El divorcio

Deuteronomio 24:1–4 (RVR60)

1 Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. 2 Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. 3 Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, 4 no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

Introducción

Divorcio significa separación. Este es un tema que está siendo olvidado en la iglesia, pues la prohibición del divorcio es algo que muchos no quieren escuchar.

Procuraremos entender del porqué en el Antiguo Testamento era permitido, y en el Nuevo Testamento prohibido.

El divorcio y la ley

En estos versos vemos que un hombre puede darle carta de divorcio a su espero por una razón específica.

Deuteronomio 24:1 “Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.”

Debía haber una razón de indecencia, la palabra en el Hebrero era erwat que significaba “descubrir su desnudez”. Esto no significaba solamente cometer adulterio, también podía significar insinuarse a otros hombres, vestirse sin pudor o comportarse deshonestamente.

El divorcio no se aplicaba cuando el hombre acusaba falsamente a su esposa.

Deuteronomio 22:13-19 “Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere,y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen;entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta;y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece;y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad.Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán;y le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días.”

Cuando el hombre violó a una doncella:

Deuteronomio 22:28-29 “Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.”

Estos versículos aclaran que el divorcio en la ley se hacía efectivo cuando había alguna traición a la santidad del matrimonio.

Pero para la época de Jesús los hombres se divorciaban por cualquier cosa, desobedeciendo esta ley. El hombre creía erróneamente que él podía serle infiel a su esposa pero ella a él no. Malaquías 2:14-15 “Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.”

Dios permitió el divorcio pero no estaba de acuerdo con él. Malaquías 2:16 “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que Él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.”

El divorcio en la gracia

Marcos 10:2–9 “2 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. 3 El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 4 Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. 5 Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; 6 pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. 7 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. 9 Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”

El Señor establece que Dios creó al hombre y la mujer, los cuales podían unirse bajo su aval y bendición en la ceremonia del matrimonio. Esto los convierte en una sola carne, y esta unión no debe ser rota por ninguna circunstancia.

La base de la sociedad es la familia, si la familia es disfuncional, entonces la sociedad también lo será.

El Señor declara que el divorcio fue permitido en el Antiguo Testamento por la dureza de corazón.

La dureza de corazón es el abierto rechazo a la voluntad de Dios, la terquedad de conducirse bajo su propia opinión sin respetar la Palabra de Dios. Los personajes que son identificados como duros de corazón siempre rechazaron a Dios, como Faraón y los judíos Hechos 7:51 “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.”

Así que, aquellas personas que insisten en que Dios permite el divorcio, están demostrando la dureza de su corazón.

Algunas excepciones

La infidelidad de algunos de los cónyuges.

Mateo 5:32 “Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.”

Sin embargo, no puede volverse a casar.

Marcos 10:10-12 “En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.”

Separación por alguna causa de fuerza mayor

Existen situaciones en las que la mujer o los hijos son agredidos por parte del esposo. En estos casos es mejor la separación, aunque no precisamente se divorcien.

1 Corintios 7:10–15 (RVR60)

“10 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. 12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. 14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. 15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.”

Estas son situaciones en las que existen problemas de incompatibilidad espiritual entre los cónyuges, cuando uno de ello pone un ultimátum en que le exija que escoja entre él/ella o Dios. Hay libertad para que el cristiano escoja buscar a Dios.

Sin embargo, nuevamente Pablo es enfático en no pueden volverse a casar. 1 Corintios 7:11 “y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.”

Conclusión

El objetivo del matrimonio consiste en que el hombre y la mujer sienten los cimientos de una sociedad con principios espirituales, bíblicos, morales y éticos. Estos principios serán la base para una sociedad cristiana, temerosa de Dios y sana mental y espiritualmente.