La oración y la trinidad

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Lectura: 1 Juan 5: 12-15 y Romanos 8: 26-27
El día lunes empezamos viendo cual es el rol tan importante de la trinidad en la oración. Como les mencione nuestro Dios es Trino y por eso no debemos descuidar de honrar, respetar y glorificar cada una de las personas de la trinidad. Mi intención es que podamos ver cuán glorioso y completo es nuestro Señor. Y que podamos orar de una manera correcta, teniendo en mente cada uno de estos aspectos.
Les invito a que recuerden muchísimo esta frase: *LE ORAMOS AL PADRE POR MEDIO DE SU HIJO Y GUIADOS POR EL ESPÍRITU SANTO.*
El devocional está compuesto de 3 partes, explicando cada función de la trinidad en la oración.
1. El fundamento de la oración: la santificación del Nombre de Dios.
2. La confianza en la oración: Cristo.
3. La ayuda en la oración: El Espíritu Santo.
Vimos en la primera parte que lo fundamental en la oración es darle gloria al Padre, Su nombre es Santo y sublime y nuestra oración tiene que ir cargada de ese pensamiento. Ahora miraremos a Cristo y El Espíritu Santo.

2. La confianza en la oración: Cristo (1 Juan 5: 12-15)

En estos versículos vemos que Juan nos invita a confiar en Cristo a través de la oración. Esta confianza radica en quien nos salvó y quien nos sostiene (Juan 15:5). Aparte que en este pasaje vemos con certeza como podemos tener seguridad de nuestra salvación, porque es una obra completa de Nuestro Dios. Una vez que Cristo nos salvó para ser parte de Su familia, la oración se convierte en una expresión de fe en Dios.
Por eso es que la oración busca que nuestra relación con Cristo sea más fuerte, dependiendo de Él todo el tiempo. En pocas palabras, la oración del creyente es una muestra de que ha nacido de nuevo, que tiene a Cristo como salvador.
En la oración expresamos la razón por la que hemos sido creados: conocer, adorar, y glorificar a Dios.
Muchas veces cometemos el error de orarle a Cristo, la segunda persona de la trinidad. Y no es a Jesús que le oramos, le oramos al Padre _por medio de Jesús._ Puede que suene confuso, porque Dios y Jesús son uno solo (Juan 10:30). Si, son uno solo, pero con diferentes funciones por decirlo así. El rol del Padre es distinto al del Hijo pero siguen siendo un mismo DIOS.
Para esto quiero que miremos un pasaje en *1 Juan 2:1.* Abogado tenemos “para con el Padre”, y es Jesucristo el abogado o intercesor. Ahora nos damos cuenta que cuando oramos debemos dirigirnos al Padre, porque Su Hijo es quien nos permitió ese privilegio. No teníamos acceso al Padre, pero Cristo con su sacrificio lo hizo posible, ¡gloria a Dios!
Solo para reforzar esto les dejo unos cuantos versículos que pueden ayudar: 1 Timoteo 2:5, Hebreos 9:15 y Juan 14:6.
Nosotros venimos a Dios en oración no porque nos portemos bien, o solo cuando nos portamos mal, sino que venimos a Dios en todo tiempo, porque venimos ante Él en el nombre y la justicia de Cristo.
Cabe recalcar una y otra vez que venimos con nuestras peticiones en oración, pero siempre debemos buscar *Su voluntad,* “_si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad (1 Juan 5:14)._ Por eso debemos examinar y pensar bien nuestras peticiones, para que sean conforme a lo que Dios quiere, y lo que Las Escrituras digan.

3. La ayuda en la oración: El Espíritu Santo (Romanos 8:26-27)

¿Se acuerdan de nuestra frase a recordar o memorizar? *Le oramos al Padre por medio de Su Hijo y guiados por el Espíritu Santo.* Lo invito a que hoy ore, pensando en esto, dirigirse al Padre, en nombre de Cristo y con la ayuda del Espíritu Santo. Para tener oraciones más bíblicas honrando a Nuestro Dios Trino.
Y es que en la oración del que más nos olvidamos es del Santo Espíritu del Señor. El papel tan extraordinario que tiene el Espíritu del Señor en todos aquellos que hemos puesto fe en Él es olvidado o ignorado. Hermano, La Palabra de Dios es tan perfecta que nos ayuda a entender y recordar que somos débiles, pequeños, insignificantes, egocéntricos, etc. Pero Dios en Su Plan perfecto Él nos guía, como nunca vamos a poder ir por el camino correcto (porque nuestros corazones se desvían), Él envía a Su Espíritu a nuestras vidas para guiarnos y acompañarnos en este caminar.
Y es interesante como en este pasaje Pablo habla acerca de la debilidad del creyente que no sabe orar. No sabemos orar, no sabemos pedir, no sabemos cómo entender la voluntad de Dios, etc. Cuando estamos en esta situación, El Espíritu Santo toma nuestro lugar y va al Padre representándonos y pidiendo lo que nosotros necesitamos.
En conclusión, El Padre escudriña y sabe lo que hay en nuestro corazón, ese corazón regenerado que busca y anhela por gracia obedecer y glorificar a Dios. Cristo hizo todo lo necesario (vencer el pecado) para que nos acerquemos ante Dios en confianza. El Espíritu Santo intercede para que el Señor haga con nosotros lo que es conforme a Su Santa voluntad.
Por eso hermanos, no queda más que decir. ¡Qué privilegio tan grande! Que Dios nos conceda su gracia para crecer en la disciplina del deleite de la oración. Dios les bendiga familia Renacer.
_Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras. –Salmo 73:28
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