La Santidad: Nº5 - Seguridad

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Una serie de estudios sobre la "Santidad" entendiendo cuáles e su naturaleza, obstáculos, dificultades y raíces, tomando en cuenta el libro de J.C. Ryle "La Santidad".

Notes
Transcript

Introducción

300 citas para predicadores Tu Único Consuelo En La Vida Y En La Muerte

P: ¿Cuál es tu único consuelo en la vida y en la muerte?

R: Que yo, en cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no soy mi propio dueño, sino que pertenezco a mi fiel Salvador Jesucristo, quien, con su sangre preciosa satisfizo plenamente la deuda de todos mis pecados y me libró de todo el poder del diablo, y de tal manera me preserva, que sin la voluntad de mi Padre celestial, ni siquiera un cabello puede caer de mi cabeza; y de hecho, que todas las cosas han de estar al servicio de mi salvación, y por lo tanto, por medio de su Espíritu Santo, él también me da la seguridad de la vida eterna y me hace desear y estar sinceramente dispuesto de ahora en adelante a vivir para él.

EL CATECISMO DE HEIDELBERG

Cita bíblica: 2 Timoteo 4:6-8 “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

I. Seguridad de muerte (6)

¿Tiene algo que ver la santidad con la seguridad? Creo que tiene algo que ver, pues todo aquel que vive en santidad encuentra seguridad en su vida. Dicha seguridad puede traducirse también como esperanza. Y es que como creyentes hemos sido llamado a tener esperanza (Sal 4:8).
Listo para morir
Nos encontramos frente a un Pablo con una vida lista para morir. Con una seguridad de que la muerte le llegará. No le tiene miedo, pues sabe que no debe tener temor a los que matan el cuerpo (Lc. 12:4). Pues la muerte sólo será para él un cambio de domicilio. Sabiendo que su casa terrenal no es nada comparado con su edificio eterno (2 Co. 5:1).
¿Qué produce una seguridad tan firme en Pablo? Una de esas cosas que producen seguridad a Pablo es que su vida ha sido vivida en santidad. El que tiene miedo de morir tiene miedo de ser juzgado por el Señor. ¿Por qué he de tener miedo de morir si mi vida anda correctamente delante del Señor?
La vida de Pablo no iba a ser una muerte más, sino que su vida era entregada en favor de la obra del Señor (Fil 2:17). Su muerte sería una ofrenda de libación. La ofrenda de libación era una clase de ofrenda que expresaba comunión. Cómo obtener la comunión sino sólo por medio de la santidad.
Listo para partir
Al estar listo para morir, demuestra que está listo para que el barco comience a zarpar. ¡Éstas son palabras asombrosas que proceden de un hijo de Adán como nosotros! La muerte es algo solemne y nunca lo es más que cuando vemos que se acerca. La tumba es un lugar frío y repulsivo, y es inútil que pretendamos que no es aterrador. Sin embargo, aquí está un mortal que puede mirar con calma ese sitio estrecho “destinado a todos los vivientes” y decir, estando al borde de él: “Lo veo todo, y no tengo temor”.

II. Seguridad del ministerio (7)

Como un soldado
Ya hablamos sobre la vida cristiana como una batalla que es buena (Específica, seria e importante). Cuando Pablo toca este tema lo hace para presentar que, estando listo para ser sacrificado, su lucha fue victoriosa. Ha vencido, la palabra que Pablo utiliza es “agonizomai” que implica una lucha intensa y esforzada. Es el mismo término usado para Lucas 13:24, que expresa el esfuerzo por entrar por la puerta angosta. Ha ganado la batalla a la que muchos no resisten y así se vuelven y retroceden.
Como un atleta
La carrera dada a él fue corrida. Todos recibimos una carrera distinta. “Acabado” viene de la misma raíz del término “consumado es”, siendo su idea un cumplimiento completo. Una misión nos fue dada a cada uno en esta vida y Pablo dice que cumplió con su misión. Por lo tanto su carrera ha terminado al haber sido cumplida con éxito. En Hechos 20:24 encontramos la forma en la que él quería acabar y así fue, una culminación con gozo.
Como un mayordomo
Es decir que su vida fue un mantener su fe en un estado agradable al Señor. Me he mantenido fiel al glorioso evangelio que me fue encomendado. No lo he mezclado con tradiciones humanas, no he arruinado su sencillez agregando mis propias invenciones, ni he dejado que otros la adulteraran, aun viéndome obligado a enfrentarlos cara a cara.
“Como un soldado, un corredor y un mayordomo”, parece decir: “No me avergüenzo”. Es a través de una vida santa en el ministerio que Pablo tiene el derecho de decir que ha lucha como soldado, a corrido con un buen atleta y ha obrado con un buen mayordomo. La meta se logra por medio de una vida santa, no lejos de ella.

III. Seguridad del gran día (8)

La santidad hace que tengamos seguridad de lo que habrá de ocurrir aquel gran día. Nuestra seguridad es que estaremos con el Señor cuando partamos de este mundo.
El premio
Esta seguridad tiene que ver con un premio por acabar la carrera correctamente. El premio sería una corona de justicia. La corona que nos es dada por la justicia imputada de Cristo en nosotros. Una de las muchas coronas que hemos de recibir en aquel gran día.
El Dador
El Señor, el juez justo. Quién bajo lo vivido, entregará a cada uno lo que corresponda (2 Co. 5:10). Justo porque no dará a nadie más de lo que merezca.
La ocasión
El día final, el momento del juicio. El último día. Puesto que para recibir los galardones es necesario morir al cuerpo físico.
El requisito
El premio tiene la base de que la recibirán todos aquellos que aman su venida. A todos lo que los esperan con amor. No causa de temor. La segunda venida de Cristo es un señal de gozo para el cristiano verdadero.

Conclusión

Santo, Santo, Santo, el Señor quiere que vivamos en santidad. La santidad produce seguridad y la seguridad trae esperanza a la vida. Siéntase seguro de que va a morir, siéntase seguro de que su ministerio no es en vano cuando lo hace en santidad, siéntase seguro de aquel gran día llegará y que su santidad y el Espíritu es garantía de que recibirá la corona de justicia.
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