Santiago 1:16-18
Introducción:
No obstante, hay otro aspecto de la batalla moral contra el pecado que no podemos pasar por alto, y que Santiago aborda en los versículos 14b–15: El mito de ‘caer’ en pecado. Esta caracterización común del proceso da a entender que el pecado tan solo sucede, como si tropezáramos con la escalera o cayéramos por un precipicio. Esta creencia hace que el pecado sea un suceso, pero Santiago tiene claro que el pecado es un proceso. Nuestros deseos hacen más que solo tentarnos; nos seducirán y arrastrarán lejos si cedemos a ellos. Las tentaciones están a nuestro alrededor, pero somos arrastrados lejos solo después de ceder a ellas, no antes. Si somos capaces de reconocer que el pecado es un proceso, estaremos en una posición mucho más ventajosa para reconocer las salidas que Dios provee para que escapemos (véase 1 Co 10:13).
Entonces, ¿qué haremos cuando vengan las tentaciones? Lo que Santiago describe en el versículo 15 podría compararse con la incubación de los deseos, es decir, proporcionarles lo que necesitan para que puedan llegar a ser grandes y fuertes. Debemos reconocer nuestro papel en el proceso y matar de hambre a los malos deseos privándoles de lo que necesitan para prosperar y crecer: ¡Nuestro amor y energía! Santiago deja en claro que debemos centrar nuestra atención en esto, abandonando la mentira de que el pecado solo sucede, de que caemos en el pecado sin previo aviso.