La eficacia de las Escrituras.

Introducción

¿Qué tan eficaz es la Palabra de Dios? ¿Comprendemos la grandeza de la Palabra? ¿Qué tanto creemos que la Palabra puede hacer para transformar nuestra vida?

Desarrollo:

Hebreos 4:12 RVR60

12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Hebreos 4:12 NBLA

12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.

Contexto:

El autor de esta carta (desconocido) está exhortando a los hermanos hebreos (israelitas) a no tener un corazón incrédulo. Toma del A.T el ejemplo del pueblo de Israel cuando iban a la tierra prometida:

Algunos no entraron a la tierra prometida, es decir el reposo, por causa de su incredulidad.

Les explica que hay todavía un reposo para el pueblo de Dios, un verdadero reposo que será en cielos nuevos y tierra nueva.

Por lo tanto les viene advirtiendo que no tengan un corazón incrédulo como para no entrar en el verdadero reposo.

Entonces pronuncia este versículo que les da a entender que la incredulidad de ellos no pasará desapercibida porque la Palabra de Dios es poderosa para discernir el corazón de ellos.

Verdades:

1. La Palabra de Dios es viva.

Esto quiere decir que la Palabra de Dios no está muerta, ella tiene poder para hacer lo que Dios determina.

Isaías 55.11 “11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”

Recordemos que Dios todo lo hizo con su Palabra.

Hebreos 11.3 “3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”

2. La Palabra de Dios es eficaz.

En el griego es la palabra: energés, de la cual viene nuestra palabra “energía”. Y tiene que ver con que la Palabra de Dios es poderosa, eficaz.

Estas dos palabras: “viva y eficaz” nos hablan del poder y capacidad de la Palabra de Dios. Hay muchos textos en toda la Biblia que confirman esta verdad y nos dan mas claridad al respecto:

Salmo 119.130 “130 La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.”

Jeremías 23.29 “29 ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?”

Romanos 1.16 “16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”

Santiago 1.18 “18 El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.”

1 Pedro 1.23 “23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”

Ahora el autor pasa a explicar con mas detalle lo que la Palabra poderosa de Dios es capaz de hacer.

3. La Palabra de Dios discierne el corazón.

Es comparada a una espada de dos filos. Esto en ninguna manera debe entenderse como que la Palabra de Dios tiene dos lados, o puede reflejar dos verdades a ala vez, en ese caso diría “como moneda de dos caras”. Para entender el significado de este simbolismo es necesario seguir leyendo. Nos dice que penetra hasta el alma. Por lo tanto está hablando de la Palabra como un a espada de doble filo en que es eficaz para cortar hasta lo más profundo. Esto habla de la eficacia de la Palabra de llegar donde nadie puede llegar, al corazón.

Entendiendo la imagen anterior ahora nos pasa a explicar hasta donde llega la Palabra: “Penetra hasta partir el alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos”. Usa una forma simbólica mostrando varios elementos del ser tanto inmateriales como materiales. Habla del alma y el espíritu, es decir esa área espiritual que no es posible ver a simple vista. También habla de las coyunturas, es decir la union de los huesos y de los tuétanos, es decir la parte interna de los huesos, partes que están en lo mas internos del cuerpo humano. Todo esto va acompañado de que la Palabra como una espada de dos filos parte, divide todo el ser y cuando lo hace el interior queda expuesto. Esto habla de las profundidades del ser humano, donde nadie puede llegar, ni la misma persona. Solo Dios, por medio de su Palabra puede llegar a estas profundidades del ser humano.

Y cuando la Palabra de Dios llega a estas profundidades del ser: “discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” La Palabra discernir también se puede traducir juzgar. Nos enseña que el trabajo que hace la Palabra es juzgar lo mas profundo de nuestro ser, lo que nadie puede ver: “los pensamientos y las intenciones del corazón”

Vemos por las Escrituras que solo Dios conoce lo más profundo de nuestro ser y lo juzga: Salmo 139.2 “2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.”; Jeremías 17.10 “10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”

Esto es algo sorprendente que debería llamar la atención a los hebreos. Por eso en el versículo siguiente (13) les dice: ”Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”

Este texto entonces nos habla de la labor importante y poderosa que hace la Palabra y la necesidad que tenemos de ella.

Solo ella es tan eficaz que puede sacar a la la luz las profundidades de nuestro corazón.

¿qué cosas de nuestro corazón puede revelar y discernir la Palabra de Dios?

La Palabra de Dios discierne nuestros pensamientos. Ella puede tocar nuestras conciencias para mostrar el erro de nuestra forma de pensar para que nuestra forma de pensar se amolde a la voluntad de Dios.

La Palabra discierne nuestras intenciones y motivaciones. Solo ella puede mostraros qué es lo que nos motiva a actuar, si el Espíritu o la carne, si el amor o el resentimiento, si la humildad o el orgullo.

La Palabra juzga lo que amamos y valoramos. Ella nos puede mostrar si amamos a Dios y a nuestros hermanos como corresponde o si en realidad tenemos todavía ídolos que seguimos amando más que a Dios.

Consejos prácticos:

¿Entendiendo lo anterior cómo debemos tratar con la Palabra?

sDebemos acercarnos a ella con la disposición humilde de que ella nos confronte y nos juzgue para nuestro bien.

Ser honestos reconociendo nuestra necesidad de que la Palabra de Dios nos muestre lo que nosotros no podemos ver.

Debemos exponernos lo más que podamos a la Palabra para que así mas rápido seamos santificados.

Debemos estar dispuestos a recibir el veredicto de la Palabra y disponernos al arrepentimiento.

Debemos hacer los cambios necesarios cuando la Palabra de Dios nos juzgue.