Los hombres sufren
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1. El sufrimiento: una consecuencia del pecado.
1. El sufrimiento: una consecuencia del pecado.
17 Entonces el Señor dijo a Adán: «Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”, Maldita será la tierra por tu causa; Con trabajo comerás de ella Todos los días de tu vida. 18 »Espinos y cardos te producirá, Y comerás de las plantas del campo. 19 »Con el sudor de tu rostro Comerás el pan Hasta que vuelvas a la tierra, Porque de ella fuiste tomado; Pues polvo eres, Y al polvo volverás».
2. Dios usa el sufrimiento: para sus propósitos.
2. Dios usa el sufrimiento: para sus propósitos.
28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de los que lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
2 Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho 3 porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. 4 Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
18 pero Dios estaba cumpliendo lo que los profetas predijeron acerca del Mesías, que él tenía que sufrir estas cosas.
3. Cristo sufrió: por nuestro pecado y para garantizar una eternidad sin sufrimiento.
3. Cristo sufrió: por nuestro pecado y para garantizar una eternidad sin sufrimiento.
3 Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo. Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó. 4 Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios; ¡un castigo por sus propios pecados! 5 Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuvieramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados.
1 Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. 2 Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. 3 Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: «El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. 4 »Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado» 5 El que está sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas». Y añadió*: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas» 6 También me dijo: «Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 »El vencedor heredará estas cosas, y Yo seré su Dios y él será Mi hijo.