LA REACCIÓN DEL MUNDO ANTE JESÚS Y LOS VERDADEROS PÁMPANOS

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INTRODUCCIÓN

La semana aprendimos por qué razón debíamos amarnos unos a otros:
Juan 15.17 “Esto os mando: Que os améis unos a otros.”
Ya entendimos, si usted vino el domingo pasado, porque parece no calzar este versículo entre la VID VERDADERA y EL MUNDO ABORRECE A LOS CRISTIANOS. Por eso vamos versículo a versículo, porque todo tiene un propósito. A continuación, iniciando desde el versículo 18, Jesús revela tres razones por las cuales el mundo odia a los creyentes:
1.EL MUNDO NO ACEPTA A LOS NO MUNDANOS.
2. EL MUNDO ODIA A JESUCRISTO Y TODOS LOS SALVOS
3. EL MUNDO NO CONOCE A DIOS Y POR ESO ODIA A LOS CRISTIANOS
TEXTO EXPOSITIVO PRINCIPAL: Juan 15: Del 18 al 25
!OREMOS!

DESARROLLO

Después de haber expuesto algunos principios fundamentales del discipulado tanto en la vid como el mandamiento del amor, Juan detalla en esta sección la perspectiva de Jesús sobre la próxima reacción del mundo ante los discípulos, todos aquellos que viven piadosamente para el Señor:
2 Timoteo 3.12Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;”
El tema del odio del mundo impregna toda esta sección.
EL MUNDO NO ACEPTA A LOS NO MUNDANOS.
Juan 15.18-19 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.”
Primero, definamos: ¿Qué es mundo?
Kosmos (“mundo”) Tiene varias definiciones, como: esfera, tierra, pero no es lo que se está refieriendo el apostol Juan.
Juan siempre ve y dice las cosas en blanco y negro, sin medias tintas. Para él hay dos grandes entidades: la Iglesia y el mundo. Y no hay contacto ni entendimiento entre las dos. Hay que definirse, porque no se puede pertenecer más que a una, y no hay término medio.
Al decir “mundo”, Juan quiso decir “toda sociedad sin Dios”., “sistema caído y maligno”, compuesto por personas no regeneradas y CONTROLADAS POR SATANÁS:
1 Juan 5.19 “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.”
Satanás es el príncipe de este mundo:
Juan 14:30 “No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.”
Los incrédulos son los hijos de este mundo:
Lucas 16:8 “Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.”
Siendo hijos de Dios, estamos en este mundo físicamente, pero no somos del mundo de manera espiritual.
Somos enviados al mundo para ganar a otros para Cristo:
Juan 17:18 “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.”
Satanás odia al pueblo verdadero de Dios porque odia a Dios. Ellos son el blanco de su ira cuando:
“como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” 1 Pedro 5:8
Efesios 6.11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”
No es de sorprender que el mundo odie a los cristianos, pues el gobernante, Satanás nos aborrece:
Juan 15.18 “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.”
¿Por qué nos odia el mundo sino no le hemos hecho nada malo?
El mundo le guarda rencor a los creyentes porque sus vidas piadosas condenan sus malas obras;
Proverbios 29:27 “abominación es al impío el de caminos rectos”
En 1 Juan 3:12, Juan ilustró ese principio con la historia del primer asesinato de la historia humana:
“Caín, que era del maligno… mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas”. 1 Juan 3:12
Por otra parte el mundo aplaude a quienes practican el mal(dándoles muchos LIKES-MUCHOS ME GUSTA-COMPRANDO SU MÚSICA-VISTIENDO Y HABLANDO COMO ELLOS):
Romanos 1:32 “quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”
Aunque los creyentes viven en el mundo, están separados de sus prácticas:
1 Corintios 5.9-10 “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.”
Pablo dejó esta responsabilidad a los filipenses:
Filipenses 2.15 “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;”
También amonestó así a los efesios:
“No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” Efesios 5:11
Las personas del mundo, odian a los cristianos, pero se entre ellos si se apoyan, aman. (Marchas del orgullo gay-si al aborto). Jesús dijo:
Juan 15.19Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.”
¿Por qué los cristianos no son parte del mundo?
Juan 15.19 “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.”
Jesús nos dio vista cuando eramos ciegos, siguiendo órdenes de Satanás:
Hechos 26.18 “para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.”
Note del versículo 19 la palabra ego en griego: “Yo”
Juan 15.19 “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.”
El uso enfático del pronombre YO, con ELEGÍ, muestra que Jesús mismo los eligió por su propia cuenta. Todo mérito por la salvación de los discípulos le pertenece a Él:
Juan 15.16 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca”
La doctrina de la elección silencia el orgullo humano. Pablo recordó a los efesios: Dios
“nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado” Efesios 1:4,6
2. EL MUNDO ODIA A JESUCRISTO Y TODOS LOS SALVOS
Juan 15.18-20 “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.”
No debemos sorprendernos de ser perseguidos, de las burlas, pues el mundo odió a Jesús antes que a nosotros. Obsérvese la clase de actitud que el mundo adoptará hacia ellos. No se contentarán con el desprecio o la burla, sino que les tendrán verdadero odio. El mundo maldice a los que Dios bendice. Los favoritos y herederos del reino de los cielos nunca han sido los predilectos del mundo.
“Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán”. Esta es la bendición que comparten todos los que viven piadosamente en Cristo Jesús:
2 Timoteo 3:12 “padecerán persecución”
Por eso dijo que les enviaba como a ovejas en medio de lobos:
Mateo 10.16 “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes”
La frase:
Juan 15.20 “Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.”
Cristo quería decir aquí que los discípulos debían esperar seguir su ejemplo de sufrimiento:
1 Pedro 2.21 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;”
Jesús les decía a sus apóstoles, que no tenían el derecho a esperar mejor tratamiento del mundo que el recibido por Él.
Los creyentes se identifican con Jesucristo siendo semejantes en “la participación de sus padecimientos” Filipenses 3:10
Juan 15.20 “Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.”
Como ya sucedió con Jesús, la mayoría del mundo, rechazaría la enseñanza de los discípulos y los perseguiría. Pero siempre habría una minoría que aceptaría el mensaje de los discípulos.
Mateo 7.14 “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
La alegría de ver a esos pocos acercándose a la fe en Cristo sobrepasa por mucho el dolor producido por el odio y la hostilidad de los muchos que rechazan el evangelio.
3. EL MUNDO NO CONOCE A DIOS Y POR ESO ODIA A LOS CRISTIANOS
Juan 15.21 “Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.”
La persecusión , al final es por causa de su nombre:
Mateo 5.11 “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.”
En la predicación del Monte de los Olivos advirtió:
Mateo 24.9Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.”
Que podemos decir del caso de Pablo. Jesús le declaró a Ananías:
Hechos 9.16 “porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.”
Pedro redactó en su carta:
1 Pedro 4.14 “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.”
El sufrimiento por el nombre de Jesús es un asunto repetitivo en el Nuevo Testamento.
Es decir, Juan declara que el mundo rechaza a Jesús y sus seguidores porque:
Juan 15.21 “Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.”
Pablo lo explica muy bien:
Romanos 8.8 “y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.”
Los incrédulos están:
“muertos en (sus) delitos y pecados”Efesios 2:1
Los mundanos tienen:
“el entendimiento entenebrecido, (son) ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” Efesios 4:18
Todas las personas son pecadoras por naturaleza, nacieron en estado de rebelión contra Dios.
Los mundanos, los impíos, saben que existe Dios y una verdad expuesta en la Biblia. Si alguien tiene cancer, pero ignora el tratamiento, eso no va a hacer que desaparezca el cáncer. Alguien puede creer que al no ir a la iglesia, al no leer la Biblia, es inocente diciendo que todas las iglesias son hipocritas, que los pastores son ladrones, que la Biblia tiene errores, que hay muchas tipos de iglesias, etc, etc...Ellos
“detienen con injusticia la verdad” Romanos 1:18
V. 21 “habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”
Por lo tanto, en juicio, Dios:
V.24 “los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones”
V.26 “a pasiones vergonzosas”
y “a una mente reprobada” (v. 28).
Todos son responsables por su pecado:
V. 19-20 “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”
Pero quienes oyeron a Jesús tienen una responsabilidad aun mayor por rechazar la verdad. Jesús dijo:
Juan 15.22 “Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.”
Aquí el Señor no hablaba del pecado en general, sino del pecado específico de rechazarlo voluntariamente frente a la revelación completa. Este es el pecado más serio de todos porque es el único imperdonable:
Mateo 12.31-32 “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.”
Aunque ese pecado específico no se puede volver a cometer, pues Jesús ya no está presente físicamente en la tierra cuando hizo de primera mano milagros y dio extraordinarias enseñanzas, el principio sigue siendo el mismo. El rechazo total frente a la revelación total es imperdonable, no hay nada más que Dios pueda mostrarle a tales personas.
Juan 15.24 “Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.”
La verdad es que quienes rechazan a Cristo no conocen a Dios. La verdad, si los hombres hubieran entendido quién era Jesús:
“nunca habrían crucificado al Señor de gloria” 1 Co. 2:8
Si los impíos entendieran Quién es Jesús realmente, no los perseguirían.
Finalmente, Aunque el odio del mundo a Jesús sea reprensible e inexcusable, no estaba fuera del plan de Dios. Jesús declaró:
Juan 15.25 “Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.”
El mundo odió a Jesús porque expuso su pecado y los confrontó con la realidad de quién era Él. Pero a la luz de las palabras del Señor, no había y no hay causa para odiarlo.
Pero para quienes por el poder de la cruz se han librado del pecado y quienes encuentran después oposición por su compromiso con el Salvador, hay gozo supremo en la promesa del Señor:
Mateo 5.10-12 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”

CONCLUSIÓN

Jesús dijo que nos regocijáramos cuando somos perseguidos. La persecución puede ser provechosa porque:
(1) aparta nuestros ojos de las recompensas terrenas.
(2) aleja a los creyentes superficiales.
(3) fortalece la fe de los que permanecen.
(4) sirve como ejemplo a los que vendrán después de nosotros.
Podemos ser confortados al saber que los grandes profetas de Dios sufrieron persecución (Elías, Jeremías, Daniel). La persecución demuestra nuestra fidelidad. Por ser fieles, en el futuro Dios nos premiará dejándonos entrar en su reino eterno, donde no hay más persecución
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