POR QUE DIOS PERMITES QUE SUFRAMOS?
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Esta es una de las preguntas que millones de personas se hacen en el mundo, dicen si Dios es un Dios de amor, de misericordia, de bondad ¿Por qué permite el sufrimiento? Pero no comprenden que Dios en su misericordia, en su gracia, en su bondad y en su amor para con nosotros permite que el sufrimiento en nuestra vida porque tiene propósitos buenos para nosotros.
Nuestro sufrimiento no es en vano, tiene propósitos de parte de Dios para nuestra vida, como lo dice le versículo que hemos leído para comenzar: Todas las cosas nos ayudaran para nuestro bien.
El sufrimiento en nuestra vida puede tener muchas causas: Enfermedades, escases, soledad, muerte, etc, pero cualquiera que sea la causa los propósitos de Dios son para bien.
Veamos entonces en la palabra de Dios cuales son esos propósitos que él tiene en el sufrimiento:
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
I) PRIMER PROPOSITO: EL SUFRIMIENTO PRUEBA NUESTRA FE.
En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,
• El oro es sometido a prueba para comprobar su pureza o para comprobar si es oro verdadero, hoy en día la pureza y la autenticidad del oro se prueban con químicos y otras pruebas físicas, pero en los tiempos Bíblicos el oro era probado con fuego.
Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
• De la misma forma el Señor permite los sufrimientos en nuestra vida para probar nuestra fe, para que nosotros mismos podamos hacer un auto análisis sobre en quien hemos confiados y si verdaderamente nuestra confianza esta puesta en Dios.
• El sufrimiento nos permite reconocer en nuestra vida si tenemos una fe genuina o una fe fingida.
trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.
II) SEGUNDO PROPOSITO: EL SUFRIMIENTO NOS ENSEÑA A SER PACIENTES.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;
Hay situaciones en nuestra vida que no tenemos forma de cambiarlas, que lo único que podemos hacer es esperar en Dios.• En los momentos de dolor, de aflicción y de angustia, a todos nos cuesta mucho esperar en Dios, queremos tomar el control y tratar de arreglar las cosas a nuestra manera, queremos todo a nuestro tiempo, pero el Señor nos enseña que no es en nuestro tiempo sino en el suyo.
• La paciencia nos ayuda a recibir la respuesta de Dios.
Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
III) TERCER PROPOSITO: EL SUFRIMIENTO NOS PERMITE EXPERIMENTAR LA FUERZA DE DIOS EN NOSOTROS.
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
• La fortaleza y el poder de Dios está disponible para nosotros todos los días, pero es en los momentos de sufrimientos, de angustia, de dolor en los cuales podemos verdaderamente experimentar su poder y su fortaleza en nuestra vida.
• Muchas veces el Señor tiene que hacernos reconocer que somos débiles, que no tenemos la capacidad de enfrentarnos a las dificultades en nuestra propia fuerza, para que acudamos a él por auxilio.
• Nosotros somos vasos de barro pero tenemos el tesoro de la presencia de Dios en nuestra vida, muchas veces Dios tiene que permitir que seamos quebrantados, como se quiebra un vaso de barro, para que su poder fluya en nosotros y se manifieste su gloria en nuestra vida.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,
IV) CUARTO PROPOSITO: EL SUFRIMIENTO NOS PERMITE EXPERIMENTAR EL CONSUELO DE DIOS.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.
• Los brazos amorosos de nuestro Padre Celestial siempre están abiertos para nosotros, para consolarnos y para animarnos, pero hay momentos en nuestra vida que solo queremos experimentar de Dios sus bendiciones materiales, su prosperidad.
• Nos alegramos con las cosas que él nos da y muchas veces nos alejamos de él, nos volvemos indiferentes hacia él, y el permite que pasemos estos momentos de dolor, de enfermedad, de escases, estos momentos en los que nos está tocando llorar, para que vengamos a él, para que podamos experimentar su amor y su consuelo.
• Solo experimentando el sufrimiento y el consuelo que nos da el Señor podemos estar capacitados para consolar a otros en sus momentos de dolor