Conociendo la Voluntad de Dios 4

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Dios te da un anhelo, carga para vivir

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En semanas pasadas estuvimos hablando sobre la voluntad de Dios y cómo saberla para nuestras vidas. Hoy quiero terminar este tema, compartiendo una parte de un libro del AT que no muchos leen. Lean estos libros especialmente los que tienen nombre propio, te imaginas llegar al cielo y conocer a Nehemías y decirle: ¡ah, claro, el del Arca! Si no lo quieres leer para beneficio de tu vida diaria, cuando menos lee para no hacer el ridículo al conocerlo.
Dios desea que sepas lo que debes hacer, no sólo a nivel macro, decisiones de gran importancia, sino también en lo micro, las decisiones diarias. Muchas veces lo que nos mete en problemas son los problemas diarios.
Aprendimos sobre la Voluntad providencial de Dios, Voluntad Moral y Su voluntad Personal. Dios nos habla a través de otras personas, pero especialmente por medio de SU Palabra. Así que lo mejor que podemos hacer es familiarizarnos con ella para que Sus Pensamientos y Caminos sean los nuestros. En SU Palabra están los principios que nos ayudan en la vida diaria y en algún momento de la vida, las decisiones que tomemos se cruzarán con Sus Principios.
Dios también nos muestra Su voluntad por medio de la Autoridad, esto lo compartió el pastor Elías la semana pasada. La autoridad en tu casa, la escuela, trabajo, iglesia.
Nos habla por medio de los dones y por la sabiduría, conocimientos que nos dio. El tema de hoy será diferente quizá un poco difícil de explicar y por lo mismo a veces se entiende mal. Me refiero a saber la voluntad de Dios por medio de la visión.
La visión es como tener una foto panorámica de tu vida en el futuro. Donde todas las áreas de tu vida se puedan ver claramente. Si tienes delante de ti la imagen de lo que quieres llegar a ser, será más fácil no cometer errores, porque ya sabes qué es lo que quieres. La visión es básicamente tu destino, dónde quieres terminar tu vida. Dios tiene el panorama completo de lo que pasará en tu vida familiar, como varón, mujer, esposa, padre, negociante, marido, hijo, esposo, jefe, etc.
La visión es una imagen mental de lo que puedes ser motivado por la convicción de que es algo que debe y puede suceder en tu vida.
Quizá una forma de empezar es preguntarle a Dios ¿cuál es la foto panorámica para mí en el trabajo, la familia, finanzas, área sentimental, legado? Al preguntarlo empezarás a tener una imagen de lo que crees que puede y debe ser tu vida.
Cuando la visión es clara, las opciones se reducen y las decisiones se vuelven más claras de tomar. No necesariamente más fácil, pero sí más claras.
Es algo así como un rompecabeza gigante. Si tengo esta pieza, más esta otra, será más fácil terminar el rompecabezas, porque ya se cuál es la imagen que debo armar. Pero cuando no se cuál es la imagen que estoy armando, no puedo avanzar mucho.
Muchas veces en la vida ¡no sabemos dónde queremos terminar! No tenemos una visión clara de las áreas importantes y nos aventamos a la vida sin saber lo que queremos, no tenemos toda la perspectiva ni el contexto.
Mientras que la voluntad providencial y la voluntad moral de Dios nos dan dirección para nuestra vida, el consejo de otras personas y la Palabra d Dios nos ayudan, pero cuando tienes la visión de lo que quieres, esto define de manera más clara las decisiones que tenemos que tomar. Más clara la visión, más reducidas las opciones.
Por ejemplo. Si no tienes pareja y no quieres estar así toda la vida, ya no quieres sólo “salir” con alguien, o sólo citas. La pregunta es ¿cómo te ves en 5 años? ¿cómo se ve el matrimonio que quieres? No solo digas ¡quiero casarme! Porque si eso es todo lo que quieres, puede que un día se te cumpla. Pero eso, en sí no es una visión, ¿cómo es el matrimonio que deseas? Debes aclarar la visión de tu matrimonio.
Cuando empiezas a definir y describir lo que el matrimonio debe y puede ser, en ese momento se eliminan algunas personas. Porque ya no va a entrar en ese plan cualquier pelafustán, por eso ¿cuál es tu visión del matrimonio? O de tu matrimonio actual en 5 años.
Cuando haces esa pregunta y veas las opciones será más claro ver quién no debe estar ahí. Al responder ¿cómo quieres que sea tu matrimonio? La respuesta no se trata de ellos o ellas, sino de lo que tu esperas del matrimonio. Mientras más definido tengas esa respuesta, será más claro la toma de decisiones.
Será más claro ver y decir: ¡wow, esta persona no encaja en lo que he visionado para mi matrimonio! No es la opción. Me gusta, está buenísimo, pero no es lo que he visionado.
Hombres y mujeres que tienen de novio o novia alguien que es despilfarrador con el dinero, no tardarás en darte cuenta de que las cosas van a empeorar. La pregunta es ¿cómo debemos administrar el dinero? ¿cómo debemos prepararnos para el futuro? Mientras más claro tengas qué deseas de tus finanzas, será más claro, tomar decisiones porque ya sabes lo que deseas.
Lo mismo con los hijos, negocios, en cada área de la vida. Mientras más clara la visión, menos opciones tienes, cambias tus hábitos ¿por qué? Porque ya tienes una foto del matrimonio, los hijos, del negocio, etc.
Cuando le pedimos a Dios que nos ayude a ver cómo Él ve, a tener un punto de vista bíblico del matrimonio, hijos, trabajo, finanzas y le dices ¡quiero caminar y ver cómo tú! Así es más claro poder discernir y determinar la voluntad de Dios para tu vida.
Todos tenemos una idea general de lo que queremos de la vida. Si crees que no es así, responde a la pregunta ¿qué quieres de tu matrimonio/negocio de aquí a 5 años? ¿qué quieres de tu vida profesional de aquí a 3 años? ¿de los hijos? Todos tenemos una idea general, no es que digamos ¡no tengo idea! Mientras sea una idea general ¡no es de mucha ayuda para tomar decisiones! Porque cuando la visión es clara, te ayuda a tomar decisiones, porque reduce las opciones.
Decir: ¡Quiero tener dinero! No es una visión, porque no define nada, puedes ser ladrón, negocios ilegales, para tener dinero, pero no quieres las posibles consecuencias.
Es mejor definir de manera específica y orar a Dios diciendo ¡quiero ver tu perspectiva de mi futuro en esta área! Así podrás saber la voluntad de Dios para tu vida y será más clara la toma de decisiones.
Muchas veces tenemos más claro lo que queremos en el área profesional. A la pregunta ¿dónde quieres estar profesionalmente dentro de 5 años? Puede que hasta tengas tu mapa mental, tu ruta crítica, las metas que debes cumplir, los pasos a dar en la empresa, etc.
Pero no eres igual de claro en el ámbito personal o familiar, ahí dices: Quiero tener hijos, si me salen buenos, ya al hice, si me salen malos, ya ni modo. Si me caso y me sale un buen hombre o una buena mujer ya es ganancia.
En el trabajo hay expectativas claras, y en lo personal vives el día a día, por eso en el trabajo te va bien, pero al llegar a casa están los problemas con la pareja, hijos, finanzas, etc.
Como cristianos cuando dejamos que Dios se involucre y participe, se vuelve más fácil discernir Su voluntad. No tienes que ser un estudioso de la Biblia o no importa que estés empezando a conocer de Dios. Cuando empiezas a tomar la información correcta para la foto, verás que fácil es filtrar las opciones y discernir lo que Dios quiere para ti.
Cuando la visión es clara, las opciones se reducen y se facilita el proceso de la toma de decisiones. En Nehemías vamos a leer algo que quizá de forma empírica muchas personas hacen. Contar lo de los hijos que queríamos y la casa.
Nehemías era el enólogo, el copero personal del rey de una nación que había destruido a Israel. Dios juzgó a Israel y los envió en cautividad por todo el mundo, pero les prometió que regresarían después de 70 años. Al regresar empiezan a reorganizarse como país, a reconstruir la ciudad de Jerusalén y el templo.
Muchos regresaron, pero Nehemías quedó de esclavo en el palacio del rey. Estaba como a 1300 km de Israel, le llega la noticia que los muros están caídos y empieza a sentir un pesar, una carga, algo así como una preocupación de que “esa situación debe cambiar”. Muchas veces la visión empieza así, al sentir que algo tiene y puede cambiar.
Nehemías empieza a desarrollar una visión para construir los muros de Jerusalén. El problema es que está muy lejos y su jefe no tiene mucho interés en reconstruir Israel, para empezar, sus padres fueron quienes lo destruyeron.
El caso es que Nehemías finalmente llega a Jerusalén para reconstruir los muros, esto sucede más o menos en el año 400 a 440 a. C. Al llegar reúne gente, pero hay todo tipo de problemas, desde el desánimo, hasta amenazas de los pueblos vecinos. Por 2 meses trabajan en el muro.
El problema es que hay otros líderes en la zona que se sienten amenazados porque los muros se están reconstruyendo, lo que menos quieren es que Jerusalén se convierta en una fuerza militar, otra más, contra la que tengan que pelear. Tienen miedo e intentan sabotear la construcción, quieren desanimar y hasta matar a Nehemías.
Finalmente se dan cuenta que no lo pueden desanimar así que usan otra estrategia, es lo que leeremos en Nehemías capítulo 6
Sanbalat, Tobías, Gesem el árabe y los demás enemigos nuestros descubrieron que yo había terminado la reconstrucción de la muralla y que no quedaba ninguna brecha; a pesar de que todavía no habíamos levantado las puertas en sus respectivos lugares. Así que Sanbalat y Gesem enviaron un mensaje pidiéndome que me encontrara con ellos en una de las aldeas de la llanura de Ono. Pero me di cuenta de que ellos tramaban hacerme daño, de modo que les respondí con el siguiente mensaje: «Estoy ocupado en una gran tarea, así que no puedo ir...»” (Nehemías 6:1–3, NTV)
Lo que pasa es que se dan cuenta que no podrán hacerlo desistir de construir los muros y quieren distraerlo. Hemos sido enemigos, pero si vamos a ser vecinos, tenemos que hablar, vamos a sentarnos y nos ponemos en paz. La verdad es que lo querían secuestrar para matarlo.
…¿Por qué habría de dejar el trabajo para ir a encontrarme con ustedes?». Cuatro veces me enviaron el mismo mensaje, y cada vez les respondí lo mismo.” (Nehemías 6:3–4, NTV)
Nehemías está trabajando en una parte del muro, está sobre una escalera y cuando llega el mensajero a decirle: “Sanbalat quiere reunirse contigo” Él contesta desde arriba: “estoy ocupado en una gran tarea, una gran obra, no puedo ir”. Una vez más llega el mensajero y le dice lo mismo y la respuesta es la misma, así por 4 veces.
El punto es que Nehemías tenía bien claro, de parte de Dios, que su tarea era construir los muros de Jerusalén. Como tenía eso claro, para él era fácil tomar decisiones: “si contribuye a terminar los muros -hablemos, eso contribuye-. Pero si va a retrasar la construcción -eso puede esperar- o eso no me interesa”.
Repitamos: “Estoy ocupado en una gran tarea, y no puedo distraerme”. No es cualquier tarea, es una gran tarea, es mi visión, mi misión no puedo bajar para distraerme, no en este momento.
Eso requiere sacrificio, porque no puedo hacer otras cosas, no necesariamente pecados, no puedo hacer lo que otras personas hacen. Pero tengo que tomar una decisión: “Estoy ocupado en una gran terea y no puedo distraerme”.
En cada área de tu vida donde dejas que Dios te de una foto de lo que puede y debe ser, entonces tomar decisiones se vuelve más claro. Porque sabes a dónde vas, entonces todo lo que contribuya, es un ¡sí!, y todo lo que atrase, es un ¡no ¡
Si batallas con tus prioridades entre el trabajo y la familia, puedes hacer algo que va a impactar tu vida. Observa dormir a tus hijos mientras duermen y ora diciendo: Padre Celestial, estoy ocupado en una gran tarea de padre, madre y no puedo desistir, no puedo distraerme”.
Quizá estás en un lugar de influencia y puedes compartir tu fe, recuerda que Dios te ha puesto en una posición única en esa oficina, pero es para bendecir a los demás. Cuando estés tentado a seguir sólo por seguir, entonces di: “Padre, estoy ocupado en una gran tarea y no puedo desistir”.
Hay situaciones que me prometen más, pero esa no es la razón por la que estoy aquí, es porque estoy haciendo una gran tarea, una gran obra y no puedo distraerme, no puedo desistir.
Si eres soltero, soltera, tienes un estándar de lo que quieres, es más llevas un recorte de alguien o una foto en tu cartera, de cómo quieres que sea tu futuro esposo o esposa, de repente te llega una llamada del EX y te das cuenta de que no se parece en nada al de la foto, en ese momento, saca la imagen mental que tienes y di: Padre, estoy ocupado en una gran tarea y no puedo distraerme.
Esa persona estaba bien mientras no sabías la voluntad de Dios para tu vida, pero ahora que lo sabes, te das cuenta de que esa persona ¡no ayuda! No contribuye a cumplir lo que sabes que es la voluntad de Dios para tu vida, es más bien un…estorbo.
Al ver lo que Dios hace en tu vida, aunque estés empezando a conocerlo. Al leer tu Biblia vas a crecer y a ver la foto que te dice que necesitas ser prudente, sabio y quizá implique renovar tus amistades. Tal vez te den ganas de regresar al pasado, pero debes decir: Padre, estoy ocupada, ocupado en una gran tarea y no puedo distraerme, no puedo bajar, no puedo regresar.
Tomar la decisión es clara, mientras la foto de lo que quieres sea también clara. Así las opciones se reducen y la toma de decisiones se vuelva obvia. Si contribuye ¡sí! Si atrasa ¡no!
Así es como Dios habla y nos muestra Su voluntad, no es una voz en la noche, es más bien decir: Dios, muéstrame lo que quieres para mi vida, así como tú la vez, ayúdame a evaluar todo lo que viene a mi vida, de acuerdo con tu voluntad.
Mientras más pienses en lo que Dios tiene para tu futuro y mientras le preguntes a Dios qué quiere para tu negocio, familia, amigos, noviazgo, finanzas, ministerio, y empieces a ver lo que Dios quiere, entonces tomar decisiones es más claro.
Después es cuestión de tiempo en que digas ¡tengo una buena oportunidad! Una buena idea, pero será porque has esperado y has permanecido en una gran tarea y no te has distraído.
Hay 3 cosas que puedes hacer
1. Padre, quiero que de aquí a 3 años mi matrimonio te agrade. Tú pon el tiempo. Así con este hombre que tu vez aquí que parece tan galante, con esta mujer…
2. Escribe lo que quieres, una frase que diga lo que quieres, quizá “esto es lo que deseo que pase en mi vida espiritual, matrimonio, hijos, profesional, finanzas. Con el tiempo harás ajustes, cambios, pero si de inicio no tienes nada, estás perdiendo el tiempo pensando, o la oportunidad de tener el contexto para tomar decisiones.
3. Haz lo que tengas que hacer para que se cumpla. Si ayuda ¡sí! Si distrae ¡no!
Al hacer esto podrás saber la voluntad de Dios, porque al ser la visión más clara, las opciones se hacen menos y tomar la decisión correcta es más fácil.
Termino con esto. Es quizá la parte de la Biblia que mejor describe lo dispuesto que Dios está de mostrarse, a quién lo busca. Que esta porción, sea nuestro anhelo.
Un día Moisés dijo al Señor: —Tú me has estado diciendo: “Lleva a este pueblo a la Tierra Prometida”. Pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. Me has dicho: “Yo te conozco por tu nombre y te miro con agrado”. Si es cierto que me miras con buenos ojos, permíteme conocer tus caminos, para que pueda comprenderte más a fondo y siga gozando de tu favor. Y recuerda que esta nación es tu propio pueblo. El Señor le respondió: —Yo mismo iré contigo, Moisés, y te daré descanso; todo te saldrá bien. Entonces Moisés dijo: —Si tú mismo no vienes con nosotros, no nos hagas salir de este lugar. ¿Cómo se sabrá que me miras con agrado —a mí y a tu pueblo— si no vienes con nosotros? Pues tu presencia con nosotros es la que nos separa —a tu pueblo y a mí— de todos los demás pueblos de la tierra. El Señor contestó a Moisés: —Ciertamente haré lo que me pides, porque te miro con agrado y te conozco por tu nombre. Moisés respondió: —Te suplico que me muestres tu gloriosa presencia. El Señor respondió: —Haré pasar delante de ti toda mi bondad y delante de ti proclamaré mi nombre, Yahveh. Pues tendré misericordia de quien yo quiera y mostraré compasión con quien yo quiera. Sin embargo, no podrás ver directamente mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida. El Señor siguió diciendo: —Párate cerca de mí, sobre esta roca. Cuando pase mi gloriosa presencia, te esconderé en la grieta de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Después retiraré la mano y dejaré que me veas por detrás; pero no se verá mi rostro.” (Éxodo 33:12–23, NTV)
Palabra de Dios
Oremos
Bendición pastoral.
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