ENSEÑANZAS DE JESÚS SOBRE LA ORACIÓN. ESTUDIO 1.

Enseñanzas de Jesús sobre la oración.  •  Sermon  •  Submitted
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INTRODUCCIÓN:

Encontramos nuestra lectura Bíblica de hoy, en el evangelio de Lucas, quien escribió este evangelio, desde una perspectiva investigadora, tomando relatos de los testigos oculares del ministerio de nuestro Señor Jesucristo. Principalmente lo escribió para una audiencia gentil, y presenta a Jesucristo como el Salvador de los judíos y de los gentiles.
Al igual que encontramos en la introducción que encontramos en el libro de los Hechos, Lucas dirigió este evangelio específicamente a “Teófilo” (Lucas 1:3), que en griego significa “amigo de Dios” o “amado de Dios”
Quién al parecer, había recomendado y patrocinado esta investigación. También fue un gran amigo y colaborador de Pablo en su ministerio, médico de profesión, por lo que su escritura, es de alguien culto y academicamente preparado.
Los versículos que leímos, pertenecen a una clasificación de l bosquejo que pone a Jesús como maestro de multitudes., que va desde finales del capitulo 14, hasta finales del capítulo 18.
Específicamente en los versículos del 1- 8, está enseñando, acerca de la perseverancia en la oración, a través de la parábola conocida como Parábola del juez injusto.
Nos concentraremos por aprender aquellos detalles que Jesús enseñó acerca de la oración:

I. JESÚS ENSEÑA QUE LA ORACIÓN DEBE SER UNA NECESIDAD PARA SUS DISCÍPULOS.

Lucas 18:1 RVR60
1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
Jesús enseña a los discípulos a través de esta parábola que la oración debe ser una necesidad en ellos.
Todo ser humano, tienen en sus vidas necesidades básicas.
Algunas de ellas, son: Respirar, moverse, hambre, sed, la excreción o eliminación, el descanso o el reposo. entre otras.
La mayoría de estas necesidades, se encuentran en primer lugar de todo el resto de necesidades que el ser humano tiene, como se muestra en la pirámide de Moslow, como son las necesidades fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y autorealización.
Jesús entonces pone la oración con un énfasis, en una necesidad mayúscula que los cristianos debemos tener.
Jesús pone en ese mismo nivel de necesidades fisiológicas, la oración.
Estamos hablando que los cristianos, así como no podemos dejar de comer mucho tiempo, porque nos debilitamos, o dejar de tomar agua porque nos deshidratamos, o dejar de excretar porque nos enfermamos, si dejamos de orar entonces también nos debilitamos espiritualmente, y nos enfermamos espiritualmente.
Por eso Jesús dice, deben ver la oración como una necesidad y no deben desmayar en la oración.
Es decir que no dejemos de perseverar en la oración.
Pablo retoma esta enseñanza de Jesús, y dice a los Tesalonicenses:
1 Tesalonicenses 5:17 RVR60
17 Orad sin cesar.
Así también a los Colosenses.
Colosenses 4:2 RVR60
2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;
Ahora para que ellos y nosotros tuviéramos una mejor comprensión de la enseñanza, relata la parábola.

II. EL EJEMPLO DE LA PERSEVERANCIA.

Lucas 18:2–5 RVR60
2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
El escenario, es una ciudad ficticia, una viuda que pedía continuamente a un juez que le hiciera justicia.
Jesús describió una historia demasiado conocida para sus oyentes, quienes tenían mucha experiencia con viudas necesitadas (Lucas tenía un interés particular en viudas).
Y el juez, que no temía a Dios, ni respetaba a hombre, es una figura que se usaba en la literatura antigua para describir a las personas más perversas y rebeldes, que no tenían consideración alguna por lo que Dios ordenaba o por lo que las personas esperaban.
Hablamos de un hombre que no actuaba por reverencia o adoración, ni por compasión o simpatía.
Ante el tribunal de este juez en aquella ciudad acudió la viuda a la que alguien había engañado gravemente, y por consiguiente ella había quedado indigente. Debido a eso, la mujer venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
El malvado Juez, en un principio él no quiso ayudarla por algún tiempo, pero finalmente la persistencia desgastó la resistencia del juez. Exasperado por las continuas peticiones después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia
Este Juez Exasperado por las continuas peticiones después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
Mire que terrible, el hombre reafirmó su total desprecio para con Dios y con los hombres, pero decide hacerle justicia a esta viuda únicamente porque le era molesta.

III. JESÚS INTERPRETA LA PARÁBOLA.

“Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia”. (18:6–8a).
Miremos lo que Jesús enseña, al interpretar la historia.
Él señala que si el juez injusto hacía justicia, entonces había que imaginarse que Dios (el Juez justo) pronto les hará justicia.
Jesús hace ver a los discípulos y a los que le escuchaban a él que ellos al igual que la viuda, están indefensos en el mundo, pero a merced de la misericordia de Dios como juez de ellos.
Lo mismo es a nosotros a pesar de las circunstancias debemos clamar día y noche al Señor, y a diferencia del juez injusto, Dios es aquel “que juzga justamente”, no se tardará en responderle.
Por eso el Señor hace la pregunta, ¿Se tardará en responderle?
Eso no lleva al contexto de su venida, él, ha demorado su venida, dando tiempo que haya mas gente que venga él, así lo dice Pedro.
2 Pedro 3:9 RVR60
9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

CONCLUSIÓN:

La enseñanza de Jesús debe llevarnos a reflexionar,
¿Qué tanto estamos perseverando en la oración?, ¿es nuestra necesidad Orar siempre?
La enseñanza, nos lleva a ver la importancia de perseverar en oración.
Confiando que Dios siempre responderá a nuestras suplicas.
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