Conociendo la Voluntad de Dios 3
Conociendo la Voluntad de Dios III • Sermon • Submitted
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No les ha pasado que cuando desean algo tanto parece que lo ves por todos lados, si estás pensando en comprar una moto, de pronto, como que ves más motos en las calles. Pues así es como algunos quieren saber cuál es la voluntad de Dios, lo anhelan tanto que empiezan a ver señales por todas partes. Algunas puedes ser cómicas, como quien dice: “Señor, si quieres que vaya a ese lugar, que pase un perro blanco y cuando me vea mueva la cola”, o “Señor si no quieres que vaya, que no pase el camión”. Algunas personas lo hacen con inocencia, pero, aun así, están confundidas en cuanto a ¿cómo poder saber cuál es la voluntad de Dios?
Ya vimos que Dios quiere que sepamos cuál es SU voluntad. Aprendimos que la Voluntad de Dios es providencial, Moral y entre las dos está la voluntad personal. En ciertas ocasiones hay prisa por saber cuál es SU voluntad, escuchamos a personas que nos aconsejan, pero resulta que el consejo nos mete en problemas. Vimos que Dios sí habla por medio de otras personas y dimos consejos para saber a quiénes podemos ir en busca de consejo y qué preguntas hacer.
El día de hoy veremos la forma principal por medio de la cual Dios nos habla: ¡Su Palabra! La Biblia. Desafortunadamente se le ha dado mal uso, o, mejor dicho, no se le usa. No se lee, de manera que no se ve como la principal fuente de consejo para saber Su Voluntad.
Toda religión con fundamento judeocristiano tiene la Biblia. Y algunos cultos o sectas surgen con líderes que empezaron siendo maestros de la biblia, pero llevaron a muchas personas a desviarse, y quizá quienes les oían decían: “Si lo que dice viene en la Biblia, tiene que ser de Dios”.
¿Cómo nos habla Dios por medio de la Biblia? ¿cómo usar la Biblia para saber SU voluntad? El rey David dijo:
“Yo amo tus mandamientos, y hacia ellos elevo mis manos; ¡quiero meditar en tus decretos!” (Salmo 119:48, NVI)
David dice: cuando necesito consejo de Dios ¡voy a la Biblia! Y su biblia era una pequeña porción de lo que nosotros tenemos. Aun así, por medio de las enseñanzas de Moisés y las leyes, David encontraba consejo y consuelo ¡así es para nosotros!
¿Cómo lo hago? Hay quienes buscan en la Biblia situaciones similares a las suyas y ven lo que ese personaje hizo. Esto no es del todo correcto, por las diferencias culturales, cosmovisión, etc. Que hacen que algunas de esas situaciones no se apliquen en nuestras vidas y puede ser peligroso ¿qué probabilidades hay que tengas que tomar una ciudad y darle 7 vueltas? O que tu situación sea la misma de un personaje de la Biblia.
Uno de los problemas es que hay quienes quiere repetir la historia de esos personajes y sabemos que Dios no hace muchas cosas de la misma manera. Tan solo mira alrededor y verás cuán diferente somos.
Aprenderemos cómo estudiar SU Palabra para entender y saber cuál es SU voluntad para nuestras vidas. Estudiaremos un verso y cómo se relaciona con nuestra forma de tomar decisiones.
“«Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—...” (Isaías 55:8, NTV)
Lo que dice es ¡no pensamos igual! Pero ni tantito. Así como tú haces las cosas no es como yo las haría. Así como manejas tus finanzas tampoco, así como respondes a las circunstancias no es como yo reaccionaría. Lo que para ti es “natural y lógico” para mí ¡no tiene nada de lógico y natural!
“«…Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse.” (Isaías 55:8, NTV)
Así que antes que empieces a preguntarle a Dios ¿cuál es tu voluntad? De entrada, debes saber que puede ser algo totalmente diferente a como tú piensas. Y esto es porque ¡no pensamos igual! Lo que para ti es lógico y razonable, te puede llevar a algo peor. Las situaciones en que usamos todo nuestro poder de razonamiento y lógica, desde la perspectiva de Dios puede que sea ilógico.
Esto es más notorio cuando queremos tomar una decisión que involucra nuestras emociones, porque nuestro corazón puede llevarnos en otra dirección a la que Dios quiere llevarnos.
No podemos confiar en nuestro corazón, ni en nuestra habilidad para razonar cuando se trata de saber cuál es SU voluntad y están involucradas las emociones. Sus caminos no son nuestros caminos ni sus pensamientos los nuestros. Veámoslo así: cuando tomas una decisión consideramos 3 cosas:
1. Contexto 2. Perspectiva 3. Consecuencias
Al tomar una decisión nuestro contexto está limitadoa lo que podemos ver, experimentar o saber, es lógico pensar que no siempre tenemos el contexto más amplio o completo.
La perspectiva en cualquier decisión siempre está influida por nuestros deseos o miedos. Cuando queremos algo, buscaremos la manera de respaldar con argumentos. Si es el miedo quien nos mueve ¡no sabemos qué va a pasar! Nuestros miedos y deseos influyen la toma de decisiones.
En cuanto a las consecuencias ¡son un volado! ¡algunos son imprevisibles! Porque no podemos saber a ciencia cierta: si hago esto, esto va a sucedes, no podemos tener la seguridad.
Pero ¿qué pasaría si pudiéramos tener el contexto más amplio y completo de la historia? Y si pudiéramos tener la perspectiva general de quién hizo y ve todo el universo y de lo que pasará no solo mañana, sino ¡en la eternidad! ¿qué pasaría si pudiéramos saber las consecuencias o el resultado de cada una de las opciones que podemos tomar?
Si pudiéramos saberlo, sería muy difícil tomar una mala decisión. Lo asombroso es que la Biblia dice que Dios nos ha dado una parte de SU pensamiento y Su mente, nos ha dado más de lo que podríamos comprender en toda una vida.
Al leer SU Palabra nos dice: “quiero ampliar tu contexto y añadir a tu experiencia la experiencia de cientos de personas que vivieron antes que tú y me conocieron”.
Quiero sanar tus perspectivas para que sean las correctas, quiero llevarte más allá de dónde estás emocionalmente para que tu perspectiva esté en el lugar correcto al tomar decisiones.
En cuanto a las consecuencias, quiero que aprendas a confiar en mí, porque tienes cientos de páginas que dicen lo que le pasó a quienes confiaron en mí y a quienes no confiaron.
Dios nos invita a ver sus pensamientos, sus caminos y estar familiarizados con ellos, de forma que con el tiempo nuestros pensamientos y caminos sean los suyos y así discernir SU voluntad.
Recuerdas cuando eras más joven, cómo parecía que podías leer la mente de tus padres, alguien te invitaba a una fiesta y decías que no vas, tus amigos te preguntaban ¿a poco no quieres ir? Y decías que ¡sí quieres ir! Entonces te decían ¡pues diles a tus papas! Y decías: No, porque ya sé lo que me van a decir, y te decían: ¡no sabes dile! Y decías: sí, ya se. Si te escapabas porque no pedías permiso, al regresar recibías los cinturonazos que no te podías sentar por días. Otras veces le decías a tu mamá para que suavizara las cosas con tu papá. También sabías hasta dónde llegar sin que te costara mucho, sabías cuáles eran las reglas inviolables de tu casa.
En la adolescencia de alguna manera ya sabías cómo pensaban tus papás, algunas veces hasta tomabas decisiones basado en cómo ellos pensaban.
En un sentido, Dios nuestro Padre Celestial nos ha invitado a conocer SU mente. No quiere que andemos imaginándonos Su voluntad, no quiere ser un misterio. No quiere que nos pongamos místicos y con el incienso pensando: “lo primero que se me venga a la mente eso es de Dios”. ¡Dios no quiere eso! NO quiere que le veamos dónde no está. Algo así como que esta mañana en la calle exactamente al voltear vi un letrero que decía: Rexona ¡no te abandona! Y decías: esto es de Dios, esa es la señal para que le hable a la chica para que volvieran a la relación. Dios diría: ¿qué? ¿Yo qué? ¿de dónde sacas eso? Yo SOY Dios, creé la comunicación, y, no tienes que esperar, en tus manos están mis pensamientos, familiarízate con ellos y así tus pensamientos se parecerán a los míos. Cuando mis caminos te sean familiares, tus caminos serán ¡mis caminos! Serás más como YO y podrás pensar lo que a mí me agrada¡Anhelo que sepas lo que tienes que hacer!
Algunas veces de adulto, cuando quieres tomar una decisión y respetas a alguien te preguntas ¿qué haría esa persona si estuviera en mis zapatos? ¿qué haría mi papá? En ocasiones puedes saber qué hacer con tan solo hacer esa pregunta, como que se prende una luz. Eso es lo que nos está diciendo Dios: “YO quiero que estés familiarizado conmigo de manera que puedas tomar decisiones sabiendo qué es lo que quiero”.
Para que vean que no estoy inventando, tenemos SU Palabra, y nos dice que quiere ser nuestro Dios personal, que lo conozcamos más, esto es lo que dice el apóstol Pablo:
“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2, NTV)
Si empiezas a cambiar tu forma de pensar, entonces podrás discernir, descubrir, entender cuál es SU voluntad: buena, agradable y perfecta. Tenemos el privilegio, honor de renovar nuestra manera de pensar y ver cómo Dios ve y saber qué hacer de acuerdo con Su voluntad.
Entonces, eso de saber Su voluntad no se trata de buscar señales en las nubes, piedras, café, tortillas ¡no es así! Nos dio SU Palabra para que podamos saber cuáles son sus caminos y pensamientos. Creo que Dios, en ocasiones especiales se mueve de maneras misteriosas y puede dar señales asombrosas, que salen de lo que estoy diciendo, pero son excepciones no la regla.
Tenemos que usar Su Palabra en nuestra vida. En las relaciones hacemos lo que pensamos que debemos hacer, al ver en la Biblia, nos dice que hagamos lo contrario. Dios dice: “¡regresa, vas mal! Y nosotros respondemos: “Pero Dios, eso que dices como que no tiene sentido, ¡ni lógica!” ÉL dice: “claro que no tiene sentido…para ti. Mis caminos no son tus caminos, pero ¡confía en mí!
En las finanzas pensamos: “esto de dar el diezmo y ofrendas en todo un reto, apenas y me alcanza”, Dios dice: “De eso se trata, mis caminos no son tus caminos, ni mis pensamientos los tuyos”.
En el área emocional tendemos a actuar por instinto y aventurarnos a ver a dónde nos lleva. Tratamos las relaciones como un medio para nuestro fin. Vemos el dinero como nuestro, vivimos la vida como si fuera todo lo que existe. Por eso, no es de sorprender cuando los resultados de nuestras decisiones resultan en caos, porque Sus caminos no son nuestros caminos, especialmente en esas áreas que he mencionado.
Cuando empezamos a preguntar Dios, ¿cuál es tu voluntad para mi vida? debemos hacer estas preguntas ¿Dios tengo 3 opciones? Pero quizá tu vez una 4ª opción. Tus caminos y pensamientos no son los míos ¡quiero saber! Dios, desde mi perspectiva veo 2 opciones: Desastre y éxito, pero quizá en tu perspectiva hay algo más que es mucho mejor. Lo mejor es empezar a tomar decisiones sabiendo que Sus pensamientos son diferentes.
Nuestra oración puede ser: “Dios, muéstrame tu voluntad a través de tu Palabra. Enséñame tus pensamientos, así como puedo saber qué haría mi papá, así quiero saber qué es lo que tú quieres”.
Eso nos lleva a lo más importante. Al leer la Biblia debemos hacerlo de una manera diferente, algunos lo hacen de manera sentimental, ah ¡qué bonito! Qué romántico, eso me gusta.
Otros leen buscando sólo las promesas, y al encontrar una, se alegran y le dicen esa promesa a sus amigos y en el momento de crisis ¡desafían a Dios! “Hey, encontré una promesa, así que lo tienes que hacer porque lo prometiste”. Compartimos promesas como si fueran objetos de cambio.
Otras veces, leemos la Biblia buscando excusas para seguir haciendo lo que hacemos, o buscando la forma de obligar a Dios para actuar a nuestro favor.
Hay otra forma y es la de buscar los principios: los principios son verdades que no cambian. Son verdades que no están sujetas al tiempo, en ocasiones describen la relación entre causa y efecto, otras predicen las consecuencias de nuestro comportamiento.
La diferencia con los mandamientos es que los mandamientos puedes romperlos, pero no puedes desobedecer un principio, es como la ley de la gravedad; aunque no creas en ella estás sujeto a su acción. Así Dios, ha dado en la Biblia, la forma como funciona el mundo, la manera como ÉL ha establecido que el mundo funcione en relaciones, amistades, familia, finanzas, en todas las áreas.
El reto es que al abrir la Biblia puedas decir ¡Muéstrame, dime, quiero conocer tus caminos y tus pensamientos! ¡ayúdame a ver los principios que dejaste en tu Palabra! ¡quiero ver como tú ves, pensar como piensas, que mis caminos sean tus caminos!
Los principios los leemos en formas de declaraciones como: “Cosechas lo que siembras”. Aunque no seas cristiano, sabes que esto es verdad. Siembras odio, cosechas odio, etc.
“Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades.” (Proverbios 13:20, NTV)
Quienes sean tus amigos cercanos o compañía constante impactará tu vida, así lo diseño Dios.
“Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán.” (Proverbios 22:6, NTV)
La forma como educas a tus niños impactará sus vidas de adultos. Esto lo hemos visto en jóvenes que de niños sus padres les instruyen en la Palabra de Dios y cuando algunos se alejan por un tiempo, llega el momento en que regresan.
Estos son ejemplos de principios que funcionan, creas en ellos o no. Algunas veces los principios no están tan claros, como el principio del amor incondicional.
El amor incondicional es la fuerza más poderosa, en donde hay rechazo, discriminación, el amor incondicional tiene el poder más fuerte en el ser humano y puede cambiar ese corazón herido.
Los padres con hijos en etapa de rebeldía o problemáticos, hijos que quieren probar lo que la cultura les ofrece y no saben qué hacer. La pregunta para responder es ¿quieres el cuerpo de tu hijo en tu casa o quieres que su corazón esté en tu casa? ¡queremos el corazón! Es ahí donde el amor incondicional es la respuesta. Ese es el principio. Puedes hacer reglas para tener su cuerpo contigo, pero su corazón quizá este lejos.
Así es como Dios lo diseñó, ÉL puede poner candados de manera que nunca nos apartemos de ÉL, sin embargo, tendría nuestro cuerpo y no nuestro corazón.
Algunas veces los principios se ilustran en forma de narraciones para poder entenderlos mejor. Por ejemplo, para tener autoridad, debes estar bajo autoridad.
En el jardín del Edén hay otro principio ilustrado, es el de Máxima liberad. Estar bajo la autoridad de Dios es tener la máxima libertad. Nuestro pensamiento dice: “para ser autoridad tengo que ser el primero y que nadie esté por encima de mí”. Dios dice: “Recuerda, mis pensamientos no son como los tuyos, así que, bajo mi autoridad, eres verdaderamente libre y con autoridad.”
La Biblia está llena de principios y mientras más familiarizado estés, será más fácil que sepas cuál es el pensamiento y la voluntad de Dios para tu vida. Toda decisión que tomas, en algún momento se va a cruzar con estos principios. Veamos algo más, para terminar:
David ha sido ungido rey de Israel, Saúl lo quiere matar porque quiere que su hijo Jonatán sea el próximo rey, David huye con sus soldados y se esconde en el desierto de Engadi (1ª Sam. 24). Se esconde en una montaña que tiene muchas cuevas, Saúl y sus hombres están en la misma montaña, pero del otro lado, de repente Saúl dice: “me hizo mal el tamal de mole así que tengo que ir a donde el rey va solo”.
Y de todas las cuevas que hay ¿adivina en cual entra? Mejor que Netflix. Escoge la cueva donde está escondido David y sus hombres. Sus ojos tardan un poco en ajustarse a la oscuridad de la cueva, los ojos de David que ha estado adentro ya se han ajustado, así que ¡lo reconoce! Sus hombres le dicen ¡Este es el día que hizo Jehová! ¡qué oportunidad te ha dado Dios! ¡Dios te lo está poniendo en bandeja de plata! ¡esto tiene que ser de parte de Dios! Saúl está en la posición más vulnerable que un hombre puede estar.
David tiene el consejo de personas y tiene el de la Palabra que dice: “No reemplaces por tu cuenta lo que Dios ha puesto”. Cuando estés listo ¡Dios l hará! David voltea a sus amigos y les dice: “No mataré al que Dios ha puesto como rey”; se que mis consejeros me dicen que mate al rey ¡claro que la voluntad de Dios es que yo sea rey! Pero ¡los caminos de Dios no son así! Saúl termina su asunto, sale de la cueva y se va. Tiempo después Dios quita a Saúl.
Es en momentos así que podemos ver claramente a través de la niebla y aun con nuestra incapacidad de predecir los resultados, Dios nos permite ver más allá de nuestro contexto y de nuestros deseos y nos permite ver claramente lo que Dios quiere.
Pero eso sucede cuando estás familiarizado con Sus Caminos y Sus pensamientos. Así que lo más sabio que podemos hacer es ¡meternos, estudiar Su Palabra! Los Miércoles no somos más de 10 los que venimos a estudiar Su Palabra. Estudiar Su palabra es decirle a Dios ¡quiero pasar de hacer sólo tu voluntad moral a conocerte a ti! Dios quiere mostrarse, quiere dejarse ver ¡Dios quiero pasar de buscar tus promesas a buscarte a ti!
“Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.” (Salmo 119:105, NTV)
Dios, ayúdame a ver tu voluntad en tu Palabra, quiero que tus caminos sean mis caminos y tus pensamientos mis pensamientos.
Palabra de Dios
Oremos.
Junio 19 Palabra para los varones
Junio 16 Celebración de aniversario. Pastor Elías, mi pastor