06. La Seguridad de la Salvación.

Introducción.

¿Estas seguro de que eres salvo? ¿Se puede estar seguro?...

Desarrollo:

Judas 24-25 “24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”

Mientras estudiamos este texto vamos a considerar muchos otros textos en los cuales se enseña esta verdad.

Contexto:

Toda esta carta es una advertencia contra los falsos maestros: v.

Y termina con el texto que estudiaremos como una doxología. Es una alabanza a Dios por su poder para salvarnos. De alguna manera con estas palabras Judas está diciendo que aunque habrán muchos falsos maestros que querrán apartarnos o engañarnos el Señor será poderoso para guardarnos.

Verdades:

Este versículo enseña tres verdades acerca de la seguridad de la Salvación:

La seguridad de la Salvación descansa en el poder de Cristo. “Y a aquel que es poderoso”

Esto habla de que la seguridad del creyente en primer lugar no descansa en si mismo. No hay ningún poder en nosotros, o capacidad que nos asegure en la salvación, mas bien si fuera por nosotros nos hubiéramos apartado de Cristo hace mucho.

Entonces la seguridad descansa en el poder de Cristo. Es decir, en su capacidad para preservarnos en la salvación.

Romanos 14.4 “4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.”

2 Timoteo 4.18 “18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.”

A continuación se detalla de qué manera su poder nos asegura en la salvación.

Es poderoso para guardar a los creyentes sin caída. “para guardaros sin caída”

¿Qué caída?, como sabemos pecados siempre vamos a cometer mientras el señor no haya completado la obra en nosotros.

Puede ser caer en las falsas enseñanzas de los falsos maestros que quieren apartarnos del evangelio.

O tiene que ver con no apartarnos del Señor de modo que le neguemos.

en ambos casos podríamos decir que esto tiene que ver con la capacidad de Cristo de preservarnos para que no caigamos de la gracia.

Esto no quiere decir que nunca vamos a pecar o que nunca experimentaremos una crisis en nuestra fe.

Mas bien tiene que ver que el Señor nos va a guardar que nunca nos apartemos de él.

Juan 6.39 “39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.”

Juan 8.31-32 “31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”

Es poderoso para presentar a los creyentes sin mancha delante de su gloria. “y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría”

Esto tiene que ver en primer lugar con la capacidad de Cristo de santificarnos.

Y en segundo lugar que habiéndonos santificado nos presentará con gran alegría delante de su presencia.

Efesios 5.25-27 “25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”

Esta preciosa verdad se revela en innumerables textos de la Escritura, algunos textos ya los hemos mencionado y otros son nuevos:

Juan 10.27-29 “27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.”

Juan 5.24 “24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

Juan 6.37-40 “37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”

Juan 17.12 “12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.”

ROMANOS 8.28-29 “28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”

Romanos 8.33-39 “33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Filipenses 1.6 “6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;”

Conclusión/ Consejos prácticos:

¿estas descansando en la capacidad de Cristo para preservarte?

¿Crees realmente en la suficiencia de la obra de Cristo o confías en ti?

La pregunta importante es:

¿estás viendo las evidencias de que realmente Cristo te está guardando, él te está santifiando?