El Rey Te llama

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Una de las promesas dentro del pacto de David con Jonatán consistía en mostrar misericordia a sus descendientes. Jonatán había pedido a David: Cuando Jehovah destruya de la tierra uno por uno a los enemigos de David, no elimines para siempre tu misericordia de mi casa (1 Sam. 20:15)

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Transcript

David cumple el pacto con Jonatán, 9:1–13

(1) Amor de pacto: 9:1–3a.
Una de las promesas dentro del pacto de David con Jonatán consistía en mostrar misericordia a sus descendientes.
Jonatán había pedido a David: Cuando Jehovah destruya de la tierra uno por uno a los enemigos de David, no elimines para siempre tu misericordia de mi casa (1 Sam. 20:15).
La palabra misericordia es la palabra hebrea Jesed, que significa amor leal ó amor de pacto; ésta es la palabra que se usa para singularizar el amor leal de Dios para su pueblo.
Cuando David llegó a reinar sobre Israel no se olvidó de su pacto con Jonatán, aun cuando éste ya estaba muerto. David indagó si existía algún familiar de Saúl (más especificamente David deseaba saber si existía algún hijo de Jonatán) a quien David pudiera mostrar bondad por amor a Jonatán.
David pregunta: ¿No queda nadie de la casa de Saúl a quien yo pueda mostrar la bondad de Dios? David entendía la bondad, la misericordia, el amor leal de Dios para con él y su pueblo; era esta clase de amor que quería mostrar a Mefiboset.
(2) Mefiboset recibe misericordia, 9:3b–13.
Siba, siervo de Saúl, indicó a David que aun existía un hijo de Jonatán, que se llamaba Mefiboset.
Mefiboset había quedado huérfano y cojo a la edad de cinco años. Mefiboset ahora era un joven y habitaba en casa de Maquir.
Mefiboset fue traído a David.
Era natural que Mefiboset sintiera mucho temor al ser traído ante David, lo más probable es que aquel pensara que David lo buscaba para quitarle la vida.
Mefiboset se llevó una gran sorpresa, en vez de castigo recibió misericordia, y aún más recibió las tierras de su abuelo Saúl (la palabra padre aquí se refiere a abuelo). David le tomó para que comiera a su mesa. 2 Samuel 9:7.
(3) Asombro de Mefi-boset,
Mefiboset no podía comprender la acción de David. Aquel se consideraba a sí mismo como un perro, era una persona lisiada de los pies, sin familia, y cuyo destino bien hubiera sido la muerte; sin embargo, David lo perdonó y lo tomó como si fuese de su propia familia.
Esta escena es parecida a la del hijo pródigo, en la cual su padre le recibe como su hijo, con todos los privilegios de un hijo, y no como un siervo.
Conclusión: David demostró en esta acción que la bondad de Dios es una acción que restablece a la persona a la posición de hijo, con todos los privilegios y responsabilidades de un hijo; esta posición de hijo es totalmente inmerecida.
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