No toleres lo que Dios no tolera
Las 7 iglesias • Sermon • Submitted
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· 211 viewsSeamos sensibles para rechazar lo que Dios rechaza en su iglesia.
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¿Cuál es tu reacción al recibir una comunicación de parte de alguien importante?
Muchas veces pueden llegar a tu casa, a tu buzón, diferentes tipos de comunicados, publicidades, cartas haciéndote propuestas u ofreciéndote oportunidades. Pero todo cambia cuando la comunicación es realmente importante.
¿Qué pasa si recibes una carta del IRS?
La consideras con mucho cuidado, la pones aparte, la lees con cuidado, la devuelves a su sobre y la conservas en un lugar seguro.
Así es como deberíamos considerar y tratar las cartas que recibimos de parte de Jesús. Por alguna razón a veces podemos correr el riesgo de no darles tanta importancia. Simplemente escuchamos o leemos lo que tienen para decir y eso es todo.
¡Las cartas de Jesús importan más que las del IRS! Así que recibamos con delicadeza y mucha atención (es cuestión de vida o muerte) esta carta de Jesús.
18 Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. 20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. 21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. 23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. 24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; 25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. 26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 28 y le daré la estrella de la mañana. 29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
18 »Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira:
Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene ojos que resplandecen como llamas de fuego y pies que parecen bronce al rojo vivo: 19 Conozco tus obras, tu amor y tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y sé que tus últimas obras son más abundantes que las primeras.
20 Sin embargo, tengo en tu contra que toleras a Jezabel, esa mujer que dice ser profetisa. Con su enseñanza engaña a mis siervos, pues los induce a cometer inmoralidades sexuales y a comer alimentos sacrificados a los ídolos. 21 Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo. 22 Por eso la voy a postrar en un lecho de dolor, y a los que cometen adulterio con ella los haré sufrir terriblemente, a menos que se arrepientan de lo que aprendieron de ella. 23 A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y a cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus obras. 24 Ahora, al resto de los que están en Tiatira, es decir, a ustedes que no siguen esa enseñanza ni han aprendido los mal llamados “profundos secretos de Satanás”, les digo que ya no les impondré ninguna otra carga. 25 Eso sí, retengan con firmeza lo que ya tienen, hasta que yo venga.
26 Al que salga vencedor y cumpla mi voluntad hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones 27 —así como yo la he recibido de mi Padre—y
“él las gobernará con puño de hierro;
las hará pedazos como a vasijas de barro”.
28 También le daré la estrella de la mañana. 29 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
18 »Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Tiatira. Este es el mensaje del Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce pulido:
19 »Yo sé todo lo que haces; he visto tu amor, tu fe, tu servicio y tu paciencia con perseverancia. Y veo tu constante mejoría en todas estas cosas.
20 »Pero tengo una queja en tu contra. Permites que esa mujer —esa Jezabel que se llama a sí misma profetisa— lleve a mis siervos por mal camino. Ella les enseña a cometer pecado sexual y a comer alimentos ofrecidos a ídolos. 21 Le di tiempo para que se arrepintiera, pero ella no quiere abandonar su inmoralidad.
22 »Por lo tanto, la arrojaré en una cama de sufrimiento, y los que cometen adulterio con ella sufrirán terriblemente, a menos que se arrepientan y abandonen las maldades de ella. 23 Heriré de muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las intenciones de cada persona. Y le daré a cada uno de ustedes lo que se merezca.
24 »Pero también tengo un mensaje para el resto de ustedes en Tiatira, los que no han seguido esa falsa enseñanza (“verdades más profundas”, como ellos las llaman, que en realidad son profundidades de Satanás). No les pediré nada más, 25 sólo que retengan con firmeza lo que tienen hasta que yo venga. 26 A todos los que salgan vencedores y me obedezcan hasta el final:
Les daré autoridad sobre todas las naciones.
27 Gobernarán las naciones con vara de hierro
y las harán pedazos como si fueran ollas de barro.
28 Tendrán la misma autoridad que yo recibí de mi Padre, ¡y también les daré la estrella de la mañana!
29 »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.
18 «Escribe al ángel de la iglesia en Tiatira:
“El Hijo de Dios, que tiene ojos como llama de fuego, y Sus pies son semejantes al bronce bruñido, dice esto:
19 ‘Yo conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y que tus obras recientes son mayores que las primeras.
20 ’Pero tengo esto contra ti: que toleras a esa mujer Jezabel, que se dice ser profetisa, y enseña y seduce a Mis siervos a que cometan actos inmorales y coman cosas sacrificadas a los ídolos.
21 ’Le he dado tiempo para arrepentirse, y no quiere arrepentirse de su inmoralidad.
22 ’Por eso, la postraré en cama, y a los que cometen adulterio con ella los arrojaré en gran tribulación, si no se arrepienten de las obras de ella.
23 ’A sus hijos mataré con pestilencia, y todas las iglesias sabrán que Yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y les daré a cada uno según sus obras.
24 ’Pero a ustedes, a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esta doctrina, que no han conocido las cosas profundas de Satanás, como ellos las llaman, les digo, que no les impongo otra carga.
25 ’No obstante, lo que tienen, reténganlo hasta que Yo venga.
26 ’Al vencedor, al que guarda Mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones;
27 y las regirá con vara de hierro, como los vasos del alfarero son hechos pedazos, como Yo también he recibido autoridad de Mi Padre.
28 ’Y le daré el lucero de la mañana.
29 ’El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’ ”».
18 Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
18 »Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira:
Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene ojos que resplandecen como llamas de fuego y pies que parecen bronce al rojo vivo:
18 »Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Tiatira. Este es el mensaje del Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce pulido:
18 «Escribe al ángel de la iglesia en Tiatira:
“El Hijo de Dios, que tiene ojos como llama de fuego, y Sus pies son semejantes al bronce bruñido, dice esto:
Cuando Jesús dicta su carta, lo hace con su destinatario en mente, queriendo que su mensaje llegue exactamente a las personas con las que quiere comunicarse. Jesús sabe exactamente quién es que va a recibir su mensaje.
En este caso, se dirige “al ánel de la iglesia en Tiatira”, al liderazo de la iglesia, y a la propia iglesia.
Como en cada una de sus cartas, Jesús define con mucha claridad su identidad como emisor o remitente. Veamos de qué manera expresa su propia identidad en esta carta:
El Hijo de Dios… Piénsalo bien: recibes la carta y viene firmada por esta frase: El Hijo de Dios. ¿Cómo te impresiona recibir una carta así? Si recibir una carta remitida por el “Gobierno de los Estados Unidos” nos llega a provocar asombro y respeto, ¡cuánto más una enviada por el Hijo de Dios! En el Nuevo Testamento no vas a encontrar a Jesús presentándose como el Hijo de Dios con mucha frecuencia. Si prestas atención a su manera de relacionarse con la gente durante su ministerio, confirmarás que su forma de referirse a sí mismo era “el Hijo del hombre”. ¿Por qué Jesús hablaba de sí mismo como “el hijo del Hombre”.
...y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día. (Lucas 9:22)
Durante su ministerio, Jesús se autodenominaba “el Hijo del hombre” porque se identificaba plenamente como uno de nosotros, como humano, presentándose como nuestro hermano mayor, nuestro Redentor, el que ocuparía nuestro lugar. A lo largo de ese tiempo, el resplandor de su gloria quedaba oculto ante los ojos de las personas y sus discípulos, a no ser durante el evento conocido como la transfiguración.
Entonces, ¿qué cambió para cuando dictó esta carta a Juan? Para ese momento, aquella tarea ya había sido realizada. Ahora se estaba presentando ante Juan sin filtros, en todo su esplendor, sin esconder la grandeza de su gloria.
Desde entonces y hoy en día, Jesús se revela tal como es, el Hijo de Dios. Fue aquello que Simón Pedro entendío sin siquiera saber cómo.
13Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. (Mateo 16:13-17)
¿A ti también te ha quedado en claro que Jesús es el Hijo de Dios? Jesús es muchísimo más que un gran maestro que hubo en la historia; Él es ni más ni menos que el propio Hijo de Dios.
2. ...el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido… Esta característica viene de la visión que Juan tenía ante sus ojos mientras tomaba nota de las cartas que Jesús le dictaba:
12Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego... (Apocalipsis 1:12-14)
¿Te imaginas si te tocara a ti presenciar semejante visión? Si le viéramos tal como es ahora mismo, nos pasaría lo que a Juan:
17Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas;... (Apocalipsis 1:17)
Al profeta Daniel le había sucedido algo semejante (Daniel 10:7-9).
¿Qué te pasaría a ti si tienes esta visión? A veces, en nuestro tiempo de oración o cuando cerramos nuestros ojos sabiendo que Él está aquí, podemos experimentar más y más de Él.
Jesús tiene los ojos como llama de fuego.
Nuestros ojos expresan mucho de mi identidad, de quienes somos, y tienen mucho que ver con nuestra comunicación y nuestro contacto con los demás. Cuando queremos comunicarnos realmente con alguien, nos miramos directamente a los ojos. ¿Te imaginas mirar a Jesús a los ojos? Él lo ve todo, hasta lo más profundo de ti.
Los pies de Jesús son semejantes al bronce bruñido. Brillan, reflejan su propia gloria. Son firmes. Hablan de su autoridad. ¿Recuerdas que en la armadura espiritual el calzado también ocupaba un lugar de importancia entre las armas? Sí, las sandalias del soldado de Jesús calzan el apresto del evangelio de la paz, lo que otorga la capacidad de pararse firme en medio de la batalla espiritual.
Lo que se puede decir del que envía la carta es que es impresionante. Las palabras nunca alcanzarán para describirlo ni para elogiarlo lo suficiente. ¡A Él sea la gloria!
El simple hecho de que Jesús se digne a mirarnos, a interesarse por nosotros tiene que impresionarnos. Él es el Todopoderoso, Dueño absoluto del universo entero, y se digna a hablar conmigo. Eso es… ¡asombroso! ¡Gracias, Jesús!
19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
19 Conozco tus obras, tu amor y tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y sé que tus últimas obras son más abundantes que las primeras.
19 »Yo sé todo lo que haces; he visto tu amor, tu fe, tu servicio y tu paciencia con perseverancia. Y veo tu constante mejoría en todas estas cosas.
19 ‘Yo conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y que tus obras recientes son mayores que las primeras.
Él sabe. Te ha estado mirando y no se le ha escapado ningún detalle. Absolutamente nada queda oculto ante su mirada.
Este poderoso mensaje tiene el poder de atravesar nuestras almas y reconocernos al descubierto delante de nuestro Señor. Si algo aprendemos de las cartas que Jesús envió a las iglesias de Asia Menor es que estamos ante su mirada, sin exclusiones ni zonas grises. Nos conviene colocarnos voluntariamente ante la luz de nuestro Salvador, que nos dice:
Yo conozco tus obras...
¿Qué conocía Jesús de los cristianos en Tiatira? Observa esta hermosa lista de virtudes:
amor - ¡Qué bueno que a una iglesia se la reconozca por su amor! ¿Reconocería Jesús así a nuestra iglesia? ¡El amor es vital! Recordemos lo que nos enseña la Palabra con respecto a esto:
1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. (1 Corintios 13:1-3)
7Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. (1 Juan 4:7-8)
34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (Juan 13:34-35)
El amor es vital para cualquier cristiano y para toda iglesia. Es justamente la característica esencial que nos diferencia de quienes no tienen a Cristo en sus vidas.
fe - Ya me está gustando mucho esta iglesia. El hecho de que Jesús le reconozca su fe es algo impresionante. ¿Será importante la fe?
6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11:6)
La fe es justamente lo que nos conecta con Dios y lo que nos otorga la salvación. Somos salvos porque depositamos nuestra fe en Jesús. La fe no hace las cosas más fáciles, pero las hace posibles. Los hijos de Dios de toda la historia nos dan testimonio de la importancia de la fe al caminar con nuestro Señor.
¿Tienes fe? ¿De qué manera se manifiesta en tu vida? Porque...
19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? (Santiago 2:19-22)
Jesús ve la fe, y la fe queda de manifiesto en las obras que hacemos. ¿Tienes fe? ¿De qué manera se manifiesta en tu vida?
servicio - Bendita sea la riqueza de nuestro idioma español. Es por esa riqueza que podemos decir: El que no sirve, no sirve. Aquella iglesia en Tiatira se había dedicado a servir y se caracterizaba por el servicio. ¿Sabes a quién se parecía?
25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:25-28)
Sí, aquella iglesia se parecía a Jesús, que no vino para ser servido, sino para servir, siendo que Él se merece todo el servicio que pueda ser ofrecido. ¿Estás sirviendo? ¿Tu vida se caracteriza por el servicio? Observa a quiénes Jesús considera grandes en comparación con otros: a los que sirven.
En el mundo, y esto también puede suceder en la iglesia, las personas compiten unas con otras por acceder a las posiciones de privilegio, por estar por encima de los demás y dar órdenes. Los hijos de Dios asumen con humildad la posición de servicio, no se averguenzan de ella y honran al Señor desde ella.
Seamos una iglesia que se caracterice por el servicio.
paciencia - Esta virtud no es muy popular, pero aquella iglesia la había tenido. La paciencia es la virtud que se pone de manifiesto frente a la prueba. La traducción literal del término ὑπομονή es “seguir adelante después de”. Es decir, se refiere a las personas que enfrentan los obstáculos y la dificultad y salen adelante a pesar de ellos.
¿Tienes paciencia?
El Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado la presenta así:
PACIENCIA. Implica sufrir circunstancias adversas esperando, pero de una manera voluntaria, y no por mera necesidad. Hay muchas exhortaciones al cristiano para el ejercicio de esta virtud, a fin de que el creyente pueda soportar sin murmuraciones aquellas pruebas ordenadas por el Señor, así como las oposiciones, injusticias y provocaciones que puedan caer sobre él por causa del nombre de Cristo.
Es, justamente, lo que nos capacita para enfrentar las dificultades con una actitud diferente a la de los que no tienen a Jesús.
3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. (Romanos 5:3-5)
¿Cómo? ¿Podemos gloriarnos en nuestras tribulaciones? La paciencia que Dios nos da como fruto del Espíritu nos capacita para hacerlo.
¿Te caracteriza la paciencia, como a aquellos cristianos?
Son preciosas estas características de estos hermanos. Deben contar con todo nuestro respeto y debemos aprender a imitarlos. Pero además tenían otra buena característica:
...tus obras postreras son más que las primeras… Jesús lo menciona como un elogio, como algo bueno que los caracteriza. Observa cómo a Jesús le importan las obras de sus discípulos, y como las tiene en cuenta, las observa, las atesora.
¿Cuáles son tus obras?
Los cristianos en Tiatira habían ido creciendo en sus obras, en sus acciones de obediciencia y servicio al Señor. En esto se contrastan con los cristianos de la iglesia en Éfeso:
4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras;... (Apocalipsis 2:4-5)
¿Cómo estaremos nosotros en este sentido? ¿Van creciendo nuestras obras de servicio y obediencia para nuestro Señor?
A Jesús le importan nuestras obras, lo que hacemos para Él, y las tiene muy en cuenta. Dediquémonos a servirle y a crecer en nuestras obras. Aquí nos queda claro que el Señor espera que en lugar de descansarnos y cesar de hacer cosas buenas, hagamos cada vez más. Procedamos de esta manera.
20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. 21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. 23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.
20 Sin embargo, tengo en tu contra que toleras a Jezabel, esa mujer que dice ser profetisa. Con su enseñanza engaña a mis siervos, pues los induce a cometer inmoralidades sexuales y a comer alimentos sacrificados a los ídolos. 21 Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo. 22 Por eso la voy a postrar en un lecho de dolor, y a los que cometen adulterio con ella los haré sufrir terriblemente, a menos que se arrepientan de lo que aprendieron de ella. 23 A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y a cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus obras.
20 »Pero tengo una queja en tu contra. Permites que esa mujer —esa Jezabel que se llama a sí misma profetisa— lleve a mis siervos por mal camino. Ella les enseña a cometer pecado sexual y a comer alimentos ofrecidos a ídolos. 21 Le di tiempo para que se arrepintiera, pero ella no quiere abandonar su inmoralidad.
22 »Por lo tanto, la arrojaré en una cama de sufrimiento, y los que cometen adulterio con ella sufrirán terriblemente, a menos que se arrepientan y abandonen las maldades de ella. 23 Heriré de muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las intenciones de cada persona. Y le daré a cada uno de ustedes lo que se merezca.
20 ’Pero tengo esto contra ti: que toleras a esa mujer Jezabel, que se dice ser profetisa, y enseña y seduce a Mis siervos a que cometan actos inmorales y coman cosas sacrificadas a los ídolos.
21 ’Le he dado tiempo para arrepentirse, y no quiere arrepentirse de su inmoralidad.
22 ’Por eso, la postraré en cama, y a los que cometen adulterio con ella los arrojaré en gran tribulación, si no se arrepienten de las obras de ella.
23 ’A sus hijos mataré con pestilencia, y todas las iglesias sabrán que Yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y les daré a cada uno según sus obras.
Ahora llega el momento en el que el Señor nos señala nuestros errores y distracciones. Uno lo podría tomar como algo negativo (“¡Ojalá solamente tuviera cosas buenas para decirnos!”), pero en realidad este es el momento de nuestro aprendizaje, de nuestro crecimiento. Así que recibamos la reprensión del Señor como un gesto de amor.
Pero tengo unas pocas cosas contra ti...
Mmmm… ¿A qué se parece este comentario? ¡Claro! Le dijo esto también a la iglesia en Pérgamo:
14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti:... (Apocalipsis 2:14)
Claro que ninguno de nosotros quiere que el Señor tenga cosas en nuestra contra. Al contrario, queremos agradarle, honrarle, servirle. Sin embargo, lo que más necesitamos es que Jesús nos enseñe nuestros errores, para que podamos corregirlos, superarnos y crecer.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno. (Salmos 139:23-24)
Así que veamos lo que Jesús tenía para enseñarle a la iglesia de Tiatira. La reprensión es solamente una:
...que toleras a esa mujer Jezabel...
¿Qué ocurría en la iglesia? Había una mujer que “enseñaba” a los demás, pero no enseñaba bien. El hecho de que se le llame Jezabel es una pésima referencia. Jezabel fue la esposa del rey Acab en el Antiguo Testamento. Había sido la promotora de la idolatría, el paganismo y el decaimiento espiritual de Israel. Había sido la promotora de la persecusión contra el profeta Elías. Jesús está utilizando el nombre de Jezabel como una manera de definir el comportamiento y la actitud de esta persona. Tanto la reina del AT como la “profetisa” del Tiatira se oponían a los planes de Dios y no procedían de acuerdo con sus valores.
Lo que Jesús le reprende a la iglesia es que la tolere. La iglesia tiene que estar muy atenta, porque si bien todas las personas son bienvenidas en la iglesia (así es como la mayoría considera), la iglesia no se puede “dar el lujo” de tolerar cualquier tipo de enseñanza, conducta y actitud. Definitivamente, hay cosas que la iglesia no tiene que tolerar.
¿Qué era lo que la iglesia toleraba?
Para empezar, que ocupara una posición espiritual que no le correspondía. ...se dice profetisa.... Se hacía llamar a sí misma profetisa pero no lo era. Por favor, como iglesia necesitamos ser muy cuidadosos con los títulos y posiciones, en especial aquellos que suenan a “poder o autoridad de Dios”. Seamos celosos de las posiciones que ocupamos en nuestro servicio al Señor, respondiendo al llamdo de Dios y no a la iniciativa humana, y menos a la autopromoción.
...enseñe… Sí, en la iglesia la dejaban enseñar. La iglesia puede decidir quién enseña y quien no. No cualquiera que viene y se presenta ante la congregación puede empezar a enseñar “porque sí”. No, la iglesia debe evaluar con cuidado a sus maestros, porque la Palabra es algo muy delicado y digno de nuestro cuidado. Es nuestro alimento.
...seduzca… Esta mujer había seducido. Es una referencia a que había empujado, atraído, convencido, instado a los hermanos de la iglesia a participar de acciones opuestas a los principios de Dios. ¡Cuidado con la seducción de este mundo! ¿A qué seducía esta profetisa a los hermanos?
...a fornicar… Atraía a las personas a un comportamiento sexual inadecuado, ofensivo para los planes de Dios para sus hijos. Cuidado con discursos persuasivos como los que podrían decir: “¡No seas infantil! Somos todos adultos, no pasará nada...”
...a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Estos problemas se parecen a los que estaban presentes en otras iglesias. Pero podemos aprovechar aquí esta exhortación para preguntarnos: ¿Le importa a Jesús lo que comemos? ¡Vaya! Sucede que sí, le importa. Le importa lo que comemos, lo que bebemos, a dónde vamos, lo que vestimos y todos los detalles más. Pablo dedica una sección de su carta a los Corintios para hablar de esto. Una de sus conclusiones más poderosas es esta:
23 Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. 24 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. (1 Corintios 10:23-24)
Debemos ser muy cuidadosos en cuanto a lo que hacemos (comer, beber, vestirnos, ir a un lugar u otro), aunque quien nos invite sea la “profetisa” de la iglesia. ¡Cuidado!
Entonces el Señor se refiere a su trato con aquella señora y sus discípulos. Jesús hace justicia y no deja pasar la maldad. Y algo que nunca deja pasar es que alguien haga tropezar a los suyos.
42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar. (Marcos 9:42)
El Maestro demuestra su celo al anunciar que las personas involucradas con estos errores recibirán una severa disciplina. Le ha dado oportunidad para el arrepentimiento y la ha rechazado. Ahora llegará el momento del castigo con una sola salvedad: ...si no se arrepienten. El arrepentimiento siempre deja la puerta abierta para la restauración y la sanidad.
Hay algo que Jesús quiere que quede cristalinamente claro:
...todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a caa uno según vuestras obras.
El mismo Señor quiere que estas cosas sean conocidas por su iglesia el día de hoy.
Él es el que escudriña la mente y el corazón. No hay otro. Él es quien conoce hasta los pensamientos más íntimos y escondidos, las intenciones nunca confesadas, el sentir más profundo. Él lo conoce todo. Él examina profundamente hasta aquello que nadie más conoce, la mente y el corazón. Jesús quiere que lo sepas, y que te vuelvas de todo lo que le ofende, porque Él te ha visto, te ha sentido, te ha escudriñado, te ha examinado.
Él es el que le da a cada uno según sus obras. Él es el Juez supremo por sobre todos los jueces y reyes. Él es quien dará el veredicto final sobre la vida de cada uno. Pero observa: el Juez no le da a las personas conforme hayan sido sus pensamientos o sus palabras, sino según sus obras. No se trata de tu discurso, la doctrina que conoces, los mensajes que escuchas. Lo que va a traer buenos o malos resultados en tu vida son tus acciones. ¡Atención!
Creo que esta exhortación es lo suficientemente seria como para ser tenida en serio con sumo cuidado. Hay cosas que no debemos tolerar. Hay personas a las que no les debemos permitir enseñar o influenciar sobre los demás. Hay comportamientos en cuanto a los que debemos exhortarnos, haciendo a un lado el pretexto de que “cada uno es responsable y sabe lo que hace”. Seamos responsables y sanos en nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos en la fe.
24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; 25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
24 Ahora, al resto de los que están en Tiatira, es decir, a ustedes que no siguen esa enseñanza ni han aprendido los mal llamados “profundos secretos de Satanás”, les digo que ya no les impondré ninguna otra carga. 25 Eso sí, retengan con firmeza lo que ya tienen, hasta que yo venga.
24 »Pero también tengo un mensaje para el resto de ustedes en Tiatira, los que no han seguido esa falsa enseñanza (“verdades más profundas”, como ellos las llaman, que en realidad son profundidades de Satanás). No les pediré nada más, 25 sólo que retengan con firmeza lo que tienen hasta que yo venga.
24 ’Pero a ustedes, a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esta doctrina, que no han conocido las cosas profundas de Satanás, como ellos las llaman, les digo, que no les impongo otra carga.
25 ’No obstante, lo que tienen, reténganlo hasta que Yo venga.
El Maestro sabe que no todos somos iguales, y que no todos lleamos a caer en los mismos errores.
Jesús, el Juez eterno por sobre todos, no comete el error de castigar injustamente a quien no se lo merece.
La exhortación en contra de la Jezabel de la iglesia y sus seguidores había sido bien dura, pero Jesús sabía que no todos en la iglesia estaban en la misma condición espiritual. Por eso se dirige a:
...vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás...
De hecho, Jesús mismo es quien hará distinción entre unas personas y otras.
31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. (Mateo 25:31-33)
En cuanto a las personas que estaban haciendo las cosas bien, los que describe en el versículo 19, Jesús también tiene algo que exhortarles.
No os impondré otra carga...
“Otra” carga. La que ya les impuso es que dejen de tolerar la falsa enseñanza y el pecado en la iglesia. Aquellos cristianos estaban caminando con Jesús.
Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿puede un buen cristiano cultivar una sana relación con el Señor y al mismo tiempo omitir corregir a los que están procediendo mal bajo el nombre y el prestigio de la misma iglesia? La iglesia en Tiatira deja demostrado que sí se puede, y que se debe evitar. Se debe corregir. Pero el Señor conoce lo bueno que se está haciendo y llegado determinado momento no impone otra carga.
...pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
Este es el llamado a la perseverancia. ¿Qué tiene de bueno tu vida cristiana? ¿Qué cosas estás haciendo bien? ¡No te descuides! Necesitas perseverar. ¿Hasta cuando? ¿Por unos meses? ¿Por un par de años? ¡No! ¡Hasta que Cristo el Señor regrese! Eso también requiere dedicación y compromiso. ¿Estás cultivando la buena costumbre de tener un devocional, un tiempo con Dios cada día? ¡Reténlo! Asegúrate de que cuando Jesús regrese te encuentre procediendo así. Esto mismo se aplcia a cada aspecto de tu vida cristiana en el que has crecido y estás obrando conforme a la voluntad de Dios.
26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 28 y le daré la estrella de la mañana. 29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
26 Al que salga vencedor y cumpla mi voluntad hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones 27 —así como yo la he recibido de mi Padre—y
“él las gobernará con puño de hierro;
las hará pedazos como a vasijas de barro”.
28 También le daré la estrella de la mañana. 29 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
26 A todos los que salgan vencedores y me obedezcan hasta el final:
Les daré autoridad sobre todas las naciones.
27 Gobernarán las naciones con vara de hierro
y las harán pedazos como si fueran ollas de barro.
28 Tendrán la misma autoridad que yo recibí de mi Padre, ¡y también les daré la estrella de la mañana!
29 »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.
26 ’Al vencedor, al que guarda Mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones;
27 y las regirá con vara de hierro, como los vasos del alfarero son hechos pedazos, como Yo también he recibido autoridad de Mi Padre.
28 ’Y le daré el lucero de la mañana.
29 ’El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’ ”».
En el caso de esta carta, la sección dedicada a las promesas de Jesús y la exhortación a prestar atención vienen a continuación y como resultado de sus palabras anteriores. Acaba de decirle a los cristianos que perseveren, que sigan haciendo lo bueno, que no bajen los brazos, y entonces les dirige su acostumbrado...
Al que venciere...
Las promesas de Dios no son para los que abandonan por el camino. La vida cristiana es como una larga maratón. Solo obtienen el premio los que llegan a la meta, no los que abandonan por el camino. Jesús quiere animarte, a ti también, a perseverar, a seguir adelante, a vencer a pesar de los obstáculos. Pero en este caso el Maestro añade una frase a su manera de definir a los que reciben las promesas:
...y guardare mis obras hasta el fin...
Esto es lo que acompaña la victoria del que venciere. Los victoriosos en Cristo Jesús guardan sus obras hasta el fin. ¿Ya lo notaste? Sí, el énfasis sigue estando en las obras. Por supuesto que hay que guardar la buena doctrina, y asegurarse de que la Palabra de Dios sea enseñada con sabiduría del cielo y bases firmes en el Señor. Pero lo que hay que guardar son las obras. ¿Estás guardando las obras de Jesús? El Espíritu Santo de Dios quiere obrar en cada uno de sus discípulos, pero para eso hace falta que cada uno decida guardar sus obras. ¿Estás guardando las obras de Jesús?
Ahora, ¿qué hay para los que vencen y guardan las obras del Señor?
...yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero...
¿Autoridad sobre las naciones? Creo que sabemos muy poco de nuestra vida por venir y hay mucha desinformación al respecto. Esta cita proviene del libro del Salmos:
7 Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra.
9 Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás. (Salmos 2:7-9)
Esta porción de la Palabra es una referencia al Mesías, a Jesús, nuestro Salvador. Pero aquí Jesús nos extiende la promesa (...como yo también la he recibido de mi Padre...), multiplicándola, compartiendo su autoridad y su rol con nosotros, sus discípulos, sus hijos.
¿Te has puesto a pensar que el Señor nos quiere dar una vida útil, eficaz y en comunión con Él más allá de la muerte y más allá de su segunda venida? ¿Cómo te sientes al considerar que Jesús elige compartir con nosotros su posición y labor? Esta es la promesa para los que vencen los obstáculos de esta vida y este mundo para los hijos de Dios. Sé un vencedor y ocuparás un lugar especial en la nueva administración bajo la autoridad de nuestro buen Dios y Salvador.
...y le daré la estrella de la mañana.
¿Una estrella? He escuchado de personas que prometen la luna, pero ¿una estrella? ¿La estrella de la mañana?
¿Sabes quién es la estrella de la mañana?
16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. (Apocalipsis 22:16)
Sí, es Él.
Jesús ofrece darse a sí mismo, otorgarse como premio al que venciere.
¿Quieres recibir lo que Jesús tiene para ofrecer? Jesús te está alentando a fortalecerte y tomar la firme decisión de perseverar, de comprometerte con Él hasta el fin.
Pero hay que prestar atención:
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Algunos podrían escuchar estas palabras y perderse su significado para sus vidas, siendo que el Espíritu Santo les stá hablando. No dejes que eso suceda contigo. Ten oídos para oír lo que el Espíritu te dice. Aplícalo y vive conforme a sus palabras y las promesas serán tuyas.