Ofrenda agradable

Romanos 12:1–2

1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Introducción

El libro de Romanos presenta la definición más clara del evangelio y de la doctrina de salvación. Desde el inicio Pablo define el evangelio como poder de Dios para salvación (Romanos 1:16). Resalta el sacrificio de Cristo para el perdón de nuestros pecados y la salvación que es por la fe.

Resalta la verdad que El justo por la fe vivirá (Romanos 1:17).

Después de presentar tan grande salvación inmerecida. Procede a indicarnos la manera de presentarnos ante Dios. No como un acto único, sino constante: Presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, como culto racional.

Los sacrificios en el A.T.

Pablo utiliza la figura de los sacrificios para mostrarnos la manera de presentarnos a Dios.

En el Antiguo Testamento, el creyente debía presentar un cordero en sacrificio por sus pecados. La ofrenda que presentaban era un cordero de un año sin ningún defecto (esta característica encarecía el animal). Debía llevarlo al templo, para muchos israelitas esto significaba realizar largos recorridos. Debían llevar agua, alimento y equipo para pasar la noche en el camino. Celebraban 7 fiestas al año.

Todo esto significaba un esfuerzo para los adoradores.

Dios ordena a su pueblo no presentarse a su presencia con las manos vacías:

Deuteronomio 16:16 “Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías.”

El pueblo de Israel sabía que debía presentarse ante Dios para dar. A nosotros se nos ha olvidado este principio, y regularmente nos presentamos para pedir.

Sacrificio vivo

En el Antiguo Testamento el sacrificio indicaba muerte del animal. Pero ahora Pablo nos exhorta a presentar ante Él un sacrificio vivo.

Ahora no debemos caminar grandes distancias, tampoco traer un costoso animal para sacrificio. Nuestra ofrenda debe ser de adoración y alabanza, de gratitud y servicio.

Mientras más te cueste presentarte en su casa para adorar o servir, más tendrá sentido de sacrificio.

David entendía muy bien este principio.

2 Samuel 24:22–24 “22 Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para leña. 23 Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio. 24 Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.”

Culto racional

Se nos exhorta a presentar nuestro sacrificio vivo en plena conciencia del porqué lo hacemos.

No como un acto para obtener las bendiciones o la salvación de Dios, pues esto ya lo tenemos. Sino en gratitud por el conocimiento que tenemos de la salvación tan grande que recibimos.

Que logremos entender lo que Cristo hizo por nosotros, entregar su vida en sacrificio para que nosotros seamos salvos. No como los israelitas en Malaquías 1:6-7 “...Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.”

En tal conocimiento y entendimiento ahora nosotros con amor y gratitud presentemos nuestro sacrificio vivo agradable a Dios.

1 Pedro 2:10 “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”

Conclusión

Quizá realmente tengamos necesidades, como la mujer sirofenicia, o como Ana, y nos presentamos ante Dios con una necesidad grande, pidiendo que conceda nuestra petición. Esto no es motivo para que no te presentes con la actitud de dar.

Los Israelitas presentaban sacrificios a Dios de adoración, pero también aprovechaban a presentar sus peticiones como lo hizo Ana.

Sin embargo, la actitud de dar les hacía hacer pactos con Dios. Génesis 28:20-22 “20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, 21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. 22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.”

Sabían que si ellos querían que Dios se comprometiera con ellos, ellos se debían comprometer con Dios.

El texto termina diciendo:

Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

No sigamos con la mentalidad de este mundo, de la religión, mejor renovemos nuestra mente con el conocimiento de la Palabra de Dios. De esta manera conoceremos la voluntad agradable y perfecta de Dios.

¿Qué sentido tiene sacrificarse por Dios, si esto no tiene méritos para salvación?