No temas
Las 7 iglesias • Sermon • Submitted
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· 25 viewsEl Señor conoce lo que nos toca vivir y nos anima a comprometernos con Él para siempre.
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8 Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:
9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. 10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
8 »Escribe al ángel de la iglesia de Esmirna:
Esto dice el Primero y el Último, el que murió y volvió a vivir: 9 Conozco tus sufrimientos y tu pobreza. ¡Sin embargo, eres rico! Sé cómo te calumnian los que dicen ser judíos pero que, en realidad, no son más que una sinagoga de Satanás. 10 No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Te advierto que a algunos de ustedes el diablo los meterá en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán persecución durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
11 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que salga vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte.
8 »Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Esmirna. Este es el mensaje de aquél que es el Primero y el Último, que estuvo muerto pero ahora vive:
9 »Yo sé de tu sufrimiento y tu pobreza, ¡pero tú eres rico! Conozco la blasfemia de los que se te oponen. Dicen ser judíos pero no lo son, porque su sinagoga le pertenece a Satanás. 10 No tengas miedo de lo que estás a punto de sufrir. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán por diez días; pero si permaneces fiel, incluso cuando te enfrentes a la muerte, te daré la corona de la vida.
11 »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. Los que salgan vencedores no sufrirán daño de la segunda muerte.
8 «Escribe al ángel de la iglesia en Esmirna:
“El Primero y el Último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida, dice esto:
9 ‘Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás.
10 ’No temas lo que estás por sufrir. Yo te digo que el diablo echará a algunos de ustedes en la cárcel para que sean probados, y tendrán tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.
11 ’El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda’ ”».
1 Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
1 »Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso:
Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y se pasea en medio de los siete candelabros de oro:
1 »Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Éfeso. Este es el mensaje de aquél que tiene las siete estrellas en la mano derecha, del que camina en medio de los siete candelabros de oro:
1 »Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso:
“El que tiene las siete estrellas en Su mano derecha, Aquel que anda entre los siete candelabros de oro, dice esto:
“Escribe...”, escuchó Juan una vez más, y sin soltar la pluma anotó lo que Jesús tenía para decirle a la iglesia en Esmirna.
Jesús tiene a las iglesias ante su mirada. Cada pastor, cada líder, cada hermano y hermana, están todos bajo su atenta mirada. Él tiene mucho para decir de lo que hacemos o dejamos de hacer.
Pase lo que pase, escucha la voz de Jesús. Él sabe dónde estás y le importa lo que vives.
Jesús se dirige al ángel, ese ángel que Él mismo tiene en su mano derecha. A Él le importa el funcionamiento y la organización de su iglesia, y los pastores y líderes son particularmente importantes para Él. Jesús mismo los puso donde están, y la responsabilidad que han recibido es bien importante.
¿Nos conoce Jesús por nombre? ¡Él mismo nos dio nombre!
1Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. (Isaías 43:1)
Jesús estaba mirando lo que sucedía en la iglesia de Esmirna.
Pero, ¿cómo se presenta Jesús? ¿Quién le escribe a la iglesia en Esmirna?
El primero y el postrero,… Jesús no está limitado por el tiempo y el espacio como nosotros. Jesús trasciende todos los límites. Jesús tuvo un rol protagónico en la creación y está presente al final de la historia. Esto nos habla del Jesús de hoy. El mismo que fue, hoy en día es y por siempre será. Jesús es hoy. El mismo que vio lo que sucedía en aquella ciudad y aquella iglesia ve lo que está ocurriendo ahora y en nuestra iglesia. No se le pasan los detalles.
...el que estuvo muerto y vivió… Dice la Palabra que Aquel que es nuestro Sumo Sacerdote entiende perfectamente todo lo que vivimos, porque fue tentado en todo.
15Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:15-16)
Jesús te entiende. Nos entiende hasta la muerte. Jesús sabe lo que es sentir que uno está por morirse. Más todavía, Él estuvo muerto. Su corazón paró de latir, dejó de respirar. Pero luego vivió. Si hablarmos de superarlo todo, Jesús superó aún la muerte. Jesús estuvo muerto y vivió.
Desde esa experiencia, desde esa identificación con cada uno de nosotros, se dirige a la iglesia para edificarla.
9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.
9 Conozco tus sufrimientos y tu pobreza. ¡Sin embargo, eres rico! Sé cómo te calumnian los que dicen ser judíos pero que, en realidad, no son más que una sinagoga de Satanás.
9 »Yo sé de tu sufrimiento y tu pobreza, ¡pero tú eres rico! Conozco la blasfemia de los que se te oponen. Dicen ser judíos pero no lo son, porque su sinagoga le pertenece a Satanás.
9 ‘Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás.
¿Qué hiciste ayer? El Señor lo sabe, Él estaba mirando.
Yo conozco tus obras...
Cuando nos acercamos a Jesús y empezamos a relacionarnos con Él podemos llegar a sentir su mirada puesta sobre nosotros en todo momento. Algo así debe haber sentido Natanael cuando conoció a Jesús.
43El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. 44Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. 45Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. 46Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. 47Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. 48Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel. 50Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás. 51Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. (Juan 1:43-51)
Jesús no solamente “conoce” lo que haces. Como somos su iglesia, estamos como aquellos candeleros delante de sus ojos, y le interesa particularmente lo que vivimos. Lo suyo no es mera curiosidad, sino interés en nuestro bien. Quiere estar atento a lo que vivimos para protegernos, dirigirnos y obrar en nosotros.
¿Qué es lo que Jesús conocía de la iglesia en Esmirna?
...tu tribulación… No contamos con un registro bíblico de la fundación de la iglesia en Esmirna. Sin embargo sabemos que cuando Pablo y sus colaboradores estuvieron en Éfeso, también compartieron el evangelio en toda la región, y de allí deben haber surgido estas iglesias (Hechos 19:9-10, 26). Por medio de este pasaje nos enteramos que fue una iglesia que sufrió tribulación. Creo que no es necesario conocer los detalles de las situaciones difíciles que enfrentaron para identificarnos con ellos. Cuando pienso en el término tribulación vienen a mi mente situaciones como las que han tenido que sufrir comunidades como la de Uvalde, Tx. Dios conoce el dolor y la tristeza de los que atraviesan situaciones límite. Y Dios conoce a su iglesia, y te conoce. A Dios no le es indiferente tu dolor o tus dificultades.
...y tu pobreza (pero tú eres rico)… ¿Conoces la dificultad económica? ¿Sabes lo que es la pobreza? Cuando los hijos de Dios atraviesan ese tipo de dificultad, Jesús lo sabe. El Señor prometió estar atento a nuestras necesidades y cubrirlas, pero eso no quita que en algún momento tengamos que atravesar situaciones de falta de provisión. Es tremendamente interesante que Jesús habla de la pobreza de su iglesia en Esmirna y al mismo tiempo la contradice anunciándole tú eres rico. ¿Puede ocurrir que Jesús tenga una percepción diferente de lo que nos sucede? Tal vez los hermanos en Esmirna se sintieran pobres, ¡pero Jesús sabía que eran ricos! Esto suena como un llamado a volver a analizar la situación. Tal vez no eres tan pobre como has considerado. Ni siquiera estás en una situación económica “aceptable”, sino que eres rico. No es lo mismo analizar nuestras circunstancias a nuestra manera que hacerlo con la ayuda de nuestro Señor y Salvador. Vuelve a pensarlo. Jesús te está viendo y lo conoce todo. Y tiene mucho que decir acerca de lo que te sucede.
...y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás… ¿Alguna vez han hablado mal de ti? ¿Alguna vez te han difamado? A los cristianos de Esmirna y a su pastor los habían difamado. Según el promio Maestro había quienes habían blasfemado en su contra. La blasfemia es en sí una ofensa directa dirigida en contra de Dios. Jesús escuchó lo que se dijo en contra de sus discípulos, y lo tomó personalmente, como algo en su contra. Jesús conocía perfectamente quienes habían procedido de esa manera, algunos que se presentaban como judíos pero que en realidad no lo eran. Eran personas que decían honrar a Dios pero que en realidad honraban a Satanás. Así de equivocadas pueden estar a veces las personas, y Dios nos libre de caer en ese error. Dios sabe cuando hablan mal de ti y lo toma personalmente.
10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
10 No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Te advierto que a algunos de ustedes el diablo los meterá en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán persecución durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
10 No tengas miedo de lo que estás a punto de sufrir. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán por diez días; pero si permaneces fiel, incluso cuando te enfrentes a la muerte, te daré la corona de la vida.
10 ’No temas lo que estás por sufrir. Yo te digo que el diablo echará a algunos de ustedes en la cárcel para que sean probados, y tendrán tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.
Ahora que Jesús ha hablado de las difíciles situaciones que los cristianos en Esmirna habían padecido, es probable que ellos esperaran que les dijera que venían tiempos mejores en los que no habría tribulación, pobreza o difamación. Sin embargo, Jesús los prepara para las dificultades que todavía iban a padecer.
No temas… Dicen que esta frase está presente 365 ocasiones en la Biblia. No necesitamos volver a contarlas para confirmarlo, pero sabemos que Dios tiene un “no temas” para nosotros. Es algo que personalmente siento como si el Señor me pusiera la mano en el hombro para alentarme, para ahuyentar de mí el miedo. No temas, me dice, y esa frase hace en mi interior el milagro de devolverme la fuerza y proyectarme hacia el futuro con una energía que no es mía sino suya.
No temas en nada lo que vas a padecer… Jesús conoce el pasado, el presente y el futuro. Ya sabe lo que viene a continuación de lo que estamos viviendo. Sabía que la situación de aquellos discípulos en Esmirna no iba a mejorar. A nadie le gusta que le digan “vas a padecer”. Al contrario, queremos que nos digan que “todo va a estar bien”, y hasta tratamos de alentarnos unos a otros con esas palabras, sin saber lo que va a ocurrir. Pero, ¿y si Jesús tuviera que decirnos “vas a padecer”? ¿Cómo lo recibiríamos? Tenemos que aferrarnos al Señor, pase lo que pase. Vivimos en una época de la que no podemos decir que las cosas vayan a mejorar. Solo que si vamos a padecer, que sea tomados de la mano de Jesús. Que aquel No temas vuelva a resonar en nuestras almas y encienda en nosotros la capacidad de enfrentar lo que tengamos por delante en el poder del que nos amó y nos salvó.
He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel… No, ninguno de nosotros quiere ir a la cárcel, pero hasta el día de hoy hay cristianos que van a la cárcel por sus convicciones. Pero prestemos atención a cómo Jesús dice esto. Anuncia que quien gestionará aquella persecución será el mismo diablo. Esto nos tiene que recordar que todos los cristianos, hasta el día de hoy, nos encontramos envueltos en una guerra espiritual.
10Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:10-12)
¿Puede el diablo intervenir en nuestras circunstancias en nuestra contra? Sí, puede y lo hace. Por eso es que tenemos que estar preparados y echar mano a las armas espirituales que el Señor nos ha provisto. ¡Prepárate!
Pero Jesús ve hasta las intenciones del diablo, y ya tiene un propósito con aquella dificultad. Será para que seáis probados. Tú y yo a veces tenemos que ser probados. El resultado de la prueba es el fortalecimiento, el crecimiento en la fe, la profundización de nuestra confianza en el Señor. A veces podríamos tomar en broma las palabras de Santiago, pero ¡tienen tanta razón!
2Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. (Santiago 1:2-4)
La historia del cristianismo demuestra que los hijos de Dios somos probados muchas veces, y nuestras pruebas siempre traen como resultado crecimiento y bendición de Dios. Dios sabe lo que vivimos y nos quiere bendecir en el proceso.
...y tendréis tribulación por diez días. Dos frases que no nos da gusto escuchar: vas a padecer y tendréis tribulación. Queremos las buenas noticias, aunque no sean verdad. Creo que debemos preferir siempre la verdad, aunque duela. Pero hay algo muy bueno en esta frase de Jesús: la tribulación no es para siempre. Ya hemos pasado por otras pruebas, y todas ellas tenían fecha de vencimiento. Lo mismo pasa con las circunstancias difíciles que nos toca enfrentar ahora. No serán para siempre, y traerán buenos resultados. Nuestro Salvador conoce todo, aún el alcance o la duración de nuestras pruebas, y está con nosotros para ayudarnos a superarlas. ¡No temas!
Este pasaje trae a nuestro corazón el reflejo de una profecía que Dios le dio a su pueblo por boca de Isaías muchos años atrás.
1Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. 5No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. 6Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, 7todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice. (Isaías 43:1-7)
Los hijos de Dios somos sus amados, los formados por Él, aquellos a quienes Él les ha dado nombre. Vivimos y morimos para su honra y gloria.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida. En este caso, la introducción a las promesas de Jesús es precedida por una condición: Sé fiel hasta la muerte. ¿Escuchas ese llamado? ¿Resuena en tu corazón esta invitación al compromiso? Cuando Jesús consideró nuestra condición estuvo dispuesto a darlo todo, y murió separado de Dios, cargando con nuestros pecados. Él merece el 100% de nuestro compromiso, hasta la muerte. Y si tenemos que morir por Él, será nuestra honra y privilegio, porque Él nos ha amado y dado todo por nosotros. El resultado es la promesa: te daré la corona de la vida. ¡Una corona! Y ni más ni menos que la corona de la vida. El Señor nos ha dado, nos da y nos dará mucho más allá de lo que merecemos. Tiene una corona preparada, pero es para los que vencen, para los que se comprometen con Él de por vida, hasta la muerte.
11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
11 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que salga vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte.
11 »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. Los que salgan vencedores no sufrirán daño de la segunda muerte.
11 ’El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda’ ”».
¿Todavía tienes oídos? ¿Eres capaz de recibir y entender lo que el Señor tiene para decirte?
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Que el Señor nos dé discernimiento y sabiduría para recibir su enseñanza y aplicarla a nuestras vidas.
El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte. ¿Segunda muerte? ¿Quieres saber lo que es?
13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. (Apocalipsis 20:13-15)
8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. (Apocalipsis 21:8)
¿Así o más claro? La segunda muerte es donde no quieres estar. El que venciere, el que es fiel hasta la muerte no sufrirá daño de la segunda muerte. Eso es más que suficiente premio para mí.
¡Gracias, Señor, por tus promesas! ¡Ayúdanos a vivir de tal manera que las alcancemos!