Negociando con el Enemigo
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Introducción
Introducción
Vivimos en un mundo donde la gente prefiere vivir en lo incierto, lo que llamaríamos en el “el área gris”.
No les gusta vivir en lo que es blanco/negro sino prefieren vivir en un medio intermedio - en el área gris.
Pero para ser realistas hay muchas áreas en la vida que son blanco/negro…y no podemos vivir en el área gris.
Por ejemplo, no podemos estar “medio casados” o una mujer “media embarazada”. En estas áreas no se puede negociar un termino intermedio.
Hoy veremos las parábolas de las langostas y las tinieblas donde el enfoque principal es Faraón intentando negociar con Israel - que tanto van a obedecer a la orden de Dios de salir de Egipto, todo el pueblo, para adorar a Dios en el desierto. Hoy consideraremos:
Los golpes de Dios, langostas y tinieblas
Las negociaciones del enemigo
El testimonio de la fidelidad de Dios
I. Los golpes de Dios, langostas y tinieblas
I. Los golpes de Dios, langostas y tinieblas
El Faraón se ha resistido a la voluntad de Dios y ahora ha de enviar dos golpes mas (son el octavo y noveno golpe).
No olvidemos que son 10 golpes en total que Dios va a enviar.
Estas son la octava y novena plaga.
El fin se acerca. Pronto llegará el último golpe y será el fin para el enemigo de Dios y su pueblo.
Acerca del octavo golpe leemos:
Moisés y Aarón fueron a Faraón, y le dijeron: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de Mí? Deja ir a Mi pueblo, para que me sirva.
”Porque si te niegas a dejar ir a Mi pueblo, entonces mañana traeré langostas a tu territorio.
”Cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá ver el suelo. También comerán el resto de lo que ha escapado, lo que les ha quedado del granizo, y comerán todo árbol que crece para ustedes en el campo.
”Llenarán tus casas, las casas de todos tus siervos y las casas de todos los egipcios, algo que ni tus padres ni tus abuelos han visto desde el día que vinieron al mundo hasta hoy”». Moisés se volvió y salió de la presencia de Faraón.
Dios anuncia la octava plaga a Faraón porque se ha rehusado humillarse ante Dios.
No olvidemos que la desobediencia a Dios tiene consecuencias devastadoras en nuestra vida.
La desobediencia a Dios trae finalmente la muerte.
Dios traerá lo que las civilizaciones agrícolas del mundo antiguo y moderno tanto temen - una plaga de langostas.
Existen lugares en el mundo donde aún en tiempos modernos sus cultivos han sido consumidas por un ejército de langostas.
Se dice que la langosta del desierto puede reproducirse 20 veces en un lapso de 3 meses. Pueden llegar a una densidad de 80M de langostas por kilometro cuadrado.
Cada langosta puede comer 2g de plantas/grano/cultivo. No parece mucho, pero cuando multiplica entre 80M - consumen el alimento de 35,000 personas al día.
Tan solo en el 2020, hubieron enjambres de langostas en Kenya, Etiopía, Uganda, Somalia, Eritrea, India, Pakistán, Irán, Yemen, Omán and Arabia Saudita.
Notemos los detalles que da Dios.
Debemos recordar que en la plaga del granizo fue destruida la mayor parte de los árboles y cultivos de Egipto:
Y el lino y la cebada fueron destruidos, pues la cebada estaba en espiga y el lino estaba en flor;
pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, por ser tardíos.
Pero ahora Dios anuncia que esta plaga de langostas acabará con todo lo que dejó el granizo.
Será una plaga tal grande como jamás se ha visto en todo Egipto.
Ahora sí Egipto será llevado a sus rodillas puesto que se acabará toda fuente de alimento que se deriva de las plantas.
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto, para traer la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda planta de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado».
Moisés extendió su vara sobre la tierra de Egipto, y el Señor hizo soplar un viento del oriente sobre el país todo aquel día y toda aquella noche. Y al venir la mañana, el viento del oriente trajo las langostas.
Subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto. Eran muy numerosas. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después.
Porque cubrieron la superficie de toda la tierra, y la tierra se oscureció. Se comieron toda planta de la tierra y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado. Así que nada verde quedó en árbol o planta del campo por toda la tierra de Egipto.
Las langostas llegaron como si fuera un ejército dirigido por el gran capitán - el Dios de los hebreos.
Dios ha cumplido su advertencia ante Faraón y todo Egipto.
Egipto nuevamente está al borde del colapso total, y aún así Faraón permanece con un corazón endurecido.
Pero el Señor endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los Israelitas.
El noveno golpe llega sin advertencia:
Recordemos que los Egipcios eran muy supersticiosos y adoraban una gran cantidad de dioses; sobre todo dioses que tenían que ver con el mundo de la naturaleza.
Adoraban al dios Nilo, al dios rana, gato, perro, cobra…pero el más grande de sus dioses era prácticamente invencible.
Los egipcios adoraban a Ra - el dios sol.
Bueno, en esta novena golpe el Dios de los hebreos va a mostrar quien realmente el Dios grande y poderoso.
Moisés narra la novena plaga de esta manera:
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas tales que puedan tocarse».
Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días.
No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los israelitas tenían luz en sus moradas.
Dios ha traído densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto.
Las tinieblas son tan oscuras que casi se pueden palpar.
Por tres días Egipto queda totalmente paralizado.
La gente permanece inmóvil por tres días a causa de las tinieblas.
Imaginemos esta escena de un pueblo completamente devastado:
Están lidiando con los cadáveres de las ranas, el ganado afectado por las moscas y las úlceras, los cadáveres de la gente y ganado golpeados por el granizo.
Y ahora, después de todo esto vemos densas tinieblas cubrir la tierra por tres largos días.
El dios del Nilo no pudo contra Dios, el dios rana tampoco, el dios de las moscas (Kephri) no pudo, y ahora el dios Ra ha sido vencido por la mano de Dios.
Ra ha quedado en completas tinieblas por la mano y voluntad del Dios de los hebreos.
¿Quién es este que las aguas convierte en sangre, hace salir ranas del Nilo, hace venir mosquitos y moscas sobre la tierra, hace llover granizo que destruye a hombre y animal, trae el ejército de langostas para consumir los cultivos? Es Jehová de los ejércitos - el dios de los hebreos.
Es el Dios de Israel quien ha hecho todo esto…y va a mostrar su gloria para mostrar que ninguno de los dioses de los egipcios tienen poder alguno. Son ídolos, inútiles, sordos, ciegos, y mudos. El único Dios vivo, verdadero, y triunfante es el Dios de los esclavos hebreos.
II. Las negociaciones del enemigo
II. Las negociaciones del enemigo
Ahora, lo que hoy queremos observar es la negociación de Faraón con Moisés.
Faraón intenta negociar durante la plaga de las langostas:
Y los siervos de Faraón le dijeron: «¿Hasta cuándo este hombre nos será causa de ruina? Deje ir a los hombres para que sirvan al Señor su Dios. ¿No se da cuenta de que Egipto está destruido?».
Entonces hicieron volver a Moisés y Aarón ante Faraón, y él les dijo: «Vayan, sirvan al Señor su Dios. ¿Quiénes son los que han de ir?».
Y Moisés respondió: «Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos; con nuestros hijos y nuestras hijas; con nuestras ovejas y nuestras vacas iremos, porque hemos de celebrar una fiesta solemne al Señor».
La misma corte de Faraón quieren que ceda.
Ellos pueden ver la destrucción del país y saben que Faraón los va a llevar a la ruina si se sigue resistiendo ante el dios de los hebreos.
Faraón intenta negociar con Moisés para que solo salgan los hombres para adorar a Dios.
No quiere dejar ir ni a los jóvenes, ancianos, hijos, y ni al ganado para adorar a Dios. Lo más probable es que los quiere como rehenes para evitar que se vayan para siempre.
¡Esto no puede ser! La orden de Dios fue clara:
Moisés y Aarón fueron a Faraón, y le dijeron: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de Mí? Deja ir a Mi pueblo, para que me sirva.
Faraón intenta negociar en la plaga de las tinieblas:
Entonces llamó Faraón a Moisés y le dijo: «Vayan, sirvan al Señor. Solo que sus ovejas y sus vacas queden aquí. Aun sus pequeños pueden ir con ustedes».
Ahora Faraón permite que salgan toda la gente pero sin su ganado.
Esto no puede ser así porque la adoración que ofrecerían a Dios sería como el sacrificio que trajo Abel ante Dios - un animal sacrificado en holocausto a Dios.
Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla.
El autor a los Hebreos nos dice que lo que ofreció Abel fue un sacrificio y que fue mejor que lo que ofreció Caín.
Así que si salía solo la gente sin ganado, no iban a rendir culto a Dios.
Los esclavos de Israel debían obedecer a Dios al pie de la letra.
Ellos debían salir - hombres, mujeres, niños, jóvenes, ancianos, y todo su ganado para ofrecer a Dios sacrificio en el desierto.
No se puede negociar con el enemigo.
Dios así lo ha demandado.
Una de las cosas que aprendimos durante esta pandemia es como las iglesias fueron afectadas.
El gobierno comenzó a abrir los centros comerciales, tiendas, restaurantes, pero quería todavía evitar reuniones en iglesias. En otros lugares permitían hacer servicios pero no permitían el cantar.
Podemos ser cautelosos, guardar medidas de sana distancia, sin embargo, no podemos negociar con el gobierno cuando no quiere que nos reunamos, cantemos, prediquemos, nos reunamos como pueblo de Dios.
¿Por qué? Porque Dios lo ha ordenado y Dios está por encima de todo y de todos.
No hay autoridad más grande que la autoridad de Dios.
Pero la negociación del enemigo a veces es más sútil.
El enemigo quiere negociar con el ser humano para tener una entrega a Dios a medias.
El enemigo desea que vivamos vidas desordenadas haciendo creer a la gente que así están bien delante de Dios (en vicios, en malas compañías, en adulterios, fornicaciones, etc.).
El enemigo desea que vivamos una vida sometida a nuestros deseos humanos/carnales y no sometidos a la palabra de Dios.
El enemigo desea negociar con nosotros para que tengamos religión, una entrega a medias a Dios, vayamos a la iglesia de vez en cuando…pero jamás tener una relación sería, un compromiso verdadero con el creador de los cielos y la tierra.
Hermanos, no podemos negociar nuestra libertad con el enemigo.
Dios nos ha hecho libres para adorarlo con toda nuestra mente, alma, y cuerpo.
III. El testimonio de la fidelidad de Dios
III. El testimonio de la fidelidad de Dios
Finalmente, ¿por qué está haciendo Dios todo esto?
Sabemos que Dios ha traído todos estos golpes sobre Faraón para mostrar quien es el Dios de los hebreos.
Dios está mostrando con los dioses de los egipcios no son nada.
Dios está mostrando que él está con su pueblo y van a salir por medio del poder de Dios que ninguna fuerza humana puede resistir.
Pero, el día de hoy se introduce una razón más por la cual Dios está haciendo estos actos asombrosos:
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Preséntate a Faraón, porque Yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, para mostrar estas señales Mías en medio de ellos,
y para que cuentes a tu hijo y a tu nieto, cómo me he burlado de los egipcios, y cómo he mostrado Mis señales entre ellos, y para que ustedes sepan que Yo soy el Señor».
Dios está dando a los israelitas un testimonio vivo de su poder.
Dios está mostrando su poder ante los ojos de todos los hebreos.
…pero este testimonio debe ser proclamado a las generaciones futuras.
Cada esclavo hebreo que fue testigo de la bondad de Dios, de los milagros de Dios, ahora tenía la responsabilidad de Dios de comunicar a su posteridad / descendencia / a sus hijos y nietos - las maravillas que Dios hizo.
Los padres debían comunicarlo a sus hijos.
Los abuelos debían comunicarlo a sus nietos.
De aquí vemos la importancia de que la bendición de Dios more en nuestros hogares.
Difícilmente podremos comunicar la bondad de Dios, las maravillas de Dios, dar testimonio de la fidelidad de Dios cuando hay constante desacuerdo, contrariedad, enemistad, o conflicto en el hogar.
Debemos rogar a Dios que santifique nuestras vidas para eliminar todo lo que impide que podamos compartir en nuestro hogar acerca de las maravillas de hoy.
Conclusión
Conclusión
Amados hermanos, hoy el mensaje para nosotros es que Dios ha vencido al enemigo.
Dios ha derrotado al enemigo de nuestras almas.
Dios ha derrotado al que nos tenía esclavizados al pecado.
Dios ha triunfado sobre Satanás y los demonios, sobre los poderes de las tinieblas.
Dios ha vencido al enemigo mediante el sacrificio de su Hijo Jesucristo en la cruz.
Dios nos manda a proclamar estas verdades a nuestros hijos / descendencia:
Proclamemos el valor de la obra de Cristo en la cruz.
Proclamemos que Dios ha vencido al enemigo.
Proclamemos que Dios nos ha hecho libres de la esclavitud al pecado para servir a Dios.
Proclamemos que Dios nos ha liberado para cumplir el propósito por el cual Dios nos ha creado.