La unidad de la familia espiritual.

Unidad de la iglesia.  •  Sermon  •  Submitted
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La unidad de los miembros es crucial para la permanencia de la familia.

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Hace unos pocos años pude darme cuenta de una situación muy triste: Una familia que conozco, había perdido a su madre. Por un buen número de años, solo les quedó el padre. Lo triste sucedió cuando el padre murió. Cualquier rasgo de unidad que pudieron haber tenido desapareció en ese momento. Uno de los hijos dijo algo así, “Hoy que mi papá ya no está, se acabó la familia”.
Vino el distanciamiento entre los hijos; la comunicación entre algunos ellos no existe; y entre otros es mínima.
Que triste que su unidad estaba centrada o dependiente de la presencia del padre.
Nuestro Señor Jesús, antes de ser arrestado debido a la traición de Judas y de acuerdo al plan eterno de salvación, estuvo orando en el huerto de Getsemaní.
Al hablar de esa oración, normalmente nos enfocamos en su agonía y en Sus palabras, “Padre mío, si es posible que pase de mi esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tu quieres”. Pero su oración fue más allá que eso; el núcleo o énfasis de su oración estuvo enfocado en la unidad de la familia espiritual después de Su partida.
Dicha oración, conocida como la “Oración Intercesora”, la encontramos en Juan 17. En el v. 9, el Señor comienza a pedir por la familia espiritual, los que han creído en Él.
Leer Juan 17:9-26
Oración

La unidad es el deseo de Cristo.

Ningún estudioso de la Biblia puede negar que la unidad de los creyentes es el gran deseo que Cristo expresa en Su oración.
La repetición es una de las herramientas literarias que se usan para enfatizar una verdad central en las Escrituras. En este pasaje, hallamos una frase que indica lo principal que Jesús estaba pidiendo: “para que sean uno” (11, 21,22,23).
¿Cuál es la unidad que Él desea?

Una unidad espiritual.

El Señor no estaba hablando de una unidad organizacional o denominacional en la cual todas las iglesias que llevaran el nombre “Cristiana” estuvieran unidas. Eso sería “ecumenismo”. El ecumenismo sacrifica principios doctrinales en favor de la unidad.
Él estaba hablando de la unidad espiritual de los creyentes, aquellos que están unidos entre sí por un mismo espíritu, el Espíritu Santo. Una unidad como la del Hijo con el Padre, como lo expresa el Señor:
para que sean uno, así como nosotros” (11)
Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti” (21)
No es una inclinación política ni social lo que nos une, sino la fe en Cristo. Una unidad espiritual que va más allá de gustos y preferencias personales.

Unidad de los miembros de cada familia.

La familia de Dios está compuesta de muchas unidades familiares llamadas “iglesias”.
Hace algunas semanas, en el estudio del Miércoles, hablamos de cómo Dios, en Su perfecta voluntad, quizo que nacieras en un lugar determinado y dentro de una familia determinada. Aunque te hubiera gustado nacer en otro lugar y dentro de otra familia, Dios decidió donde ponerte.
De la misma manera, Dios, que no se equivoca, quizo ponerte en esta familia llamada IBF. ¡Él sabe por qué!
Sería muy triste para la familia que desearas haber nacido en otra, o que tuvieras la misma actitud de la persona que mencioné, diciendo “Hoy que mi papá ya no está, me largo de esta familia”.
¿Dónde está la unidad de los hermanos entonces?
Si tú estás en esta iglesia por mí, y no por Cristo, tú tienes un serio problema espiritual: sigues al hombre, y eso es idolatría.
Yo podré desaparecer de la escena..., pero el Señor (Padre, Hijo, y Espíritu Santo) siempre estará aquí, porque así lo ha prometido.
A algunos se les hace muy fácil dejar a su familia para ir a ser parte de otra familia.
No les gustó la familia donde Dios los puso. Pero hay una razón espiritual detrás de ese abandono, y el apóstol Juan dice cuál es:
1 John 2:19 NBLA
Ellos salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros.
¿Eres de esta familia? ¿Si o no? ¿Te irás cuando yo ya no esté?

La unidad es nuestra fortaleza contra el mundo.

John 17:14–15 NBLA
»Yo les he dado Tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. »No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.
El mundo, los que no conocen a Cristo, son manejados por el diablo, su padre. Su padre los azusa, sembrando odio contra los que son de Cristo.
El diablo sabe que si la iglesia está unida, no podrá contra ella; pero él es experto en dividir familias físicas y espirituales. Cada divorcio y cada división en las iglesias es una victoria para Satanás.
Cada miembro de esta familia debe formar parte de un frente unido contra los ataques del diablo que quiere destruir la iglesia, tu matrimonio, y tus hijos.
El pueblo unido, jamás será vencido”, dice el popular slogan.
Cuando la manada de bufalos permanece unida, el león no puede devorar a ninguno; pero cuando uno de ellos se aparta y es abandonado por la manada, es devorado.
¡La victoria está en la unidad!

La unidad puede despertar fe en el mundo.

John 17:20–21 (NBLA)
»Pero no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste.
El mundo puede resistirse a creer lo que les digas, pero no podrá negar lo que hagas. Si la iglesia está unida, el mundo no podrá negar que una obra espiritual ha sido hecha en los creyentes.
Los incrédulos eran impactados por la unidad de la iglesia en sus inicios, escuchaban el mensaje que había cambiado a esa multitud en un grupo unido, y se convertían.
Acts 2:43 NBLA
Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales se hacían por los apóstoles.
Acts 2:46–47 (NBLA)
Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
En estos versículos vemos una progresión: temor, testimonio de vida de parte de los creyentes, y la fe o conversión de los que veían el testimonio.

La unidad testifica al mundo.

John 17:22–23 (NBLA)
»La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno: Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que Tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a Mí.
La unidad de la iglesia, de los miembros de la familia espiritual, es un testimonio sin palabras, declarado delante de un mundo que no conoce a Cristo: “para que el mundo sepa que Tú me enviaste”.
Acts 4:32–33 NBLA
La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y había abundante gracia sobre todos ellos.
El evangelio es un testimonio con palabras; la unidad es un testimonio sin palabras. ¡El mundo debe oír el evangelio y ver el ejemplo de unidad de los creyentes!
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