El Fundamento del Hogar
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· 1,296 viewsDía del Padre - Papá es el constructor del hogar, y la Biblia es es el plano del Arquitecto Dios para construir un hogar feliz y sano.
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Fundamento Sólido
Fundamento Sólido
Cuando una persona desea construir una casa, primero debe conocer el terreno donde será edificada la construcción. Un terreno cerca de un río o cerca de un barranco son muy malas opciones para construir, por lo frágil que puede ser la tierra.
Estas tareas son algunas que hace un topógrafo, comprueba la firmeza del terreno, si puede aguantar la estructura que se desea construir.
Por más dinero que se invierta en una construcción, por más finos materiales, por más lujosas adquisiones, si el terreno es frágil, esa casa caerá; trayendo gran pérdida.
En la Biblia se nos habla de dos hombres que construyeron su casa, la de uno sobre la arena, y la de otro sobre la roca.
Cuando vino el invierno, con fuertes lluvias y vientos, la casa que estaba construida sobre la arena no resistió, se desplomó, y fue grande la ruina de este hombre.
No obstante, aquel hombre que construyó su casa sobre la roca, no signficó que él no sufriría del invierno, también pasó por fuertes lluvias y vientos, pero la casa no cayó, porque la base de la casa, el fundamento que sostenía la casa era un fundamento firme. Esta casa estaba construida sobre la roca, y ni las lluvias, ni los vientos, la logramos mover.
Si deseas tener un hogar feliz y sano, debes tener un fundamento firme, un cimiento que no se mueva.
Cimientos Inestables
Cimientos Inestables
Si tienes cimientos inestables, tu hogar será inestable.
Había un hombre en los Estados Unidos que se compró una casa nueva.
Después de vivir en la casa por unos seis meses, comenzó a notar que una de las paredes tenía una rajadura. Tomó la guía de teléfonos, buscó un carpintero (hay que tener en cuenta que en Estados Unidos las casas están hechas de madera y yeso), y lo contrató para que arreglara la rajadura que tenía la pared. Después de un arduo día de trabajo, el carpintero terminó su labor y le pasó a este hombre una factura sumamente grande.
Pasaron las semanas y unos tres meses más tarde, este hombre se levantó una mañana para encontrar no solamente que todavía tenía la rajadura original en la misma pared que acababa de arreglar, sino que ahora tenía a toda la «familia rajadura» en su pared: Papá Rajadura, Mamá Rajadura y como ¡siete u ocho rajaduritas en diferentes lugares! Nuevamente, entonces, llamó al carpintero que le había hecho el arreglo original para que le viniera a colocar nuevamente el yeso a la pared con problemas. Dos días más tarde, la pared quedó como nueva (esta vez sólo le costó un par de vasos de jugo de naranja y algunos sandwich que le ofreció al trabajador mientras reparaba el mal trabajo realizado en primera instancia).
Los días pasaron, se hicieron semanas y una buena mañana, la esposa de este hombre, se levanta para desayunar y se encuentra, de pronto, con un ejército de rajaduras en la misma infame pared. Allí estaba, frente a ella, toda la infantería, caballería y artillería del País de las Rajaduras. Este hombre, entonces, sintiéndose defraudado económicamente, decidió llamar a un carpintero diferente. Cuando el nuevo carpintero llegó, observó las rajaduras, miró la pared, bajó al sótano de la casa, subió al techo y le dijo a este hombre algo que él realmente no estaba esperando:
«Yo no le puedo ayudar, señor», dijo el carpintero.
«¿Quéee?», contestó, «¿Cómo que no me puede ayudar? ¿No es usted un carpintero? ¿No arregla paredes de yeso?»
«Sí, soy carpintero y arreglo paredes de yeso. Pero usted no necesita un carpintero. Su problema no son las rajaduras. Usted tiene un problema en la fundación de su casa. Las columnas del fundamento se están moviendo y hasta que usted no repare el fundamento de la edificación, usted siempre va a tener rajaduras en esa pared. Usted lo que necesita es un ingeniero».
Si en tu hogar han aparecido rajaduras, usted va a intentar repararlas, pero van a volver a aparecer una y otra vez.
Si tienes problemas constantes en tu hogar, que aparecen una y otra vez, quizás el verdadero problema es el cimiento o el fundamento de tu hogar.
¿Cuántas veces has prometido a tu esposa o a tus hijos algo que los lastimó y lo vuelves a hacer? ¿Pides perdón y lo vuelves a hacer? Y así una y otra vez.
Salío una rajadura, sellaste y pintaste la pared, volvió a salir la rajadura, sellaste, pintaste, y nuevamente volvió a aparecer la rajadura, y así una y otra vez.
Si este es tu caso, déjame decirte que debes cambiar el cimiento de tu hogar, porque hasta que no lo cambies, seguirás teniendo rajaduras una y otra vez.
Somos Cambiantes
Somos Cambiantes
Necesitas un cimiento o fundamento estable, que no se mueva que sea firme, que sea sólido.
El fundamento no puede ser nada que cambie con los años, muchos pueden tener como fundamento el dinero o los bienes materiales, otros ponen como fundamento sus filosofías, sus cosmovisiones, sus tradiciones, costumbres, etc. Pero todo esto cambia con lo años.
¿El dinero dura para siempre? no. ¿Las filosofías y todas las ideológias humanas duran para siempre? No, cambian con los años.
La ideología que tenía una familia de hace 50 años, no es la misma ideología que tiene una familia contemporánea. Su cosmovisión, es decir, su forma de ver el mundo, cambia, porque las modas cambian, la tecnología cambia, el nivel de educación cambia, las demandas profesionales cambian, etc.
Y aún nosotros mismos cambiamos con los años, nuestra forma de pensar cambia, conforme vamos adquiriendo conocimiento, experiencia y madurez, nuestra forma de pensar va cambiando.
Tal como lo dijo el apóstol Pablo:
11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
Nuestra forma de pensar y de ver el mundo va cambiando con los años. Yo podría asegurar que tu forma de pensar hoy no es la misma de hace 5 años, tu forma de pensar hoy no es la misma que hace 10 o 15 años, porque conforme vamos aprendiendo cosas nuevas, adquiriendo experiencia y madurez, nuestra forma de pensar tambien cambia, nosotros somos seres cambiantes.
De manera que no puedes colocar como fundamento de tu hogar tus propios principios filosóficos o ideológicos, porque cambiarán con los años.
Si tienes una filosofía o una cosmovisión hoy, puedo asegurar que va ser diferente dentro de unos 10 años, porque en esos 10 años aprenderás nuevas cosas cosas, adquirirás nuevas experiencias, más madurez, y lo que lo sostienes o defiendes hoy, es probable que cambiará con los años.
Cimiento estable
Cimiento estable
Por lo cual, necesitas un fundamento que no cambie, pero la pregunta es: ¿Existirá algo en este mundo que no cambie?
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
¿Por qué la Biblia no cambia? Porque su autor, que es Dios, tampoco cambia, él es el mismo Dios, ayer, hoy y lo será por los siglos de los siglos.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Dios no cambia, y él ha dejado a Jesucristo su hijo como el fundamiento inamovible e inalterable.
(Buscar el siguiente pasaje):
11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Si el fundamento de tu hogar no es Jesucristo, tu hogar caerá. Por eso vemos lamentablemente matrimonios rotos, desprecios en el hogar, entre padres a hijos, hijos a padres, que solo se viven gritando, se viven ignorando, solo pleitos, no se pueden sentar juntos a la mesa sin pelear, mejor cada quién come por separado. Esas son evidencias de que necesitas a Jesucristo como el fundamento de tu hogar.
Y la pregunta es: ¿Quién es el responsable o el encargado de colocar el fundamento? No es la esposa, no son los hijos, es el hombre de la casa, el cabeza de hogar que Dios ha colocado para guiar a su familia.
Sé como Josué cuando dijo:
15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
¿Quién habló aquí? ¿La esposa de Josué? ¿Los hijos de Josué? Aquí habló el cabeza del hogar, el mismo Josué. «Porque yo, mi esposa y mis hijos serviremos a Jehová»
Dios ha colocado al hombre como el encargado de colocar el fundamento de su hogar, y ese fundamento para que dure, aún después de tu muerte, ese fundamento tiene que ser Jesucristo.
Si te basas en tu propia sabiduría, filosofia, e ideología para establecer el fundamento de tu hogar. En el momento en el que tus hijos dejen tu casa, o que tu partas de este mundo, ellos elijirán sus propios fundamentos también.
Pero si tu fundamento es Jesucristo, aún cuando tu fallezcas, el fundamento no cambiará, porque Jesucristo no cambia.
Cómo establecer el Fundamento
Cómo establecer el Fundamento
Ya teniendo claro que el fundamento que necesitas para tu hogar es Jesucristo, la pregunta es: ¿Cómo establecerlo?.
Nuestro pasaje principal nos da la clave:
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Observemos tres puntos importantes:
“A Cualquiera”
“A Cualquiera”
La gracia de Dios no se limita solamente a algunos, sino que está disponible a todo aquel que lo desee.
Jesucristo está dispuesto a ser el fundamento de tu casa si tu así lo deseas. Por eso aquí dice: “A cualquiera”. No importa cómo esté tu hogar hoy, no importa lo que hayas hecho en el pasado, si hoy estás dispuesto a que Jesús sea el fundamento de tu hogar, que sea quién sostenga a tu familia. Llegará a pasar.
Aquí vemos que Jesús no le cierra la puerta a nadie que quiera venir a él hoy.
Su Palabra dice:
37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
Si hoy estás dispuesto a Jesucristo sea el elemento principal y fundamental de tu hogar, él lo hará.
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
“El que me oye”
“El que me oye”
Esta palabra “oír”, es prestar atención, es reflexionar detenidamente lo que Jesucristo te dice, y no ser un oidor olvidadizo.
¿Cuántos mensajes de la Palabra de Dios haz oído y no le has mostrado el mínimo interés o importancia? Sales de la iglesia y has olvidado lo que escuchaste y sigues tu vida igual a como la dejaste antes de venir hoy aquí.
Pero si hoy Dios te ha hablado a través de este mensaje, y verdaderamente haz puesto atención, haz reflexionado sobre como está tu situación actual en tu vida y en tu familia, que Jesús está disponible a restaurar tu hogar y solidificarlo. Si haz hecho esto hoy, haz cumplido con el segundo punto.
2 Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría;
Si inclinares tu corazón a la prudencia,
3 Si clamares a la inteligencia,
Y a la prudencia dieres tu voz;
4 Si como a la plata la buscares,
Y la escudriñares como a tesoros,
5 Entonces entenderás el temor de Jehová,
Y hallarás el conocimiento de Dios.
6 Porque Jehová da la sabiduría,
Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
“Y las hace”
“Y las hace”
El tercer punto, y el más dificil, este punto muchos no lo logran, únicamente llegan al primero y al segundo. Es decir, saben que Jesús puede cambiar sus vidas, conocen lo que deben de hacer, pero no están dispuestos a cambiar, no están dispuestos a ejecutar, porque no quieren sujetarse al Señorío de Jesucristo.
(Buscar el siguiente pasaje):
3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.
Sabemos que el hombre es cabeza de su hogar, pero no significa con esto que el hombre puede hacer lo que bien le plazca, porque por encima de él; está Jesús.
Puede ser que muchos hombres quieran que sus esposas se sujeten a ellos, y pueden repetir el versículo:
22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
Pero estos hombres no se están sujetando a Jesús, ¿cómo quieren estos hombre que sus esposas se sujeten a ellos, si ellos mismos no se están sujetando a Jesús?
Exigen obediencia y respeto de su familia, pero ellos mismos no están obedeciendo ni respetando a Jesús, ni a su Señorío.
Vemos en el pasaje anterior que el hombre es cabeza de la mujer, Jesús es la cabeza del hombre, y que Dios el Padre, es cabeza de Jesús, de Dios el Hijo.
Yo pregunto: ¿Jesús nos dio ejemplo al sujetarse a su Padre? Claro que si lo hizo, siendo él Dios mismo, se sujetó a su Padre.
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Jesús da el ejemplo a todos los hombres a sujetarse, porque él mismo lo hizo con su Padre. Por esto, si los hombres desean que sus familias se sujeten a ellos, ellos deben dar el ejemplo al sujetarse a Jesús.
Nuestro pasaje principal nos lo dice:
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Si hoy has escuchado las palabras de Jesús, y estás dispuesto a ejecutarlas hoy, a ponerlas en prácticar, si hoy tomas la decisión de sujetarte al Señorío de Jesucristo, tu hogar va a cambiar y va a cambiar para bien.