La envidia

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Proverbios 14:30

Un corazón apacible es vida para el cuerpo,

mas las pasiones son podredumbre de los huesos

El corazón apacible es vida de la carne;

Mas la envidia es carcoma de los huesos.

"Nadie ha retratado mejor la envidia que Dante. En su Purgatorio... los envidiosos se sientan como mendigos ciegos junto a un muro. Sus párpados están cosidos. el simbolismo es apto, mostrando al lector que es uno de los pecados más ciegos - en parte porque es irrazonable, en parte porque la persona envidiosa es arrastrada por sí misma e hinchada con pensamientos venenosos en un mundo oscuro y constrictivo de angustia autoimpuesta casi insoportable. (Libro definitivo de ilustraciones y citas de Swidoll)
La paz que sólo Dios puede dar, impera en el corazón del creyente. La paz que tenemos por los pecados perdonados y por la confianza en el amor de Dios trae, vida y energía. Su contraparte, la envidia, es capaz de devorarnos como un cáncer.
Idea central: Un corazón controlado por Dios trae vida pero la envidia trae destrucción
¿Qué es exactamente la envidia?
del vocablo hebreo para “ponerse del color rojo”
La envidia es el ojo maligno que mira el éxito y la felicidad de otro y se resiente de que sea tan bendecido. La envidia simplemente resiente que el otro lo tenga.
“¿Cómo es distinto de su gemelo, el celos? La envidia (el más sofisticado de los dos) es una conciencia dolorosa y resentida de una ventaja disfrutada por otro acompañado de un fuerte deseo de poseer la misma ventaja. La envidia quiere tener lo que otro posee. El celos quiere poseer lo que ya tiene. El celoso es grosero y cruel. El envidioso es astuto y sutil.”
Idea central: Un corazón controlado por Dios trae vida pero la envidia trae destrucción
1. La envidia nos daña a nosotros mismos y a otros.
2. Dios juzgará la envidia.
3. Acudamos a Cristo para vencer la envidia.
Tenemos varios ejemplos en las Escrituras que muestra la conexión que hay entre lo que pasa en nuestro corazón y como eso afecta a nuestros cuerpos físicos. Lo que la ciencia después llamaría enfermedades psicosomáticas, la Biblia ya había descrito mucho antes.

El corazón apacible es vida de la carne;

Mas la envidia es carcoma de los huesos.

Hay pecados internos (que hasta pueden permanecer muy ocultos a la vista de otros) que son como un cáncer.
La palabra carcoma. Preocupación grave y continua que mortifica y consume a quien la tiene. (también es el insecto que se como la madera)
podredumbre. Está podrido adentro.
Quizás, vos pensás que no luchas con la envidia. Pero la envidia tiene muchas manifestaciones.
Cuando entro a facebook o a instagram y miro la vida de otro. Miro su supuesta felicidad públicamente en internet. Quizás es sus logros académicos que envidio. O para otros quizás sea su belleza física que yo quisiera tener. La familia que tiene. El esposo o la esposa que tiene. El hecho que tiene muchos likes o muchos views. Su posición o sus logros ministeriales.
Los medios sociales pueden alimentar todo tipo de pasiones pecaminosas en nosotros mismos porque de la abundancia del corazón habla la boca y podríamos decir uno publica en facebook o en instagram lo que está en el corazón.
La envidia puede aparecer en el trabajo. Alguien progresa más que yo.
Puede aparecer en el hogar.
Mi papá o mi mamá tiene un trato hacia uno de mis hermanos que yo quisiera que tenga hacia mí.
Puede aparecer en la iglesia.
La diferencia con la avaricia.
La envidia es el ojo maligno que mira el éxito y la felicidad de otro y se resiente de que sea tan bendecido. Es diferente de la codicia, que desea tener lo que otro tiene. La envidia simplemente resiente que el otro lo tenga.
Salmo 73:1-14 (ejemplo de la destrucción que estaba trayendo a la vida de Asaf)
En el NT hay un ejemplo maravilloso de la tendencia que nosotros tenemos hacia la comparación y la preocupación no sana sobre la vida de otro.

20 Pedro, volviéndose, vio* que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y había dicho: Señor, ¿quién es el que te va a entregar?

21 Entonces Pedro, al verlo, dijo* a Jesús: Señor, ¿y este, qué?

22 Jesús le dijo*: Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme

La envidia nos daña a nosotros mismos y a otros.
Mis hermanos,
la envidia nos daña a nosotros mismos porque nos va consumiendo por dentro. Pero también daña nuestra relación con otros. No somos libres de desear el mayor bien a otros por nuestra envidia. No podemos hacer como Filipenses nos manda a considerar al otro más importante que a nosotros mismos porque estamos envidiosos. No podemos recogijarnos genuinamente en el éxito de otros. No podemos amar verdaderamente a otros porque amar implica buscar el mayor bien del otro porque estamos consumidos con nuestra envidia.
Hay una vieja leyenda sobre un hombre codicioso y otro envidioso que iban caminando cuando fueron alcanzados por un extraño que les dijo que les haría un regalo a cada uno. El que primero pidiera un deseo obtendría lo que quería, y el otro obtendría una doble porción de lo que el primero había pedido.
El codicioso sabía lo que quería, pero tenía miedo de pedir su deseo porque quería la doble porción para él y no quería que el otro la obtuviera. Y el envidioso sentía lo mismo, y tampoco estaba dispuesto a desear primero.
Después de un rato, el más fuerte de los dos agarró al otro por el cuello y le dijo que lo ahogaría hasta la muerte si no pedía su deseo. Y entonces el otro hombre dijo: "Muy bien. Pido mi deseo... Deseo quedarme ciego de un ojo".
Inmediatamente perdió la vista de un ojo, y su compañero quedó ciego de ambos. Ten cuidado con la codicia y la envidia.
La envidia nos daña a nosotros mismos y a otros.
Lo segundo que podemos aprender cuando miramos este pasaje a la luz de toda la Escritura es que ...
2. Dios juzgará la envidia

Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad,

20 idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismosd,

21 envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios

Es una de las obras de la carne.
Quien la practica no heredará el reino de Dios.
“Pero el envidioso tiene ya una serpiente en su corazón estando aún con vida, y esta le atormenta constantemente. Su envidia no solo le desfigura, sino que le hace languidecer por la enfermedad que consume sus huesos; y es más enemigo suyo que de cualquier otro hombre. Tiene un infierno en su interior y va camino a otro, del Infierno "[…….] que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles" (Mt. 25:41), donde tiene reservado un lugar junto a los adúlteros y los asesinos (cf. Gá. 5:19-21).
La envidia del diablo fue la causa de nuestra desgracia; la envidia de los fariseos llevó a nuestro Señor a la Cruz; la nuestra es podredumbre para nuestros huesos y condenación para nuestras almas. ¡Que el Dios de amor nos libere de esta funesta
pasión!”
3. Acudamos a Cristo para vencer la envidia
La Biblia de las Américas (Capítulo 23)
No envidie tu corazón a los pecadores,antes vive siempre en el temor del SEÑOR;18 porque ciertamente hay un futuroa,y tu esperanza no será cortada.
Confianza en el Señor
Contentamiento en ÉL
Salmo 73:15-28
La envidia nos ciega al propósito que Dios nos ha dado y a la gracia que nos ha reservado. A algunos les ha dado mucho en forma de dolor y sufrimiento. A otros les ha dado poco. A algunos los ha bendecido con riquezas, a otros no.
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