ORANDO COMO JESÚS. ESTUDIO 6-III-B

Orando como Jesús.  •  Sermon  •  Submitted
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Jesús ora para que un día nos reunamos con él y veamos y disfrutemos su gloria, la gloria que el padre le dió.

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INTRODUCCIÓN:

Comenzamos la semana anterior a estudiar la última parte de la oración de Jesús en Juan 17, donde ora por los futuros creyentes. Vimos que esta última parte de la oración se dividía en dos partes:
A. PARA QUE ESTÉN UNIDOS EN LA VERDAD.(V. 20-23).
B. PARA QUE ESTÉN CON ÉL EN SU GLORIA.(v. 24-26).
Y en la primera parte, vimos :
I. PARA QUE ESTÉN UNIDOS EN LA VERDAD.(V. 20-23).
A. Los creyentes debemos estar claros de la raíz de la unión verdadera.
B. La oración de Jesús es por la unión verdadera.
C. Ora al Señor para que los creyentes vivan conforme a la unión verdadera.
D. Jesús ora para que esta unidad traiga resultado.
Ahora continuamos con la segunda parte de esta división.

II. PARA QUE ESTÉN CON ÉL EN SU GLORIA.(v. 24-26).

Juan 17:24–26 RVR60
24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
La realidad de que los creyentes se reunirán con Cristo en el cielo es el tema de la última parte de la oración sacerdotal del Señor.
Los versículos 24–26 describen tres aspectos de esta realidad:
A. La comunión de la gloria futura,
B. El objetivo de dicha gloria.
C. Una degustación de ella.
Veamos el primer aspecto, de esta oración:

A. LA COMUNIÓN DE LA GLORIA FUTURA.

“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo”,(17:24a).

Hermanos, Jesús ora para que aquellos que el padre le ha dado , puedan estar con él en su gloria eterna celestial.
Jesús estaba pensando en nosotros hermanos, el ruega por nosotros y por todos los que han creído y en los que han de creer todavía, para que gocemos de su gloria eterna.
Y sabemos que es una realidad para nosotros.
En cristo, Dios, no solo nos perdona, no solo nos conduce al arrepentimiento de nuestra antigua manera de vivir, sino que nos adopta como hijos suyos. (Ro. 8:15; Gá. 4:5; Ef. 1:5)
Romanos 8:15 RVR60
15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Gálatas 4:5 RVR60
5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Efesios 1:5 RVR60
5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Ahora, la glorificación de los creyentes en el cielo es la meta final del plan de salvación.
Jesús ora por ellos y esta oración está en armonía perfecta con el propósito de Dios al salvarnos, al escribir nuestros nombres en el libro de la vida .
Y algo más que aprendemos, es que cuando ramos como Jesús nuestra oración debemos orar de manera consecuente con la Voluntad de Dios .
Jesús así también lo enseñó Jesús en la oración modelo.
Mateo 6:10 RVR60
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Hermanos, Jesús ora, para que nosotros seamos participes de su gloria, del cielo glorioso, no por lo que hay en el cielo, sino por su presencia. Es la presencia del cordero que hace glorioso este lugar, y el gozo y la alegría de todos nosotros los creyentes será morar en él, experimentar la comunión perfecta con él , esa comunión perfecta y santa con él y todos los santos, para siempre.
Luego Jesús sigue la oración, y ahora se enfoca en algo más.

B. ORA POR EL OBJETIVO EN LA GLORIA FUTURA .

“para que vean mi gloria que me has dado” (17:24b).

Jesús nos sólo ora para que sus seguidores sean participes de su gloria, sino que pudieran ver la gloria que el Padre le había dado.
Jesús habla aquí sobre la manifestación visible de la plenitud de su gloria que los creyentes verán un día en el cielo.
Porque de alguna manera, o de forma parcial, los creyentes hemos visto la gloria de Cristo, aún estando aquí en la tierra. Así lo enseña Pablo, en Filipenses 2: 7
Filipenses 2:7 RVR60
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Sin embargo cuando el Señor regresó al cielo el padre el padre le restauró esa plenitud de gloria como él lo pide en el versículo 5, Juan 17:5
Juan 17:5 RVR60
5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
Y es esa gloria que él ha dado a sus discípulos.
Juan 17:22 RVR60
22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Todos nosotros los creyentes veremos esa gloria, como Jesús pide en su oración, pero nos solo la veremos, sino que entraremos en ella cuando muramos, o en el arrebatamiento de la iglesia, si estamos vivos.
Hermanos esa es nuestra esperanza y ha sido la esperanza de los hombres de Dios, durante toda la historia Bíblica.
El gran rey David así lo expresa en Salmos 11:7, Salmos 17: 15
Salmo 11:7 RVR60
7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.
Salmo 17:15 RVR60
15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.
Hermanos, sabe, Jesús ora por nosotros, para que veamos su gloria, la gloria del padre, y eso nos hace hombres y mujeres bendecidos, el mismo Jesús así lo declara en una de las ocho bienaventuranzas.
Mateo 5:8 RVR60
8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Somos bienaventurados, somos felices, doblemente bendecidos, porque Jesús ha pedido al padre que seamos participe de su gloria, de la gloria que él le ha dado.
Y el tercer aspecto de esta última parte de la oración de Jesús.

C. JESÚS ORA POR LA ANTICIPACIÓN DE ESA GLORIA FUTURA.

“Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos” (17:25–26).

Jesús termina esta oración, reafirmando el carácter del padre y reitera lo que ya había pedido en el versículo 9.
Juan 17:9 RVR60
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
Su petición final, no es por el mundo, porque el mundo no lo conoce, por lo tanto, no eran merecedores de sus cuidados, pero los creyentes si, no solo de los cuidados, sino también de la intercesión del hijo.
Jesús ora por aquellos que él le ha dado a conocer al padre y que conocieron que el padre les había enviado, aquellos que llegarían a tener una relación personal con el padre , porque le habían conocido a través de él.
Hablamos de ese proceso que comienza en la salvación y que continua en la santificación progresiva, viviendo en santidad todos los días de nuestra vida y que v de la mano de ese crecimiento espiritual que estamos llamados a experimentar día a día y que finaliza con la glorificación de cada uno de nosotros los creyentes, cuando seamos llevados a la presencia del padre Celestial.
Ahora Jesús está hablando en la oración de una vivencia anticipada de los creyentes, ora para que experimentar el amor con que el Padre ha amado a Cristo y que al conocer “el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, [sean] llenos de toda la plenitud de Dios” (Ef. 3:19).
El amor de Dios se derrama en los creyentes muestre a Jesús a aquellos que no lo conocen.

CONCLUSIÓN:

Con la oración de Jesús aprendemos que los cristianos debemos:
1. Añorar el cielo, pues todo lo precioso para nosotros está allá.
Nuestro padre está allá.
Todos los creyentes que ha muerto están allá.
Nuestros nombres están registrados allá.
Nuestra herencia está allá.
Nuestra recompensa eterna está allá.
Lo más importante es que nuestro salvador esta allá y fue a preparar lugar para nosotros.
2. La realidad de que un día nos reuniremos con Cristo en el cielo, porque él así lo pidió al padre y así lo hará.
Lo único que debemos hacer los creyentes es vivir pensando como gente que va para el cielo y orara como Jesús oro al padre, para que nos ayude a guardarnos del mundo y que veamos su gloria.
Vamos a orar.
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