El temor de Jehová
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Introducción:
Introducción:
Vamos a continuar esta mañana con nuestra serie expositiva del libro de Exodo. La semana pasada terminamos de considerar cada uno de los 10 mandamientos que Dios le dio a Israel en el monte Sinaí.
Israel había sido redimida de Egipto, ellos habían sido conducidos por Dios al monte Sinaí, para adorar a Dios en este monte santo y para recibir estos 10 mandamientos que estaban llamados a guardar ahora que son el especial tesoro de Dios entre todos los pueblos. Estos 10 mandamientos exigían la lealtad de Israel en cada aspecto de sus vidas: Su adoración, sus relaciones y su corazón. Ellos se debían completamente al Dios que les había redimido.
Nosotros de este lado de la historia, hemos recibido como redimidos del Señor el mismo llamado, Dios no cambia.
Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes.
Entonces ahora que somos el pueblo de Dios, vivimos delante de Dios y somos llamados a vivir en obediencia a Dios. Ante esta realidad, surge la pregunta ¿Cuál debe ser la respuesta adecuada que deberíamos tener a este glorioso llamado? -
Trataré de responder esto en la medida que escudriñemos Exodo 20:18-21 esta mañana. Vamos a Leer aquí la respuesta natural del pueblo, la respuesta que Dios demanda de ellos y el fundamento para responder con temor reverente ante la presencia de Dios y su palabra.
Mientras consideramos estas cosas, aprenderemos esta mañana como la esencia de la verdadera religión y la verdadera piedad es el temor de Jehová.
Es un hecho que en nuestro mundo moderno, se ha perdido todo respeto por la autoridad, este año hemos visto por lo menos en las noticias como los jóvenes se burlan de la policías, de los gobernantes, es común ver maestros maltratados por sus estudiantes y hace poco que estuve en una reunión de padres, me pareció alarmante como hoy los padres le tienen temor a sus hijos - el mundo esta al revés. Por esta razón nos resulta difícil comprender lo que significa ser reverente en nuestro trato con los mayores.
Es importante para nosotros aprender esta lección el día de hoy, lo que significa “el temor de Jehová” vamos a leer como Dios habla de esta manera al pueblo las palabras de su pacto, con el proposito de enseñarles lo que significa el temor a Jehová, para el beneficio de ellos y para su gloria.
Hermanos, no hay una lección más importante que el temor a Jehová. Escuchemos pues atentamente la palabra de Dios.
Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba. Cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. Entonces dijeron a Moisés: «Habla tú con nosotros y escucharemos, pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos» Moisés respondió al pueblo: «No teman, porque Dios ha venido para ponerlos a prueba, y para que Su temor permanezca en ustedes, y para que no pequen» El pueblo se mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde estaba Dios.
Vemos cómo Moisés retoma la escena para recordarnos de qué manera fue entregada la ley de Dios a oídos de todo el pueblo.
Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia. El sonido de la trompeta aumentaba más y más. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno.
Dios estaba manifestando su presencia gloriosa en el monte Sinaí y cuando hablo las 10 palabras, este monte estaba humeando en llamas, al parecer el pueblo quiere acercarse para observar lo que esta pasando, pero Dios pone limites para que el pueblo no muera mientras El habla.... Una vez comienza a hablar a oídos de todo el pueblo las palabras del pacto, ¿Qué sucede? veamos en primer lugar:
1. La Reacción natural del pueblo
1. La Reacción natural del pueblo
Ya no tenían curiosidad, ellos ahora están temblando aterrorizados y se alejan del monte manteniéndose a la distancia. Vs. 18.
Amados, estar cerca de Dios es la experiencia mas aterradora para un pecador como nosotros. Terror es la experiencia natural que todo hombre experimenta cuando sabe que está delante del rostro de Dios.
Esto fue lo que experimento Adan luego de haber pecado contra Dios en Genesis 3:8-10 “Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día. Entonces el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?». Y él respondió: «Te oí en el huerto, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí»”
Fue lo que experimento Abraham cuando Genesis 15 Dios aparecio en una antorcha de Fuego.
Fue lo que experimento en Jueces 13:6 la mujer de Manoa cuando se le apareció el Angel de Jehova-
Fue la experiencia de Isaías al contemplar en visión la gloria de Dios en Isaías 6:5
Fue la experiencia de Pedro y los que le acompañaban cuando supo en la pesca milagrosa que el hijo de Dios estaba con él en la barca con él en Lucas 5:8
La presencia y la palabra de Dios, hicieron que todas estas personas se llenaran de miedo. Escucho algunas personas decir que han tenido un encuentro con Dios, pero lo cuentan como si nada aterrador les hubiera pasado. Israel contemplo la presencia de Dios en Sinaí, contemplo su gloria, su poder, su soberanía y santidad, ellos escucharon la voz de Dios y su reacción natural, fue miedo.
Era tanto el miedo, que rogaron a Moises que mediara por ellos. Exodo 20:19 “Entonces dijeron a Moisés: «Habla tú con nosotros y escucharemos, pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos»”
Ellos están pidiendo que Moisés sea su mediador, la presencia y la voz ce Dios es demasiado abrumadora para que ellos la puedan soportar. Noten lo que dicen:
Habla tu con nosotros.... Ellos no soportaban mas oir a Dios directamente. Al contemplar la santidad de Dios, ellos se dieron cuenta su necesidad de un mediador. Ahora, ellos están reconociendo el llamado que Dios le había hecho a Moisés y esperan someterse a Él como su mediador. Recordemos que el pueblo hasta este momento había estado cuestionando el liderazgo de Moises sobre ellos. Ahora que conocen que Dios es santo, ellos quieren oír a Dios por medio de Moisés. Recordemos que Dios le había prometido a Moisés que el pueblo le seguiría y le escucharía, bueno ahora Dios esta logrando esto.
Nosotros te escucharemos… lo que están prometiendo aquí es obediencia a la dirección de Dios por medio de Moisés. Israel esta reafirmando su compromiso de obediencia con el Dios les ha redimido y les ha llamado en pacto, Exodo 19:8 “Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho». Y Moisés llevó al Señor las palabras del pueblo.” Ellos van a cumplir con su compromiso de obediencia al Señor.
No sea que muramos… Uno de los propósitos de Dios al redimir a Israel era que ellos fueran libres para adorarle. Ahora ellos están adorando a Dios en su monte santo, Dios les habla, su presencia está con ellos, pero ahora están pidiendo que Dios nunca más hable con ellos personalmente, no quieren oír su voz. Saben que no pueden soportar su presencia y su voz. Ellos reconocen su necesidad de un mediador y le ruegan a Moisés que cumpla el rol que Dios le había asignado.
La respuesta del pueblo es increíble. Es el fundamento de la verdadera religión. Cuántas personas dicen: Yo estoy buscando una relación personal con Dios, yo se que el me perdona, este es su trabajo.
Esta no es la actitud del Pueblo de Dios. A la luz de la santidad de Dios y a la luz de nuestra pecaminosidad, lo que todo hombre debería sentir en su condición, es que debe morir, debe ser juzgado. El perdón que Dios ofrece no es un derecho que podamos reclamar, lo único que podemos reclamar es su maldición, los ayes de Dios sobre nosotros como lo hizo el profeta Isaías en su encuentro con Jehová.
Si alguien piensa que ha estado en la presencia de Dios, y se siente bien consigo mismo, entonces nunca ha experimentado tal cosa como estar en la presencia de Dios. El pueblo de Israel, al contemplar la santidad de Dios, pueden ver su maldad y reconocen la necesidad que tienen de uno que medie por ellos delante de Dios.
Esta debe ser la respuesta natural de un pecador que escuchando el llamado de Dios se acerca a Él - Temor y el reconocimiento la necesidad que tiene de un mediador.
Ahora que hemos visto cuan debe ser nuestra respuesta natural al contemplar a Dios, veamos....
3. La respuesta que Dios demanda de nosotros. Vs. 20
Moisés respondió al pueblo: «No teman, porque Dios ha venido para ponerlos a prueba, y para que Su temor permanezca en ustedes, y para que no pequen»
Moisés esta hablando en nombre de Dios al pueblo, en su oficio de mediador.
mientras yo estaba en aquella ocasión entre el Señor y ustedes para declararles la palabra del Señor, porque temían a causa del fuego y no subieron al monte. Y Él dijo:
¿Que dice Dios al pueblo por medio de Moisés?
En primer lugar ellos no deberían temer. Esta palabra de animo la escuchamos resonando en toda la escritura, No teman. Los hombres siempre tienen miedo cuando se encuentran con la santidad de Dios, y Dios siempre que viene a buscarles, les dice: No tengan temor. Que palabras tan llenas de amor.
Dios no ha venido a ellos como juez, para condenarlos por sus pecados. Dios vino con un proposito distinto a ellos, Moises nombra específicamente dos propósitos:
Para ponerte a prueba: Es decir, qué Jehová apareció en Sinaí con toda su gloria, para hacer evidente en ellos su necesidad de un mediador. Poner a prueba, no tiene nada que ver con evaluar si ellos eran o no obedientes, de hecho, no habían tenido tiempo para poner en practica todos los 10 mandamientos. Dios allí mismo los esta probando, ellos en medio de la prueba, reconocen su maldad, reconocen que deben morir, quieren conocer a Dios y servirle pero saben que no son dignos de estar delante de él y ruegan por el mediador que Dios les había provisto de manera temporal. Pasaron al prueba. Una prueba parecida la tenemos en la historia de la mujer sirofenicia en Marcos 7:24-30
Levantándose de allí, Jesús se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa, no quería que nadie lo supiera, pero no pudo pasar inadvertido; sino que enseguida, al oír hablar de Él, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a Sus pies. La mujer era gentil, sirofenicia de nacimiento; y le rogaba que echara al demonio fuera de su hija. Y Jesús le decía: «Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos». «Es cierto, Señor», le dijo* ella; «pero aun los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos» Jesús le dijo: «Por esta respuesta, vete; ya el demonio ha salido de tu hija». Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada en la cama, y que el demonio había salido.
Esta mujer reconoce que no tiene derecho de recibir lo que está pidiendo, pero aun así ruega que se le conceda por qué sabe que el Señor es bueno y puede comer de las migajas de su mesa.
Noten el otro propósito:
Para que el temor de Dios permanezca en ellos. Dios vino con este despliegue de su poder y su gloria, con voz de trueno, para cultivar en ellos temor reverente hacia él, un temor que les encaminaría a la obediencia. "Para que no pequen". Ellos debían saber que Dios estaba a favor de ellos, Los había redimido, estaba morando con ellos, les estaba dado su ley para que aprendieran a vivir para su gloria, pero además les había provisto un mediador.
Amados hermanos, estos son los aspectos esenciales que definen lo que significa el temor de Dios. Una persona temerosa de Dios reconoce que no tiene derecho de entrar en la presencia de Dios a causa de sus pecados, él sabe que no tiene porque estar delante del Santo Dios, pero también anhela con todo su corazón acercarse a Dios, es todo lo que desea en su vida. De manera que se siente indigno, pero al mismo tiempo quiere estar con el Señor.
Me encanta como ilustra esto C.S Lewis en su libro la bruja y el ropero:
—Entenderán todo cuando lo vean —concluyó el Castor.
—Pero, ¿lo veremos? —preguntó Lucía.
—Para eso los traje aquí, Hija de Eva. Los voy a guiar hasta el lugar adonde se encontrarán con
él.
—¿Es..., es un hombre? —preguntó Lucía, vacilando.
—¡Aslan, un hombre! —exclamó el Castor, con voz severa—. Ciertamente, no. Ya les dije que
es el Rey del bosque y el hijo del gran Emperador más allá de los Mares. ¿No saben quién es el Rey de los Animales? Aslan es un león... El León, el gran león.
—¡Oh! —exclamó Susana—. Pensé que era un hombre. Y él..., ¿se puede confiar en él? Creo que me sentiré bastante nerviosa al conocer a un León.
—Así será, queridita —dijo la señora Castora—. Eso es lo normal. Si hay alguien que pueda presentarse ante Aslan sin que le tiemblen las rodillas, o es más valiente que nadie en el mundo, o es, simplemente, un tonto.
—Entonces, es peligroso —dijo Lucía.
—¿Peligroso? —dijo el Castor—. ¿No oyeron lo que les dijo la señora Castora? ¿Quién ha dicho algo sobre peligro? ¡Por supuesto que es peligroso! Pero es bueno. Es el Rey, les aseguro.
—Estoy deseoso de conocerlo —dijo Pedro—. Aunque sienta miedo cuando llegue el momento.
—Eso está bien, Hijo de Adán —dijo el Castor,
El temor de Dios siempre sabe, por un lado, que no somos dignos de estar en su presencia y, sin embargo, por otro lado, que nos quiso llamar a su presencia. Este temor del del Señor es el corazón de la verdadera religión.
El temor de Dios, nos hace andar delante de él con reverencia y temor, pero gozosos de estar en su presencia, por la manifestación de su bondad que nus invita a confiar en su amor.
Es el amor de Dios que echa fuera todo temor o miedo, para acercarnos confiadamente a su trono de gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para él oportuno socorro.
Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible, demostremos gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.
Aun en la eternidad este temor a Dios permanecerá:
que decía a gran voz: «Teman a Dios y den a Él gloria, porque la hora de Su juicio ha llegado. Adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas»
Si temes a Dios, no hay razón para temer. 1 Juan 4:18 “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.”
Pero si no temes a Dios, hay muchas razones para tener miedo de Él.
Hemos aprendido hasta aquí que Dios quizo cultivar en el corazón de su pueblo un santo temor, al manifestarles su gracia al redimirles y llevarles a su monte santo para que tengan comunión con él sin merecerlo. Dios desea que este temor reverente produzca obediencia en su pueblo, para que les vaya bien y para su gloria. Esta es la respuesta que Dios demanda.
Finalmente veamos:
3. El fundamento para responder con temor reverente ante la presencia de Dios y su palabra.
3. El fundamento para responder con temor reverente ante la presencia de Dios y su palabra.
El pueblo se mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde estaba Dios.
Moisés como mediador se presenta delante de Dios por el pueblo. Él fue el mediador que Dios escogió para guiarlos por el camino de la salvación de manera provisional.
Ninguna persona puede acercarse a Dios sin un mediador. El mismo Moisés, siendo un mediador escogido por Dios, jamás podría estar en la presencia de Dios sin un mediador santo que le representara ante la santidad y la justicia de Dios, puesto que él mismo era un pecador como todos nosotros.
Aunque Moisés ofreció a Dios sacrificios en nombre del pueblo, estos sacrificios no podían hacer perfecto al pueblo, ni a Moisés. Sabemos que los sacrificios no podían quitar el pecado, ni podían hacer que los pecados fueran perdonados por Dios. Moisés y el pueblo necesitaban un mediador.
Moisés podría acercarse a Dios como mediador, solo por la mediación de Jesucristo, el hijo de Dios, el salvador de los pecadores. La mediación de Cristo se extiende hasta nosotros el día de Hoy y se extendió hasta pasado para ofrece a Israel perdon de sus pecados.
Porque Él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a ustedes.
Al día siguiente Juan vio* a Jesús que venía hacia él, y dijo*: «Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Jesucristo siendo Dios, se hizo hombre, obedeció perfectamente y personalmente a Dios y se ofreció como sacrificio, en sustitución, como una ofrenda de expiación por los pecados de su pueblo. Por su mediación, Israel, Moises y hoy nosotros podemos acudir confiados al llamado de Dios, aunque seamos indignos. El Justo murió por los injustos para llevarnos a Dios, para que pudiéramos estar delante de él escuchando su glorioso palabra, sin morir.
Cristo murió y tomo la copa de la ira de Dios para que hoy en Cristo podamos beber la copa de bendición que Dios nos ofrece por la fe. Por Cristo hoy podemos disfrutar del amor de Dios, que echa fuera el temor y podemos llamar a Dios "Abba, Padre".
Dios ha provisto a su hijo, para que podamos estar a salvo delante de él y no morir a causa de su justicia. No hay otra manera de acercarse a Dios:
»En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos»
Solo Dios puede salvar y lo hace en Cristo solamente.
Amigo. si tienes miedo de Dios, hoy puedes venir a Dios a pesar de que eres un pecador, confiando en la obra sustitutiva de Cristo, que murió para salvar a los pecadores. Hoy puedes deshacerte del miedo, hoy si le confías tu vida a Cristo conocerás lo que es el temor reverente.
Si no vienes hoy a Cristo morirás como murió el mediador, ese día sentirás terror, será el lloro y el crujir de dientes por la eternidad.
Oremos.