Liderar es Amar
Día del Padre • Sermon • Submitted
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Fallecimiento de la hermana Paty Moterrubio. 21 Junio
Liderar es Amar
Al esposo se le dice: Líder Espiritual. Ser o no ser, he ahí el dilema. Es lo que se desea del varón, que sea el líder espiritual del hogar, es el deseo de algunas mujeres, y algunos hombres se quejan porque sienten que la esposa no lo dejan ser el líder espiritual, o no saben qué es eso.
La frase Líder Espiritual no viene en la Biblia, dice que el hombre es la cabeza que es un eufemismo para decir: líder. Pero ¿qué quiere decir? No hay consenso general al hablar de este tema, pero se ven diferentes aspectos.
Hay quienes crees que ser líder es cumplir una lista de lo que se debe hacer, el problema es que la lista se sale de control dependiendo ¿quién hace la lista? Si ser líder espiritual implica orar, leer la biblia ¿puedo ser líder? Eso estudiaremos este día.
Veremos un pasaje dónde el apóstol Pablo desarrolla el tema y dice qué es ser líder espiritual. Para algunos el tema les quitará presión, a otros les pondrá presión. Otros quedarán más confundidos y dirán: cuando me casé no me dijeron nada de esto, de haberlo sabido…
Primero, sabemos que el matrimonio existe desde antes que el estado o sociedad organizada. Es idea de Dios y ÉL sabe más que cualquier estado, pastor, consejero sobre la naturaleza humana y sus relaciones. Escucharemos Sus Palabras y lo que dice del matrimonio y la familia. Pablo nos dice que es ser líder espiritual y nos da los 2 lados de la moneda. Un lado es el líder por designación y el líder de forma práctica, veamos el primero:
“Para las esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor,” (Efesios 5:22, NTV)
¿Quién va a querer hacer eso? O ¿por qué? Mujeres no se vayan…esperen.
“porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia.” (Efesios 5:23, NTV)
La palabra clave es: cabeza. Es la cabeza…como Cristo es cabeza. Por definición y naturaleza del matrimonio, cada esposo YA ES cabeza del hogar, líder del hogar. Para algunas esposas esto es nuevo y es buena noticia, porque ya no tiene que desear que su esposo sea cabeza, líder ¡ya es cabeza! Por definición, por designación ¡ya es cabeza de tu hogar! O sea que ese hombre de mirada triste sea que lo entiendas, te guste o no, seas o no religioso, cuando dices en la ceremonia ¡sí acepto! En ese momento eres designado el rival más débil, no. Eres designado cabeza, líder de ese hogar, ya sea que actúes como uno o no, tengas habilidades de líder o no, sepas mucho de la biblia o no ¡ya eres líder! Eso dice este verso. La esposa se somete porque Dios designó al esposo como cabeza, pero ¿qué significa ser cabeza del hogar? En esencia que es responsable de todo lo que sucede en el hogar. El líder es responsable de lo que pasa en el hogar ¡no somos culpables de todo lo que sucede! Pero sí responsables. Eso es ser cabeza del hogar. Fuiste designado por Dios y al casarte eres el responsable.
¿Dónde empieza el problema con eso de ser cabeza? Hombre, sabes que algo en nosotros no quiere esa responsabilidad, apenas y somos responsable de nuestras acciones. Cuando la regamos algo en mí quiere echar la culpa en alguien más, cubrir nuestros rastros y ahora ser responsable de otra persona o varios más ¡no me gusta! Y lo que haces en el hogar es que no solo delegas tareas, sino que delegas la responsabilidad. Dios dice por medio de Pablo que tú eres responsable. Puedes y debes delegar tareas, obligaciones, actividades, pero no puedes delegar la responsabilidad, porque siempre somos responsables de lo que sucede en el hogar.
La tendencia es querer delegar esa responsabilidad en la esposa, que ni tarda ni lenta la toma -eso es para otro tema-, pero al darle esa responsabilidad pasan algunas cosas:
Uno. Tu esposa siente la presión emocional, algo para lo cual ¡Dios no la diseñó! Claro que puede llevarla porque son fuertes, talentosas, capaces, pero la presión emocional es algo que Dios nunca quiso para ellas. Lo pueden cargar por poco o mucho tiempo, pero si carga la responsabilidad que Dios te dio a ti, llegará el momento que sufrirá en lo emocional y lo físico, como consecuencia que tú le endilgaste la presión que te corresponde a ti como cabeza. Pero hay algo peor.
Dos. Cuando delegamos y no somos responsables en áreas que Dios nos dio, el respeto de la esposa empieza a debilitarse cada día. Le pierden el respeto al responsable que se niega a serlo. Y de tanto negarte a ser responsable, el respeto por ti disminuirá. Lo puedes ver en un político o un jefe que nunca acepta su responsabilidad ¡se le pierde el respeto! Y lo mismo pasa en el matrimonio. Quien no acepta su responsabilidad pierde el respeto y pasa tanto en hombres como en mujeres. Pero el tema de hoy es para el padre, el esposo.
Por otro lado, cuando una persona que se equivoca admite su responsabilidad pasa lo contrario, el respeto aumenta. Esposo, varón debemos entender la relación entre responsabilidad y respeto. Lo peor que puede pasar en tu hogar, es que tu esposa te pierda el respeto, porque al perder el respeto también pierdes influencia y al perder la influencia no tardará mucho en que la única forma de hacer valer tu autoridad sea la imposición y los gritos ¡aquí mando yo! Lo puedes hacer porque tienes la autoridad que da la posición, pero habrás perdido la influencia. Se te obedece, pero no se te respeta y menos tienes influencia sobre tu familia. Eso sucede cuando no solo delegas tareas, actividades sino también la responsabilidad.
Dios dice al hombre: eres cabeza del hogar, desde esa perspectiva eres responsable de todo lo que pasa, no culpable, pero si responsable. Ser líder espiritual empieza asumiendo la responsabilidad.
Cualquiera sea la situación ¡Soy responsable! Antes de saber detalles, si tiene que ver con quién está bajo mi autoridad ¡soy responsable! Veamos algunos indicadores para saber si has delegado responsabilidad. Si tu esposa toma notas y saca fotos, quizá has empezado. Jajaja, no. Veamos
1. Culpas a otras personas.
Culpas a la esposa, hijos, economía, presidente, amigos. Cuando en un problema tu primera reacción es apuntar en alguien más: yo no puedo hacer nada, no es mi culpa. Si haces eso es probable que has delegado la responsabilidad, se la has dado a alguien o algo más.
2. Permites que tu esposa reciba la culpa por algo que está mal en la familia.
No se trata de si es su culpa, sino que dejas que otras personas hablen mal de ella. Ejemplo: mis hijos son así, porque mi esposa los consciente; lo que estás diciendo es: hay un problema en mi hogar, pero ¡ella es responsable! Y quizá ahora pienses: es que ¡es verdad! Pero ¡tú eres responsable! Y cuando tú y yo tomamos en serio esa responsabilidad, no dejarás que ella cargue la vergüenza pública, porque nosotros somos los responsables. Si dejas que en público tu esposa quede mal por algo del hogar, has cedido la autoridad, no estás tomando en serio el cargo que Dios te dio. Claro que, en ocasiones en juego, con cercanos te abres y cuentas intimidades, pero ese es otro contexto.
En la oficina no vas a tu jefe y dices: el problema en la oficina son los empleados a mi cargo. Si haces eso, la siguiente vez que quieran resultados, te van a brincar, te verán como irresponsable.
3. Si te distancias de los problemas familiares.
Cuando constantemente dices: amor, tú resuelve el problema, no tengo tiempo, ve tu a la junta de la escuela, a pagar el teléfono y la luz, pide prestado. Has delegado la responsabilidad y actúas de forma irresponsable, y pierdes el respeto y cuando tu esposa pierde el respeto el matrimonio está en grave peligro.
Estos son indicadores de que has delegado la responsabilidad, se empieza con detalles porque esa es nuestra tendencia, nuestra naturaleza y eso es por cómo empezó todo ¿recuerdan? Edén.
Señor, la mujer que me diste me dio de comer y ¡comí! Señor el problema con esta familia es…ella. Señor no me mires a mí fue ella la que me dio del fruto. No quiero ser responsable del problema de mi esposa. Señor, entre nos ¡la culpa es de ella! Y ¿qué hizo Dios? Sacó del jardín a Eva ¡no! Bueno sí, pero no sólo a ella, a los 2 ¿por qué? Porque sin importar de quién es la culpa, el varón es el responsable.
Esposo, quizá dices ¿para qué vine? O te vas al extremo: Pastor, entonces ¡debo ser perfecto! Y ¿si me equivoco? Te diré algo: el respeto de la esposa no depende de lo que hacemos o no, tanto como de nuestra disposición en aceptar la responsabilidad de lo que hacemos. El respeto de la esposa y de la influencia sobre ella, no depende de lo que hacemos o dejamos de hacer tanto como de nuestra disposición de tomar la responsabilidad de lo que hacemos. Porque en ellas hay mucha gracia y perdón. Además ¡todos vamos a cometer errores! ¿acaso crees que ella cree que eres perfecto? Los problemas empiezan -en ser líder-, no cuando el hombre comete errores, no cuando peca, no cuando se equivoca, sino cuando se niega aceptar la responsabilidad de sus acciones o los problemas en la familia.
Sabes algo más ¡no puedes escapar de eso! ¿sabes por qué? Porque Pablo relaciona el liderazgo del esposo, del papá con el hecho que Cristo YA ES Cabeza sobre la iglesia.
“porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia...” (Efesios 5:23, NTV)
Si alguien pudo usar la culpa de los demás a su favor: Fue Jesús. Pudo decir: Padre, sé que me pusiste al frente de estos, pero ¡has visto lo que hacen! ¡cómo son! Padre ¡no me culpes por estos! Jesús no hizo eso. ¿Qué vemos en la cruz? Vemos a Jesús haciéndose responsable de nuestros problemas, no se alejó de nosotros, no dijo: ustedes vean qué hacen con su pecado ¡no es mi culpa! ¿qué vemos en la cruz? A Jesús diciendo: YO SOY la Cabeza de este grupo, estoy dispuesto en aceptar sus problemas, sus problemas son mis problemas, Yo Soy responsable. La Biblia dice:
“Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.” (2 Corintios 5:21, NTV)
Ese es el ejemplo de lo que es ser líder espiritual. El hombre que se hace responsable ha entendido que ha sido designado como cabeza. Hombre ¿has huido de tus responsabilidades? ¿un poco? ¿hay áreas que no te gustan lidiar en tu hogar? Quizá tu esposa es mejor resolviendo los problemas, pues es el tiempo que tú asumas tu responsabilidad, y ¡has lo mejor que puedas! Y observa qué pasa.
¿Te preocupas por tus hijos? Si no lo haces, estás siendo irresponsable, quizá sin querer has delegado la responsabilidad.
Por otra parte, pude que ores todos los días, los lleves a la iglesia, PERO si no aceptas tu responsabilidad de lo que pasa en tu hogar, ¡no estás siendo líder espiritual! Porque no estás aceptando el llamado, el nombramiento que Dios te ha hecho.
Ahora Pablo pasa de lo posicional a lo práctico. Si no has leído el pasaje puedes pensar que ahí termina el tema. Empieza con: esposas sométanse a sus esposos, este es el mandamiento. Pero ¿qué dirá a los hombres? Quizá algo así como: manden sobre sus esposas, enseñen, instruyan, tomen el toro por los cuernos, valiente, sin miedo al éxito, pero veamos lo que dice, lo práctico de lo que es ser líder espiritual.
“Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa…” (Efesios 5:25, NTV)
¿Qué? ¿por qué? Qué tiene que ver con lo de sométanse. Si ella se va a someter, debo vigilar que lo haga. Pero ¡no dice eso! Y en esto, la sociedad, la cultura, no entiende a la iglesia y se confunde, se enfocan en lo que dice a la esposa ¡sométanse! Se pelean por esa frase y se olvidan del otro lado de la moneda. Un lado es: Sumisión. Pero el otro lado no es liderar, mandar, manipular. Lo opuesto a sométanse es: ¡amar! Ahora nos dirá qué ejemplo seguir.
“…ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia…” (Efesios 5:25, NTV)
Puedes leer esto de forma romántica, creyendo que te pida que “sientas” algo, pasión, romance, pero no está mandando a “sentir algo” sino que nos da otro verbo que define acción.
“…Él entregó su vida por ella” (Efesios 5:25, NTV)
¿Qué significa amar a tu esposa? ¡entregarte a ella! Quiere decir: entregarte astus necesidades, que tengan precedencia sobre las tuyas. Lo que es importante para ellas, es importante para ti, toma precedencia.
El liderazgo espiritual es sinónimo con AMAR. De eso se trata. Liderar es amar, amar es liderar.
Sin importar qué suceda en tu hogar, si lideras y amas, entonces eres líder espiritual. Sin importar si oras más que ella o no, Pablo inspirado sigue y lo que dice es para nosotros:
“a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios.” (Efesios 5:26, NTV)
El “a fin de” implica propósito. O sea, el propósito por la cual Cristo se entrega es para hacerla santa. En el verso 27 nos da el otro propósito, que es: presentársela a sí mismo:
“Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable.” (Efesios 5:27, NTV)
Resumiendo: Pablo nos hace ver que Cristo se dio a sí mismo por la iglesia y como consecuencia, la iglesia fue mejor por ese acto. Así los hombres deben amar a su esposa, de tal manera que, al entregarse a ellas, como consecuencia ¿quién será mejor? Ella, la esposa. Ella es mejor con nosotros que sin nosotros.
Si le preguntan a tu esposa ¿es mejor tu vida ahora o antes de casada? Si dice ¡ahora! Mi vida antes era buena, pero ahora es mejor, si dice eso, entonces has cumplido con lo que Pablo dice que es ser líder espiritual.
Cristo se dio a sí mismo y como consecuencia la iglesia es mejor ahora que antes. Eso significa amar a tu esposa como Cristo amó a la iglesia. Liderazgo espiritual no es hacer un montón de cosas, no es una lista, no se trata de eso, sino de amar. Si amas, estás liderando.
Ahora va más profundo o lo dice de otra forma, porque sabe que los hombres no entendemos a la primera. Quizá pensó que lo dijo medio complejo y dice: lo haré de forma práctica.
“De la misma manera, el marido debe amar a su esposa como ama a su propio cuerpo. Pues un hombre que ama a su esposa en realidad demuestra que se ama a sí mismo.” (Efesios 5:28, NTV)
Así como amo, como trato a mi cuerpo, y sabemos que los hombres somos sensibles a nuestras necesidades. Si tenemos hambre, calor, frío. Pero después Pablo dice algo que puede ser confuso.
“Nadie odia su propio cuerpo...” (Efesios 5:29, NTV)
Quizá alguien diga: aquí la Biblia se equivocó, porque quizá conoces alguien que odia su cuerpo, o te ves al espejo y hay cuando menos una parte que no amas.
“Nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida tal como Cristo lo hace por la iglesia.” (Efesios 5:29, NTV)
Después explica por qué iguala el cuidar nuestro cuerpo con cuidar a la esposa:
“Como dicen las Escrituras: «El hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo».” (Efesios 5:31, NTV)
Lo que dice Pablo es: cuidar y amar a tu esposa es ¡amarte a ti mismo! Porque desde la perspectiva de Dios, cuando dices ¡sí, acepto! Lo que el matrimonio implica es que llegas a ser un solo cuerpo, por eso lo mejor que puedes hacer por ti es amar, cuidar, alimentar, proteger a tu esposa, porque son uno solo, lo que le haces a ella, en realidad ¡te lo haces a ti mismo!
Ahora ¿qué quiere decir todo esto? Hay personas que no les gusta algo de su cuerpo, pero aun así ¡lo cuidan! Se ponen ropa que cubre esa parte, se bañan y lavan todos los rollitos del cuerpo o partes afinades del cuerpo, al menos yo sí. Usan maquillaje, buscas el mejor ángulo para la foto. Han existido casos de personas que por alguna razón creen que una parte de su cuerpo les sobra, un brazo, si van a que se los corten, se les analiza y concluye que hay algo mental que no está bien. Pero son excepciones -cuidado con lo que la cultura quiere imponer-.
La mayoría cuidamos nuestro cuerpo, aunque no les guste el juanete, lo lavan, saben que el sudor tiene su aroma peculiar y usan desodorante, hacen ejercicio, cuando menos la parte de arriba del cuerpo ¡te cuidas! Quienes destruyen su cuerpo es porque hay algo más que no está bien.
Aunque hay partes de tu cuerpo que no te gustan lo cuidas. Pablo dice: hombre, esposo, aunque hay cosas en tu esposa, tu matrimonio que no te gusta, aunque las cosas no son perfectas ¡ella es una extensión de ti! Y así como cuidas esa parte del cuerpo que no te gusta, eres responsable y designado por Dios para cuidar, nutrir, proteger a esa mujer porque ¡es extensión de ti!
Ser líder espiritual es amar. De eso se trata, no de enseñorear, o dominar. Amar es liderar y liderar es amar. Ser líder es diferente a una lista de cosas qué hacer, porque si quieres una lista de cosas qué hacer te vas a perder el punto principal: ser responsable y amar de forma incondicional.
Siendo honestos, hasta se pueden usar la espiritualidad como una cortina de humo para esconder el hecho de que no has sido responsable, no te has entregado de forma incondicional. Es fácil llevar a la familia a la iglesia, tener devocionales cada tarde, lo difícil es poner sus necesidades y deseos antes que los tuyos. Es más fácil decir lo que la Biblia dice sobre un tema que tomar el tiempo para saber cómo se siente tu esposa y tus hijos.
Hacer lo anterior es bueno, pero el cimiento, fundamento, la base del liderazgo espiritual es ser responsable de lo que pasa en tu hogar, sin importar de quién es la culpa.
Para algunos esta es buena noticia porque, quizá has sido mejor líder espiritual de lo que crees; te has sentido intimidado por lo mucho que tu esposa sabe, por que ella ora más que tú, tiene más dones que tú, pero ¡hombre esa no es la medida. Todos podemos ser líderes espirituales porque no tiene que ver con lo que sabes, ser líder espiritual es asumir la responsabilidad y darte por completo, así como Cristo se dio por la iglesia. Es cuidar a tu esposa, como te cuidas tú, es esforzarte por suplir, cuidar, proteger, amar. Si ante los problemas que tu hijo, hija enfrenta has dado la cara y te has hecho responsable ¡eres líder espiritual! Si en situaciones difíciles de tu esposa las has sostenido ¡eres líder espiritual!
Si en la medida de tus posibilidades has procurado que tu esposa, hijos tengan lo necesario y pones primero a ellos en el bienestar y en las compras ¡eres líder espiritual!
Esposa, quizá tu esposo ha sido mejor líder espiritual de lo que has creído, quizá le debes una disculpa porque tenías una lista de pendientes, pero ahora sabes que, es verdad, se equivoca en muchas cosas, no ha hecho muchos pendientes, pero hacer esas cosas no lo hace ser líder espiritual.
¿Sabes qué más nos dice esta definición de líder espiritual? Describiré una familia hipotética: en esa familia, todos tienen Biblia y de papel, los hijos van a retiros espirituales y en público todos cambian su tono de voz: amado padre, esposita santa mía, al orar dicen palabras raras, hasta hablan en lenguas, hacen muchas cosas religiosas, pero dentro de la casa, se gritan, no se hablan entre ellos. Los ves desde afuera y piensas ¡no quiero ser una familia como esa!
Otra familia, el papá no sabe más que un verso de la Biblia, prefiere hablar de fut bol o de F1, de series de Netflix, siempre que ora por la comida es la misma oración, pero entras a su casa y te gusta esa familia, se llevan bien entre ellos, se ríen, es verdad discuten como toda familia normal, pero se ve que se aman y lo demuestran.
Al ver las 2 familias pensaríamos ¡no tiene sentido! Pensaría que la primera familia que sólo hace cosas “cristianas” sería mejor, pero ¡no se aguantan entre ellos! Y estos que no parecen cristianos se llevan mejor, ríen más. Dios diría: un hogar espiritual no es dónde sólo se hacen cosas espirituales, es donde papá ha asumido su papel como líder, como el responsable y eso no tiene que ver con sus habilidades, talentos o su personalidad.
Es donde el esposo, papá, líder se ha entregado en amar como Cristo amó a la iglesia y ese es un ambiente más saludable. Es más fácil llenar mi casa y tiempo con cosas religiosas, música, para cada tema un verso, química, violencia, arte a todo le buscas la aplicación espiritual, pero nunca asumir la responsabilidad y vivir como desconocidos en la misma casa o que la familia se desbarate y preguntaríamos ¿qué pasó? Hice todo lo religioso, y quizá así sea, pero no hiciste lo principal, porque el liderazgo es amar, si no amas no lideras. Puedes hacer todo el resto, pero si no te entregas a tu familia, nada de eso cuenta, nada hará la diferencia.
Para terminar, ye te leí el pensamiento varón: pastor ¡no conoces a mi esposa! No se va a someter, no me va a dejar se el líder, no sé qué tiene, pero ¡no se va a someter! Te diré que quizá esa mujer no ha sido liderada de forma adecuada, porque cuando Dios creó a la mujer la hizo con el anhelo de ser amada, guiada, y si el hombre actúa como lo describe Pablo, eso la estimulara para someterse.
Esposa, esto no es un cheque en blanco para que el esposo ¡haga todo lo que tú digas! Si crees eso ¡busca ayuda profesional! Ese es otro tema. El feminismo se ha opuesto sin ver los 2 lados de la moneda y se ha perdido. Cuando escuchan la parte de: esposa sométanse a sus esposos, acusan al cristianismo de misógino, que quieren que la mujer sea tapete, sin derechos, etc. Si eso fuera todo lo que dice la Biblia, todos tendríamos que decir lo mismo, que es algo horrible; pero el otro lado de la moneda habla de un esposo que considera a su esposa como lo más valioso para él, que se entrega por completo a ella y a su familia, que la respeta, la protege, da la cara por ella y su familia, ahora dime ¿quién no quiere estar en una relación así?
Es asombroso saber que Dios te ama tanto que, para evitarte la muerte eterna, se entregó por ti, a pesar de tus faltas, carencias; fue a esa cruz para hacerse responsable de tu pecado, de tu maldad, porque Dios te ama profundamente y de forma incondicional ¿quién no quiere estar en una relación así?
Ser líder espiritual no es hacer mil cosas religiosas. Dios nos llama a ser líderes y todos podemos serlo, primero es ser responsable de tu familia, Dios te ha llamado y designado como responsable. Después ¡entrégate a tu esposa y familia! Así como Cristo se dio a la iglesia, al hacer estas 2 cosas estarás actuando como el líder espiritual de tu hogar.
Todo lo demás: devocionales, oración, ir a la iglesia, claro que es importante, tiene su tiempo y lugar, pero todo eso se edifica sobre la cimentación de amar y de liderar por medio del amor.
Palabra de Dios
Oración
Oración por los padres.
Campamento familiar.