La suficiencia de las escrituras en la transformación del creyente.

Planteamiento inicial

Si hay un tema que realmente ocupa la mente de un pastor (verdadero) es la madurez espiritual de las personas que Dios le ha permitido cuidar. Yo no creo que haya una preocupación más grande y más recurrente en el corazón de un pastor que ama su misterio, que vive apasionado con el llamado pastoral que el ver frutos espirituales en la vida de sus ovejas.

Nos gozamos y celebramos el crecimiento de algunos de nuestros hermanos que están creciendo, que están dando fruto, pero solo para encontrarnos de que otros están en un limbo de indecisiones, de caídas frecuentes, de carácter no santificado y ...

El apóstol pablo en su carta a los corintios nos deja ver cuan preocupado estaba por la situación de la iglesia en corinto.

1 Corintios 3:1–4 (RVR60)

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?

Pablo nos deja ver que el asunto de la santificación y la madurez del creyente ha sido y es una de las tareas más importantes y urgentes en la iglesia temprana y la iglesia de hoy.