Recordemos las Obras de Dios

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Introducción

Los seres humanos somos muy olvidadizos.
Tendemos a olvidar lo que ha sucedido en el pasado.
Por ejemplo, los jóvenes de pronto creen que han descubierto una nueva moda - de usar pantalones acampanados - y se olvidan que sus abuelos los usaron en los 1970’s.
Quizá por esto es que nuestro calendario contiene fechas donde conmemoramos diferentes eventos de la historia de nuestro país, de nuestra fe, o de nuestra cultura. Por ejemplo:
El 4 de julio recordamos la declaración de independencia que hicieron las 13 colonias al reino inglés.
El 16 de septiembre se recuerda la declaración de independencia de lo que en aquel tiempo se conocía como la Nueva España. El padre Miguel Hidalgo y Costilla hizo tocar las campanas de su iglesia y dio un discurso llamado “El grito de dolores” en el cual exigía el fin del reinado/control del reino español sobre México. Este evento fue el comienzo de lo que sería una guerra de casi 10 años.
Otros se sorprenderán al saber que el día de hoy (19 de junio) es un día feriado. De hecho, se va a observar mañana.
Fue el presidente Joe Biden que firmó la ley en Junio 2021 reconociendo el 19 de junio.
Este día conmemora cuando el presidente Abraham Lincoln firmó la Proclamación de Emancipación de los esclavos negros en los EEUU.
Cada una de estas fechas se repiten cada año.
Sin embargo, muchas veces pierden su significado ya que 1) ignoramos lo que conmemoran, 2) o estamos tan alejados de lo que conmemora que les damos muy poca importancia.
El pueblo de Dios somos iguales - olvidamos lo que Dios ha hecho en el pasado.
O tal vez no sea que lo olvidamos sino que los eventos históricos ocurrieron hace tanto tiempo que parece que no tiene nada que ver con nosotros.
Es por eso que Dios dio a su pueblo ritos, fiestas, estatutos mediante los cuales el pueblo recordaría las grandes obras de Dios en el pasado.
El día de hoy consideraremos el llamado de Dios para recordar su obra de rescate/de redención de la esclavitud, mediante:
La fiesta de los panes sin levadura
La consagración de los primogénitos
La instrucción de nuestros hijos

Recordando la obra de Dios mediante la fiesta de los panes sin levadura.

Al leer Éxodo 13:1-16 nos damos cuenta que Dios le da a su pueblo tres cosas por las cuales ellos van a recordar la gran obra de rescate.
No es algo pequeño lo que Dios hizo.
Dios hizo una obra maravillosa.
Ahora, el pueblo de Dios debe mantener viva la historia de la liberación de Dios.
En Éxodo 13:3-7 Dios les recuerda acerca de la fiesta de los panes sin levadura.
Éxodo 13:3–7 NBLA
Y Moisés dijo al pueblo: «Acuérdense de este día en que salieron de Egipto, de la casa de esclavitud, pues el Señor los ha sacado de este lugar con mano poderosa. No comerán en él nada leudado. »Van a salir hoy, en el mes de Abib. »Y será que cuando el Señor te lleve a la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que mana leche y miel, celebrarás esta ceremonia en este mes. »Por siete días comerás pan sin levadura, y en el séptimo día habrá fiesta solemne al Señor. »Se comerá pan sin levadura durante los siete días. Nada leudado se verá contigo, ni levadura alguna se verá en todo tu territorio.
Cada año, en el mes de Abib, el pueblo de Dios debería buscar y sacar toda levadura del hogar.
Por siete días debían comer pan sin levadura.
Estarían recordando la noche que el pueblo de Dios salió de Egipto, con tanta prisa, porque los egipcios los expulsaron del país.
Durante la décima plaga (la muerte de los primogénitos) los egipcios sintieron terror ante el poder del dios de los hebreos.
Tanto fue su miedo que expulsaron a los hebreos del país.
Los hebreos salieron de sus hogares con las bolas de masa envueltas en paños. Tan a prisa fue su salida que la masa no tuvo tiempo de leudarse.
Así que cada vez que el pueblo de Dios comiera pan pita, matzoh, o galletas saladas, recordarían la liberación de Dios.
Se dice que los sabores y los olores tienen el poder de traer a nuestra memoria recuerdos tan vivos de nuestra niñez o infancia.
Se me viene a la memoria la escena en la pelicula de Ratatouille cuando el crítico culinario Anton Ego prueba el platillo de ratatouille.
Al principio, mira el platillo y se da cuenta que le han ofrecido una comida de pueblo.
Es un platillo que muy pocos se atreverían ofrecer a un crítico culinario.
Sin embargo, cuando lo prueba, el sabor lo transporta a su infancia, al comedor de su infancia, con su mamá que le está dando el mismo platillo.
Esto es lo mismo que debía suceder en las vidas de los hebreos. Ellos debían recordar la liberación de sus cadenas, el fin de su esclavitud, la mano de Dios que los sacó con gran poder.

Recordando la obra de Dios la consagración de los primogénitos.

Había un segundo rito por el cual los hebreos recordarían la obra de Dios.
Éxodo 13:1–2 NBLA
Entonces el Señor habló a Moisés y le dijo: «Conságrame todo primogénito. El primer nacido de toda matriz entre los israelitas, tanto de hombre como de animal, me pertenece»
Dios les dice a los hebreos que los primogénitos le pertenecen a él y por tanto Israel debía dedicar (consagrar) los primogénitos tanto humanos como animales.
Más adelante Dios nos da mas detalles:
Éxodo 13:11–13 NBLA
»Y cuando el Señor te lleve a la tierra del cananeo, como te juró a ti y a tus padres, y te la dé, dedicarás al Señor todo primer nacido de la matriz. También todo primer nacido del ganado que poseas. Los machos pertenecen al Señor. »Pero todo primer nacido de asno, lo redimirás con un cordero; pero si no lo redimes, quebrarás su cuello. Todo primogénito de hombre de entre tus hijos, lo redimirás.
Dios le dice a Israel que el primero en nacer de una mujer o de un animal era propiedad suya.
Si el primogénito era animal, debía ser ofrecido en sacrificio a Dios.
También se da el ejemplo del asno. Más adelante nos damos cuenta que los asnos eran animales inmundos y por tanto no eran aptos para ser sacrificados a Dios.
Por tanto, los hebreos podían 1) sacrificar el asno quebrando su cuello, o 2) ofrecer un cordero como el precio de su rescate.
En este caso, el asno primogénito le pertenece a Dios.
Si el dueño desea quedarselo, debe ofrecer a Dios un cordero, como el precio para poder ser suyo.
Si el primogénito era un humano - obviamente no lo puede sacrificar.
Las culturas paganas si sacrificaban a sus hijos a los ídolos.
Pero, el dios de los hebreos consideraba una abominación el sacrificio humano.
Más adelante vemos el precio de redención por un hijo primogénito.
Números 18:15–16 NBLA
»Todo lo que abre la matriz de toda carne, ya sea hombre o animal, que presenten al Señor, será tuyo; sin embargo, el primogénito de hombre ciertamente redimirás, y el primogénito de animales inmundos redimirás. »En cuanto a su redención, de un mes los redimirás, según tu valuación, por cinco siclos (57 gramos) en plata, según el siclo del santuario que es de veinte geras (11.4 gramos de plata).
La idea era que durante la noche del Éxodo, Dios había salvado las vidas de todos los primogénitos (humanos y animales) de los hebreos. Por tanto, ahora en su liberación, todos los primogénitos le pertenecían a Dios.
Así que cada vez que nacía un hijo primogénito o un primogénito entre su ganado, los israelitas ofrecían el sacrificio que Dios demandaba y así recordaban la salvación de los primogénitos durante la noche de su rescate.

Recordando la obra de Dios mediante la instrucción de nuestros hijos.

Finalmente vemos que Israel debía recordar la obra de Dios en la instrucción que daban a sus hijos.
Éxodo 13:8 NBLA
»Lo harás saber a tu hijo en aquel día, diciendo: “Esto es con motivo de lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto”.
Éxodo 13:14–15 NBLA
»Y cuando tu hijo te pregunte el día de mañana: “¿Qué es esto?”, le dirás: “Con mano fuerte nos sacó el Señor de Egipto, de la casa de servidumbre. ”Y aconteció que cuando Faraón se obstinó en no dejarnos ir, el Señor mató a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito del hombre hasta el primogénito de los animales. Por esta causa yo sacrifico al Señor los machos, todo primer nacido de la matriz, pero redimo a todo primogénito de mis hijos”.
Al pasar el tiempo los hijos de los hebreos nacerían sin haber visto la gran obra de salvación de Dios durante el Éxodo.
Ellos dependerían del consejo de sus padres, de la instrucción de sus padres, de lo que sus padres les iban a enseñar acerca de Dios.
La instrucción de los padres sería indispensable para que las generaciones futuras no olvidaran que:
Sus padres fueron esclavos.
Que su Dios es el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob.
Que el Dios de los hebreos los rescató con mano poderosa.
Que Dios fue fiel a sus promesas.
…solamente así podrían mantener viva la fe en el Dios de Israel.

Conclusión

Hermanos, Dios hoy nos llama a recordar sus obra de salvación.
Dios nos llama a recordar lo que hizo su hijo Jesucristo en la cruz del calvario.
Dios nos llama a recordar la obra de redención de Dios que empezó en el huerto del Edén y llegó a su consumación con la vida, muerte, resurrección, y ascensión de Jesús.
De hecho, la iglesia de Cristo tiene ciertos ritos, ciertas prácticas, ciertas celebraciones mediante las cuales recordamos las obra de Dios:
Celebramos el milagro de la encarnación porque creemos que Dios vino en carne, Dios se hizo hombre.
Celebramos la muerte y resurrección de Jesucristo porque creemos que en la cruz Jesús pagó la pena por nuestros pecados.
Celebramos el día del Señor, cada domingo, porque creemos que Cristo resucitó de entre los muertos. Él vive para siempre jamás.
Si usted ha descuidado su asistencia a la casa del Señor, piense el testimonio que está dando a sus hijos - para nosotros no es una prioridad estar en la casa de Dios, el día del Señor.
Pero, cuando procuramos estar en la casa de Dios, excepto por enfermedad o muerte, estamos diciendo a nuestros hijos - somos un hogar que alaba y teme a Dios. Para nosotros es un privilegio estar en la casa de Dios tal como él lo ha ordenado.
Celebramos la Cena del Señor para recordar que por medio de la muerte de Jesús es que tenemos vida eterna y el perdón de los pecados.
Tal vez para usted estas realidades se han convertido en nada más que tradición y rutina.
Yo le invito a buscar a reflexionar y permitir que Dios por su Espíritu Santo avive el amor a Dios y el gozo de su salvación en su vida.
Piense en la obra de Dios no como una serie de eventos que ocurrieron hace muchos años, en un lugar muy lejano…piense en la obra de Dios como algo que Dios hizo por usted mismo, porque usted necesitaba ser salvado / rescatado / liberado.
Éxodo 13:8 NBLA
»Lo harás saber a tu hijo en aquel día, diciendo: “Esto es con motivo de lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto”.
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