El ministerio de la reconciliación.

¿Qué es ministerio?

La palabra ministerio proviene del latín Ministrare que quiere decir servicio, por eso es necesario que lo que motive al corazón de cualquier hermano que pertenezca o quiera pertenecer a este ministerio deba ser el servicio a Dios y a los hermanos.

Si yo estoy ante ustedes “ministrando la Palabra”, esto significa que estoy sirviendo en que ustedes escuchen y entiendan la palabra y esto no debe ser cosa de hombres ni de sabiduría humana, sino que equipados con los dones espirituales y la sabiduría que viene de Dios exponemos la Palabra y será entonces el Espíritu Santo que les dé el entendimiento y la capacidad de recibir y entender la Palabra.

No es lo mismo leer la palabra que entenderla y en esto podemos ver en el pasaje que hace referencia al etíope eunuco que leía la palabra, pero no entendía lo que leía. De manera que no depende el entender la palabra de nuestras habilidades cognitivas y académicas, sino de Dios que da el entendimiento y que utiliza los dones ministeriles para guiarnos el el proceso de llegar a la unidad del conocimiento del Hijo de Dios.

El etíope leía la palabra y no entendía, no podía entrar al conocimiento del Hijo de Dios que revelaban las escrituras que leía; sin embargo luego de ser abordado por el apóstol Felipe y que este le ayudara en entender lo que leía y cómo lo que leía estaba relacionado con el sacrificio de Cristo y su obra reconciliadora, es transformado desde dentro hacia afuera, hasta el punto de confesar lo que creía en su corazón: “Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios”.

Tal fue el entendimiento de la Palabra al que lo dirigió Felipe por el Espíritu Santo que éste sin mas, quizo bautizarse; pero no sólo que quería bautizarse, sino que sentía una necesidad urgente de hacerlo, hasta el punto de preguntar a Felipe: ¿Qué impide que yo sea bautizado?

En esta cita que tratamos anteriormente vemos como el Apóstol pone a trabajar su don para que el Etíope entendiera las escrituras y, fuese reconciliado con Dios.

Así mismo en Efesios 4, del versículo 11 en adelante habla de la edificación de la iglesia, del ministerio (de la reconciliación) y de los dones con que Dios equipó a la iglesia para poder realizar esta asignación.

Y en el entendido del eterno propósito de Dios es perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios; a la estatura del varón perfecto que es Cristo.