La Práctica del auto examen.
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Introducción:
Introducción:
Antes de venir a la reunión (sea ayer en la noche o ahora en la mañana( ¿Ha pasado un tiempo considerable preparando su corazón?
¿Tiene usted la práctica de confesar sus faltas al Señor cada día antes de irse a dormir?
¿Pasa mas tiempo meditando en tus propios pecados que en los de los demás?
La Palabra de Dios nos enseña una práctica muy saludable que es uno de los medios que el Señor usa para santificarnos, esa es “la práctica de el auto examen”.
Hay muchos textos que nos invitan auto examinarnos, por ejemplo:
Lamentaciones 3.40 “40 Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;”
2 Corintios 13.5-6 “5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? 6 Mas espero que conoceréis que nosotros no estamos reprobados.”
Gálatas 6.2-4 “2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. 3 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. 4 Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro;”
También esta era una muy recomendada por los puritanos.
Thomas Watson escribió: “El examen personal es establecer un tribunal en la conciencia y tener allí un funcionario del registro, para que un hombre sepa por medio de un estricto escrutinio cómo están las cosas entre Dios y su alma… Un buen cristiano comienza por así decirlo el Día de Juicio aquí en su propia alma”.
El día de hoy quiero concentrarme en dos textos que nos hablan de la práctica del auto examen. Estos dos textos nos muestras dos facetas importantes de esta práctica.
Desarrollo:
Desarrollo:
1 Corintios 11.28-32 “28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.”
Contexto de la cena del Señor.
Está enseñando cómo prepararse para tomar la cena.
Sin embargo se aplica a nuestro diario vivir. Ya que somos llamados a adorar constantemente en nuestra vida, siempre debemos examinarnos para ser siempre una adoración aceptable a Dios.
Habla de dos acciones: pruébese a sí mismo y examínese a sí mismo.
Pruébese: quiere decir “poner a prueba”. Esta misma palabra griega se traduce de diversas maneras, como por ejemplo:
Lucas 12.56 “56 ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?”
Lucas 14.19 “19 Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses.”
Romanos 2.18 “18 y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,”
1 Corintios 3.13 “13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.”
Es decir debemos ponernos a prueba.
La segunda es examinarse: quiere decir observar atenta y cuidadosamente a alguien o algo para conocer sus características o cualidades o estados. También se puede traducir: juzgar, evaluar, reconocer, discernir, considerar, etc.
Las dos palabras tienen como fin enseñarnos que el examinar el estado espiritual es algo que nos corresponde a nosotros, recordemos la expresión que las acompaña “así mismo”
¿Qué es necesario examinara?
El contexto de este capítulo nos habla que entre los hermanos de Corinto habían algunas dificultades:
17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.18 Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
En esta Iglesia había problemas de divisiones y de desorden.
Por lo tanto podemos concluir algunas cosas que demos examinar:
La manera en que adoro al Señor, si es importante y serio como para hacerlo con orden.
La manera en que trato a mis hermanos. La manera en que trato a mis hermanos revelará lo que hay en mi corazón. ¿Estoy siendo motivado por el amor a mis hermanos o por la amargura? ¿Estoy siendo guiado por la humildad o por el orgullo?
Sin embargo la tarea de examinarnos no es fácil. Pero gracias al Señor que tenemos su ayuda.
Salmo 139.23-24 “23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.”
Aquí vemos que el Salmista acude al Señor para que le ayude.
Esto está basado en el hecho de que él conoce que el Señor mejor que él lo que hay en su corazón, esto se evidencia en las primeras palabras de este salmo:
1 Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.
Cuatro palabras: Examíname, conóceme, pruébame y ve.
Sin embargo quisiera detallar el significado de dos:
Examíname: reconocer, explorar, catar.
2 Samuel 10.3 “3 los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún su señor: ¿Te parece que por honrar David a tu padre te ha enviado consoladores? ¿No ha enviado David sus siervos a ti para reconocer e inspeccionar la ciudad, para destruirla?”
Jeremías 17.10 “10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”
Pruébame: probar un metal fundiéndolo.
Zac 13.9 “9 Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.”
Estas dos palabras, y las anteriores del N.T nos enseña que nuestro corazón es algo que es necesario conocer, que es difícil conocerlo a simple vista, es necesario un examen profundo.
Dios os ayuda en esta práctica.
Por un lado es un ejercicio que nosotros debemos hacer y en segundo lugar es algo en lo cual debemos depender de Dios.