LA RENDICION QUE TRAE SANIDAD Y LIMPIEZA

Nueva Traducción Viviente Capítulo 5

12 En una de las aldeas, Jesús conoció a un hombre que tenía una lepra muy avanzada. Cuando el hombre vio a Jesús, se inclinó rostro en tierra y le suplicó que lo sanara.

—¡Señor! —le dijo—, ¡si tú quieres puedes sanarme y dejarme limpio!

13 Jesús extendió la mano y lo tocó:

—Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano!

Al instante, la lepra desapareció.

La bondad del Señor es la que nos llena de milagros, pero también es necesario que quien se acerca a El lo haga con esa devoción y suplica como lo hizo este hombre con lepra, creo que ya estaba tan cansado y desahuciado que cuando vio a Jesús (ya sabia quien era), sabia que podía ser su ultima oportunidad de sanidad un milagro del maestro.

RECONOCER SU Señorío. Observemos que el no le llamo como era conocido en ese tiempo, rabí o maestro. El le llamo Señor, es decir que su fe lo llevo a rendirse a El como Jesús desea que nos rindamos.

Rendirnos a Jesús significa humillarnos y humildemente buscar el favor de Dios, no podemos encontrar el poder sanador de Jesús en altivez o fortaleza, necesitamos ser quebrantados, esto abre nuestro espíritu para recibir de El.

Rendirnos también es darle al Señor el lugar de tener la ultima palabra, humildad significa que estamos sometidos a lo que el superior decida a pesar de lo que nosotros deseemos, esto no es ser esclavos, ya que estamos frente al Dios todo poderoso, esto significa que el lo sabe todo (presciencia) y por tanto confiamos en que lo que el decida hacer siempre sera lo mejor para nosotros.

JESÚS SIEMPRE VA A QUERER SANARNOS Y LIMPIARNOS. El hombre humildemente proclamo esta pregunta como resultado de reconocer el Señorío de Jesús y su poder, el deja la opción abierta a que sea la voluntad de Dios sanarlo y limpiarlo. Muchos vienen a Dios por milagros materiales o físicos, pero no buscan un milagro mayo, el interno el de purificación, y esto es ser limpios 1 Juan 1:9, dice que el no solo perdona sino que también limpia. Todos necesitamos los dos tipos de milagros, la lepra del pecado no solo trae consecuencias físicas, trae mayormente la enfermedad del alma y esta no se ve a los ojos de las personas solo a los ojos de Dios. El quiere sanarte y limpiarte.