Llamando a Pecadores
Marcos • Sermon • Submitted • Presented • 1:04:26
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· 295 viewsLos humildes recipientes de las bendiciones de la salvación de Dios, son los publicanos y los pecadores. Algo inverosímil para estos hombres religiosos y destructores de la verdad, que como bien les dijo el Señor ni entran ellos ni dejan que los demás entren. La idea principal de nuestro texto, el cual narra el llamamiento de Leví, personifica el ministerio de Cristo y su reino como una gozosa invitación a los marginados por la sociedad y a los pecadores a que reconozcan su necesidad de curación espiritual.
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13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba.
14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.
15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido.
16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?
17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Introducción
Introducción
Hasta este momento en nuestro estudio hemos visto la principal preocupación del narrador la cual como hemos dicho consistía en demostrar el estatus mesiánico de Cristo y su autoridad, incluyendo su autoridad para proclamar el reino de Dios (1:14-15), para llamar discípulos (1:16-20), sobre las fuerzas demoníacas (1:23-28,34), para enseñar (1:21-22), sobre la enfermedad y para perdonar los pecados, la cual mencionamos en el mensaje de la semana anterior.
En el episodio que vimos hace ocho días, la curación del paralítico, Marcos comienza a narrar una serie de cinco controversias entre Jesús y los líderes religiosos; controversias que resaltan los pronunciamientos autoritativos de Cristo.
El llamamiento de Leví continúa este tema en el contexto de otro motivo marcado clave en esta serie.
Hablamos de que el perdón de los pecados y la curación les llega no a los líderes religiosos, farisaicos y seguidores de las tradiciones, sino a los pecadores y a los marginados que responden con fe y arrepentimiento al anuncio del reino que hace el Señor.
Los humildes recipientes de las bendiciones de la salvación de Dios, son los publicanos y los pecadores. Algo inverosímil para estos hombres religiosos y destructores de la verdad, que como bien les dijo el Señor ni entran ellos ni dejan que los demás entren.
La idea principal de nuestro texto, el cual narra el llamamiento de Leví, personifica el ministerio de Cristo y su reino como una gozosa invitación a los marginados por la sociedad y a los pecadores a que reconozcan su necesidad de curación espiritual.
No es una identificación con personas con pretensiones de superioridad moral que dicen haberse ganado un estatus de justicia ante Dios.
Es una invitación a pecadores al arrepentimiento.
En el versículo 13 leemos:
13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba.
El Señor Jesús está en Galilea, su epicentro es la ciudad de Capernaum y una vez más sale a la orilla del mar de Galilea y se le junto una gran multitud y les enseñaba.
Cada vez que el Señor estaba rodeado de personas, aprovechaba la oportunidad de predicar y enseñarles la Palabra de Dios, esto es su costumbre y no dejaba pasar ninguna oportunidad para hablar del Reino de Dios.
14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.
A este personaje en el primer Evangelio se le llama Mateo.
9 Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.
Algunos sugieren que Leví era el segundo nombre de Mateo, o quizá que Mateo era Levita, ya que así era el gentilicio de todos los nacidos en esta tribu.
Mateo habría sido especialmente odiado por la gente de la zona ya que se esperaba de él que tuviera una vocación religiosa pero en su lugar Mateo eligió una vocación despreciable para un Judío.
Este hombre estaba sentado en el banco de los tributos públicos, en otras palabras era un recaudador de impuestos al servicio del imperio de turno y de un tal Herodes Antipas.
Esta gente también llamada publicanos eran odiados por los judíos, eran poco honestas recaudaban más de lo que exigía el Estado y eran básicamente judíos aliados al enemigo.
La tradición religiosa de los judíos decía que si un recaudador de impuestos entraba en una casa, todo lo que había en ella quedaba impuro.
De manera que sentarse a comer y tener relación con un publicano era prohibido para ellos.
A este hombre despreciado por la sociedad de su época el Señor le llama al verle diciendo sígueme. El mismo llamado que hizo a Pedro, Andrés, Juan y su hermano.
Así que sorprendentemente para muchos, especialmente los religiosos, Cristo escoge un discípulo de entre una de las profesiones más despreciadas de todas.
15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido.
Lucas nos dice que Leví preparó un gran banquete en su casa.
29 Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
La implicación es que como agradecimiento al llamado del Señor, Mateo dio un banquete en honor a Cristo invitando también a sus amigos publicanos.
Marcos utiliza la palabra pecadores para referirse a los publicanos quienes eran los amigos y socios de Mateo, gente que no seguía los estándares de rectitud que practicaban los fariseos, por esa razón les odiaban.
Eran la chusma, los marginados de la vida judía del primer siglo.
A esta chusma, el ministerio y las enseñanzas de Cristo les parecían atractivas y por eso le seguían.
Es por eso que los fariseos van a cuestionar al Maestro por asociarse con profanadores y pecadores.
En la mente de un fariseo un verdadero maestro de Dios no se asocia con pecadores, por eso eso ellos no lo hacían. Por eso leemos en el siguiente versículo:
16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?
Parece que estos religiosos esperaban que el Señor actuara de la misma manera inclusiva que ellos. Ellos nunca comerían con un publicano y pecador.
Pero el Señor al escucharles le respondió:
17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
En otras palabras no es la gente sana la que necesita un doctor, (esto era un proverbio común entre los judíos)
Cristo tomó este proverbio conocido por ellos y lo aplicó a su ministerio.
No he venido a llamar a los justos, sino a pecadores.
Esta es la enseñanza que Cristo quiere dejar.
Jesucristo el Gran médico ha venido a buscar y salvar a los que están necesitados y enfermos espiritualmente.
Ahora Él como anfitrión de una gran cena llama e invita a los pecadores.
¿Qué podemos aprender rápidamente de este pasaje de la Escritura?.
1. Jesucristo no hace acepción de personas, sino que trata a los pecadores y a los “santos” de la misma manera.
1. Jesucristo no hace acepción de personas, sino que trata a los pecadores y a los “santos” de la misma manera.
Su llamado invita a todos y somos todos los que debemos arrepentirnos y someternos a Dios humildemente.
Hay personas que como los fariseos no ven razón alguna para arrepentirse y por eso rechazan continuamente la salvación y el mensaje de Dios.
Hay personas como los fariseos que se miran a si mismos como superiores, mejores e incluso insinúan ser más buenos y dignos de la aprobación de Dios, confiando en sus propios méritos.
Algunos confían y esperan llegar a Dios porque dicen que hay gente peor que ellos y por lo tanto tengo más opciones de ir al cielo que un violador, un malhechor, un asesino o alguna otra clase de pecador que si merece ser rechazado.
No hay nada más lejos de la verdad que eso, y no hay nada que lo aleje más de la salvación que pensar que no esta enfermo y que no necesita ir al medico cuando su enfermedad es tan mortífera como lo es el cáncer, el sida o alguna enfermedad cardíaca.
Su pecado de mentira es tan grave y tan letal y lo hace digno de ir al infierno como el pecado de un violador o asesino sanguinario.
Entonces si necesitas al médico por excelencia.
La clave no es la religión separatista y divisionista sino la transformación real y sincera por medio de la Palabra de Dios.
2. Dios ama a todos, no importa su estatus social o su puesto en la vida.
2. Dios ama a todos, no importa su estatus social o su puesto en la vida.
Nuestro enfoque debe estar centrado en la gente, especialmente los enfermos de afuera.
Lo cual incluye gente con problemas económicos, inmigrantes e indocumentados, vagabundos, etnias, extranjeros documentados e indocumentados, miembros de bandas, drogadictos, homosexuales, alcohólicos, y todos los mentirosos que viven acomodados y visten de traje y corbata.
Cristo se asoció y amó a todos, incluyendo a los que tenían diferentes tradiciones religiosas, como los samaritanos, gentiles y la lista podía incluir musulmanes, budistas, hindúes, judíos y miembros de sectas aún en el día de hoy.
Pero no me malentienda. Cristo nunca aprobó ni aprobaría a ninguna de estas, se mostraba amigable para enseñarle la verdad y guiarlo al arrepentimiento.
Él nos ha llamado a predicar el glorioso evangelio a toda criatura, no a encerrarnos en nuestro ambiente cristiano separados de aquellos que necesitan escuchar el mensaje del reino.
Él nos llama a ser sal y luz en este mundo. Sin hacer acepción de persona.
3. La salvación de Dios se ofrece libremente a todo el que responda con fe.
3. La salvación de Dios se ofrece libremente a todo el que responda con fe.
La salvación no excluye a nadie. Es un mensaje al alcance de todos.
Es un mensaje para el malhechor y violador como para el mentiroso y arrogante, es para el pobre pero también para el rico, es para el judío pero también para los gentiles, es para el pagano como para el religioso.
La salvación se ofrece libremente a todos, pero la alcanzan aquellos que con fe se humillan y vienen a Cristo.
No importa quién sea y lo que fuera Cristo nunca rechazaba, ni rechaza, ni rechazará a alguien por ser un vil pecador.
Así que no tenga usted temor ni piense que Dios no lo aceptará pues es un gran pecador, ni tampoco piense que usted es tan bueno que Dios lo tiene que aceptar porque usted como los religiosos vive.
Si no respondes a Cristo con fe y vienes a él quien quiera que seas perecerás.
4. Dios escoge lo más bajo y necio de este mundo para cumplir con sus propósitos.
4. Dios escoge lo más bajo y necio de este mundo para cumplir con sus propósitos.
Los pescadores y recaudadores de impuestos no son el tipo de discípulos que esperaríamos que escoja el Mesías para que lleven a cabo su obra.
Me acuerdo de un memorándum irónico de un comité pastoral de reclutamiento, en el que se señalaba los candidatos que habían sido rechazados debido a sus importantes diferencias:
Noé (ningún convertido en 120 años), Moisés (problemas para hablar en público; pierde la compostura en ocasiones), Abraham (huyó a Egipto en los momentos complicados; mintió para evitar meterse en problemas), David (cometió adulterio), Oseas (tuvo una vida familiar caótica), Jeremías (era demasiado emotivo y alarmista, era un llorón cuando predicaba), Amós (un pueblerino), Pedro (de mal genio, negó a Cristo, Pablo (le falta tacto, de mal aspecto, hace predicaciones demasiado largas, e incluso Jesucristo (cuestiona a los que tienen autoridad espiritual y predica muy duro en contra del pecado).
El comité finalmente eligió a Judas Iscariote, ya que “parece ser una persona práctica, cooperadora, buena con el dinero, se preocupa de los pobres, tiene estilo, tiene elegancia y viste muy bien.
Debemos recordar que Dios escoge a los insensatos, a los más débiles, a los más bajos para avergonzar a los sabios y a los fuertes, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse.
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.
30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;
31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Si Cristo hubiera querido escoger lo mejor y más brillante de su tiempo, habría escogido a los fariseos y a los escribas, a parte fuera empezado en Jerusalén y no en Capernaum de Galilea.
Él no lo hizo porque estaba y esta aún más interesado en un corazón humilde y dependiente que en el orgullo y la habilidad humana.
Dios no usa a gente orgullosa, arrogante, soberbia, despreciativa y presuntuosa. A ellos le resiste, ellos tendrán siempre a Dios en frente resistiendoles.
Si usted quiere ser usado por Dios será mejor que aprenda a ser humilde y abandone su orgullo y su confianza en usted mismo y sus habilidades de oratoria y elocuencia de palabras y mensajes bonitos con canciones de amores.
Los líderes religiosos de Israel rechazaron el ministerio de Cristo porque creían que estaban en una clase diferente a la de los pecadores.
No se halle usted como ellos y rechace el mensaje o el ir a la iglesia o el asistir a la escuela dominical o al estudio bíblico porque el pastor esta enseñando algo que yo ya se, y eso es para principiantes, yo estoy en otro nivel.
Yo no me siento a comer en esa mesa, mis banquetes son superiores, si ese es usted, entonces usted esta caminando por una cuerda muy floja y su orgullo no podrá evitar su caída.
La perdición de los escribas y fariseos religiosos fue su orgullo y sus presunciones de superioridad moral o espiritual.
Y es la misma clase de perdición que lleva a muchos creyentes a abandonar la iglesia por su altivez y arrogancia pensando que es superior a todos los que allí se congregan incluso que el pastor de esa Iglesia.
Todos somos pecadores salvos por la misma gracia.
La humildad y la compasión sincera deberían caracterizar no sólo nuestra experiencia de salvación, sino también nuestra vida entera, no la humildad disfrazada, la humildad genuina, la que no dice ser humilde, sino la que vive siendo humilde.
Muchos líderes cristianos casi nunca caen por falta de dones, sino por su pecado de arrogancia y presunción.
De forma similar pocas Iglesias se dividen por causa de la persecución de fuera o la falsa enseñanza desde dentro. La mayoría de los problemas surgen por luchas de poder, de un grupo de diáconos o líderes, o maestros y músicos todos contra el pastor. Todo por el orgullos de pensar que se deben tratar diferentes que al resto o que se debe hacer lo que ellos dicen incluso si es contrario a las Escrituras.
Conclusión
Conclusión
¡Que el Señor nos ayude!
Muchas veces eso del sentir de Jesucristo que Pablo dice que debe haber en nosotros como que nos lo pasamos por alto.
Vamos a orar.
El mensaje a sido muy claro, si Dios le habló a su vida porque no dobla sus rodillas allí donde esta y arregla cuentas.
Venid luego dice Jehová y estemos a cuentas.
No se crea superior, ni más espiritual que otros, no piense más de lo que debe pensar de usted mismo, sino piense de usted con cordura.
La misma gracia salvadora que se aplico a un violador se aplico a usted. Usted no es mejor.
No pienses que hay cosas ni mensajes en la iglesia que no son para usted porque ya lo sabes. no dejes de venir a la iglesia porque piensas que eres superior a todos incluyendo al pastor.
No seas un fariseo orgulloso.
Se humilde.
Los fariseos vivían siguiendo al Señor solo para ver donde se equivocaba según ellos para señalarle y cuestionarle.
No vengas a la iglesia para sentarte a ver donde se equivoca según tu criterio el pastor para cuestionarle y hacerte un taco del pastor toda la semana con otros creyentes.
En lugar de andar buscando incrédulos y predicarles el evangelio andas amargado buscando creyentes para hablar mal del pastor.