La bendición de Moisés primera parte

Deuteronomio 33:1 “Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese.”

Introducción

Este capítulo registra la bendición de despedida de Moisés. No puede seguir el viaje con el pueblo y ésta es la última oportunidad para abrirles su corazón.

Moisés fue como un padre para el pueblo, y así como Jacob bendijo a sus hijos antes de morir, ahora también reciben la bendición del patriarca Moisés.

Suelta palabra de bendición para cada una de las tribus, esto demuestra que los propósitos de Dios para cada hijo suyo son diferentes y por consiguientes las bendiciones pueden ser generales como individuales.

Moisés procuró enfatizar la presencia de Dios en medio del pueblo, su amor, los planes que tiene para ellos y la responsabilidad que ellos tienen para con Dios.

Veremos ocho aspectos de esta bendición que pueden aplicarse para nosotros la iglesia.

El amor de Dios

Deuteronomio 33:2–3

“2 Dijo: Jehová vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, Y vino de entre diez millares de santos, Con la ley de fuego a su mano derecha.

3 Aun amó a su pueblo; Todos los consagrados a él estaban en su mano; Por tanto, ellos siguieron en tus pasos, Recibiendo dirección de ti.”

El amor de Dios para su pueblo se ve manifestado en todo el transcurso de su historia. Desde antes que Jacob naciese, Dios ya lo había amado: Romanos 9:11–13 “11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), 12 se le dijo: El mayor servirá al menor. 13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.”

Dios los amó al no dejarlos abandonados en Egipto, al llevarlos por el desierto y suplir sus necesidades, al soportar sus murmuraciones, rebeldías y desobediencia. También al cumplir todas sus promesas sin falta.

Para nosotros la iglesia Cristo también demuestra su amor: Efesios 2:4–5 “4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”

El saber que Dios nos ama debe de fortalecer nuestra fe y consolarnos en las tribulaciones, saber que no importa lo que pase, todo resultará para bien. Salmo 34:19 “Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.”

Israel sufrió amenazas y temores, pero en todos ellos Dios los libró. (Las amenazas de faraón, de los Amalecitas, de los gigantes de Basán, etc).

Conflicto inevitable

Deuteronomio 33:6–7 (RVR60)

“6 Viva Rubén, y no muera; Y no sean pocos sus varones.

7 Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así: Oye, oh Jehová, la voz de Judá, Y llévalo a su pueblo; Sus manos le basten, Y tú seas su ayuda contra sus enemigos.”

Deuteronomio 33:11 (RVR60)

“11 Bendice, oh Jehová, lo que hicieren, Y recibe con agrado la obra de sus manos; Hiere los lomos de sus enemigos, Y de los que lo aborrecieren, para que nunca se levanten.”

En la bendición de Moisés pide a Dios que lo guarde del conflicto inevitable.

El pueblo de Israel debía entrar a la tierra prometida y enfrentar a los pueblos paganos, por tanto Moisés los bendice para que sean fortalecidos para enfrentar el conflicto.

El pueblo de Dios no está exento de ataques, quien quiere evitar el conflicto no puede ser heredero del reino de Dios. Mateo 11:12 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”

El conflicto del cristiano se verá manifestado en lo espiritual como en lo material, pues Satanás puede causar esta aflicción.

2 Corintios 12:7 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.”

Sin embargo, debemos entender que aun cuando la aflicción venga de mano de una persona, quien está detrás es Satanás, por tanto nuestro lucha es contra él. Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Cristo también antes de partir de esta tierra, nos bendijo a nosotros la iglesia, como Moisés bendijo a Israel.

Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Juan 17:14–17 “14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”

La prioridad del Servicio

Deuteronomio 33:8–10

“8 A Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso, A quien probaste en Masah, Con quien contendiste en las aguas de Meriba,

9 Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto; Y no reconoció a sus hermanos, Ni a sus hijos conoció; Pues ellos guardaron tus palabras, Y cumplieron tu pacto.

10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, Y tu ley a Israel; Pondrán el incienso delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar.”

La tribu de Leví fue dedicada al servicio de Dios, de donde también venían los sacerdotes, y Moisés suelta una bendición que declara su responsabilidad de servicio.

Ellos debían honrar la Palabra de Dios con una vida ejemplar de servicio a Dios.

El el verso 9 muestra el evento del becerro de oro, cuando ellos debieron escoger entre obedecer a Dios y sus hermanos.

Éxodo 32:26–27 (RVR60)

“26 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. 27 Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.”

La vida dedicada al servicio a Dios les permitía estar en constante comunión con Dios, por lo cual la revelación de la Palabra de Dios era siempre fresca en ellos. (v. 8)

Siempre había revelación y discernimiento para tomar las decisiones adecuadas.

Hoy día el privilegio de servir a Dios no es exclusivo de un grupo de personas sino que es para toda la iglesia, pues ahora cada cristiano es constituido un sacerdote de Dios:

1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;”

Cada cristiano tiene el privilegio de servir a Dios anunciando las virtudes de Cristo, de liberarnos de las tinieblas del pecado y trasladarnos al reino de la luz.

Esta disponibilidad de servicio nos da acceso a la revelación y discernimiento de la Palabra de Dios y su voluntad.

La garantía de ayuda

Deuteronomio 33:12 “A Benjamín dijo: El amado de Jehová habitará confiado cerca de él; Lo cubrirá siempre, Y entre sus hombros morará.”

La tribu de Benjamín siempre fue la más pequeña, su numero y recursos era limitados pero eran amados por Dios.

Habían aprendido a confiar en que Dios es su escudo y protección cuando se sentían débiles.

Dios lleva en sus brazos aquellos a quienes ama.

Salmo 40:17 “Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.”

El Señor nos invita a botar en Él nuestra carga: Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”

No temas iglesia, echa sobre el Señor toda tu carga pues Él es tu ayudador: 1 Pedro 5:6–7 “6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”