Los deseos del hombre y los planes de Dios
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· 316 viewsEl amor de David por Dios le hace recapacitar sobre su bienestar comparado con el templo, lo cual lo lleva a proponerse a construir casa pero Dios le dice no.
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Los deseos del hombre y los planes de Dios
Los deseos del hombre y los planes de Dios
1 Crónicas 17:1–2 “1 Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas. 2 Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.
Introducción
Introducción
Después de la muerte de Saúl, David fue confirmado como rey de Israel, comenzó una administración honesta y bajo la dirección de Dios, por tal razón fue bendecido, en gran manera.
Después de que los filisteos devolvieron el arca del pacto, la dejaron en casa de Abinadab, pero después de 20 años David intentó llevarla nuevamente al tabernáculo, pero en esa ocasión murió Uza, por tanto la dejaron en casa de Obed-Edom por tres meses hasta que la trasladaron como Dios había mandado, llevada por los levitas.
Esta vez David había levantado una tienda nueva en la ciudad de David para colocar ahí el arca del pacto.
El deseo de David
El deseo de David
Siendo David un varón justo y temeroso de Dios sintió pena pues el vivía en una casa lujosa, y el arca del pacto estaba bajo una tienda.
Comparte con el profeta Natán su intención de construir casa a Jehová, por lo cual Natán le responde en sus propias palabras: 1 Crónicas 17:2 “Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.”
Debemos rescatar dos cosas:
El amor de David por la obra de Dios, pues sabía que toda su prosperidad provenía de Dios, y lo mínimo que podía hacer es invertir en la obra de Dios. Este es el reclamo que Dios le hace a los judíos retornados. Nehemías 13:11 “Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos.”
Nunca dejemos de consultar a Dios por muy obvia que nos parezca la respuesta.
Natán consideró una muy buena intención por parte de David, así que respondió conforme a su opinión sin consultar a Dios. No siempre nuestras buenas intenciones estarán de acuerdo a los planes de Dios.
Las buenas intenciones de David del profeta no estaban de acuerdo al plan soberano de Dios.
La respuesta de Dios
La respuesta de Dios
1 Crónicas 17:3-4 “En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: 4 Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite.”
Natán se equivocó al pensar que Dios respaldaría el proyecto de David, por tanto le revela que no es su voluntad que David construya casa.
Esta respuesta podría haber desanimado a David, pero él conocía a Dios y sabía que su voluntad es perfecta.
Dios le dice que nunca antes pidió que se le edifique casa a parte del tabernáculo de reunión. 1 Crónicas 17:6 “Por dondequiera que anduve con todo Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?”
Más adelante Salomón reconoce que no es posible que Dios habite en medio de los hombres: 2 Crónicas 6:18 “Mas ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que he edificado?”
David sentía cierta lástima por dios Dios por habitar en una tienda, sin recordar que los cielos son su trono y la tierra el estrado de sus pies.
No podemos caer en el error de considerar a Dios sujeto a los límites humanos, Él trasciende todo lo que existe.
Edifica primero tu vida y tu casa
Edifica primero tu vida y tu casa
Pero la respuesta de Dios no fue del todo negativa:
En primer lugar le revela que es necesario primero que su casa sea edificada: 1 Crónicas 17:10 “y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.”
En los planes de Dios era más urgente y necesario que la casa de David fuera edificada, es decir su descendencia, pues de ahí vendría el Mesías Salvador.
Edifica primero tu casa
Edifica primero tu casa
Para ser eficaces en la obra de Dios, primero debemos permitir que Dios edifique nuestra casa, pues si no podemos edificar nuestro hogar, ¿cómo podremos ministrar al Señor? 1 Timoteo 3:4-5 “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);”
El hombre prudente edifica su casa sobre la roca que es Cristo: Mateo 7:24 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.”
La mujer sabia edifica su casa: Proverbios 14:1 “La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba.”
Es muy importante edificar primero nuestra casa antes de corregir la vida de los demás. Mateo 7:5 “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”
Esto también significa que edifiquemos nuestra propia vida coma morada del Espíritu Santo: Efesios 2:20-22 “20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
Tu hijo me edificará casa
Tu hijo me edificará casa
Una vez esté confirmada tu casa, entonces tu hijo será quien cumpla el deseo de tu corazón.
1 Crónicas 17:11-12 “Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.”
El deseo de David sería cumplido, sin embargo era necesario primero someterse al propósito y los planes de Dios para que todo salga bien.
Conclusión
Conclusión
Cualquiera de nosotros se sentiría ofendido si Dios rechazara de esa manera nuestras buenas intenciones, pero David tenía un corazón humilde y temeroso de Dios.
David Adoró y agradeció al Señor: 1 Crónicas 17:16-17 “Y entró el rey David y estuvo delante de Jehová, y dijo: Jehová Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, para que me hayas traído hasta este lugar? 17 Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios.”
Cuan importante es someternos al propósito de Dios, y poner delante de Él todos nuestros anhelos, pues aunque Dios no responda positivamente a nuestros proyectos, Él nos respalda y tiene planes gloriosos para nosotros, nos conviene rendirnos a Él.
Isaías 55:8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”
No te ofendas ni te desanimes si Dios no avala tus buenas intenciones, mejor sométete a su obediencia y espera en su voluntad, pues es lo mejor para nosotros.