reacción es para sacudirnos y clamar a Dios perdón y misericordia.
Él será justo en perdonar, derramar su gracia, y darnos el poder / fortaleza para abandonar nuestro pecado y seguir a Dios con fidelidad.
Proverbios 28:13 NBLA
El que encubre sus pecados no prosperará, Pero el que los confiesa y los abandona hallará misericordia.
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